Mostrando las entradas con la etiqueta música. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta música. Mostrar todas las entradas

lunes, 17 de octubre de 2011

SHAILA

“No facilitamos negocios a terceros”

La banda de punk rock vuelve luego de un tiempo largo de ausencia. Con aire renovado, no quiere entrar en la vorágine de la industria rockera y apuesta a disfrutar cada etapa. Su lucha contra los medios y los envidiosos de siempre. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



Ya pasaron 17 años desde que Shaila dio el puntapié inicial en la música. Los amigos que formaron la banda mientras estaban en el secundario son ahora un grupo de treintañeros que sigue rockeándola. En el medio hubo discos, giras y shows, que continuarán en el futuro. Vienen de un parate desde fines de 2010, y en la charla con Noticias Urbanas adelantan lo que esperan los fans, un nuevo disco de estudio.

“Cuando volvimos, la idea fue no ponernos plazos o términos y tratar de que cada momento se dé con los tiempos que se tengan que dar. El disco es lo mismo, hay bosquejos de canciones pero sin plazos, puede que esté para el año que viene. Toda vuelta necesita un disco que grafique el ahora y este momento es muy movilizante para todos”.

–¿Por qué se dio el parate y por qué el regreso?
–Es más fácil explicar la vuelta que el parate. La vuelta es por la pasión que genera la música, y la pasión perdida en estos tiempos que paramos; volvemos por una necesidad. Y el parate responde a años de trabajar y trabajar, de tocar mucho y no parar nunca; giras, shows, festivales, cierres de año. En medio de todo eso, grabaciones, componer discos, todo autogestionado. Llegó un momento en que estallamos.

–¿Se plantearon cambios posparate?
–A nivel interno sí, cambian cuestiones de la composición interna, pero nada concreto. Es como escuchar al cuerpo; antes lo obligábamos a que vaya de un lado al otro, ahora nos dice “guarda, que no doy más”. Cada momento va a tener sus tiempos lógicos. Vamos a entrar en una vorágine en algún momento, quizá al grabar, pero de un modo light. Es volver un poco a los orígenes también.

–Con Shaila sucede algo raro, y es que a pesar de siempre crecer, nunca explotaron, mediáticamente hablando, del todo. ¿Lo sienten así?
–No descubro nada si digo que la música es un negocio que se pone por encima de todo. Y a la hora en que los grandes popes deciden qué está de moda y qué no, y qué suena y qué no, el negocio tiene que ser total. Si no te pueden chupar desde Sadaic los shows o los discos, vos no sos buen negocio. Negocio sos si encajás en todos los lugares, entonces te garpan un CD, te organizan shows, te llevan a festivales y te sacan guita. Shaila va en contra de eso y es una banda que no facilita negocios a terceros. Los discos los gestionamos y vendemos nosotros, ¿por qué me vas a dar una mano vos? Si me la das es porque después queres un manguito. Si bien las compañías no tienen el peso de los 90, ser independiente todavía en algunos sectores es mala palabra. Pasa un poco por ahí la cosa. ¿Por qué algunos medios no nos dan pelota? Si tenemos convocatoria, discografía, historia y todo. La única explicación es ésa.

–¿Qué dejaron de lado por la música?
–Todo lo que cualquier pibe se toma su tiempo para hacer, nosotros tuvimos que relegarlo, y no es por pasar factura sino una decisión que tomamos. Tu laburo está por debajo de la banda, tus estudios están por debajo de la banda, incluso quizás tus mujeres y novias están por debajo de la banda. Y el parate tiene algo que ver con eso. Cuando llegaron los chicos hubo que pegar un freno de mano, reestablecer prioridades y arrancar de nuevo.

–Desde las letras siempre manejaron temáticas y formas de decir las cosas distintas al resto de las bandas, ¿eso fue una decisión consciente o se dio solo?
–La lírica fue evolucionando con el crecer de Shaila. En las letras estuvo siempre el buscar el porqué de las cosas de una manera meticulosa. No era cuestionar y decir está mal, sino decir, “está mal por esto”. Eso te lleva a utilizar otro vocabulario.

–En cuanto a género, el punk rock parece haber quedado relegado tras las explosiones del reggae y el reggaeton.
–Nuestro género tiene una naturaleza que es la crítica, ser contestatarios. El punk se caracterizó por decirlo de manera más vehemente; el punk fue siempre un poco más marginal. Hoy al punk le succionaron la ideología, pero va a resurgir, es cíclico. Hoy es reggae, mañana otra cosa.

–¿Qué fue lo más duro contra lo que tuvieron que batallar?
–Son buenas preguntas porque son las que no queremos contestar. Tuvimos que batallar contra la envidia, contra un montón de gente mala leche que te quiere hacer pisar el palito, que le quiere hacer creer a la gente que uno no es como es. Quiere desenmascarar cosas que no tienen máscara, o te ponen en lugares en los que no estuviste ni vas a estar.

–Se me ocurre, por ejemplo, el tema de las letras, que decían que eran sacadas de libros de filosofía.
–Hubo críticas de todo tipo. De las letras decían “ojo, que eso es Rousseau” o “aquello es Foucault”. Es una crítica vacía, como que nos deschavaban, pero nunca nos hizo mella. O decían que tal tema era más ramonero o Bad Religion. Pero leemos y escuchamos más que eso y somos auténticos. Nos quisieron bastardear formas de independencia y autogestión. No venimos a hacernos la vedetonga con la carrera impoluta, pero siempre nos bancamos los discos, las remeras, las giras, editamos bandas, las llevamos de gira. Nos jodió que venga un pelotudo a decir que no somos auténticos.



Nota original publicada en Noticias Urbanas: http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=19acbba5aef3b9d7c4bb21b45ef96ac8

jueves, 13 de octubre de 2011

LUCAS MARTÍ

"Ya no me afecta que me encasillen"


El hermano de Emmanuel Horvilleur pisa fuerte en un plano menos masivo que el del Illya Kuryaki. Desentraña para Noticias Urbanas el proyecto Varias Artistas, solo de mujeres, y analiza las lógicas de la industria actual y de la prensa local. Texto por Marcelo Maccio Villegas.


No es normal que un artista componga letra y música de 15 canciones para entregarlas a distintas artistas para que las graben. Sin embargo, eso hizo Lucas Martí, dentro del proyecto Varias Artistas, que ya lleva dos discos editados.

En Se puede, el segundo disco del proyecto, participan Julieta Venegas, Mariana Baraj, Deborah del Corral, Naila Borensztein, Daniela Herrero y Flopa, entre otras.

“A nosotros nos cuesta definirlo. ¿Es una banda?, ¿un compilado? No, es un montón de cosas; es algo que no sabemos definir. Lo que unifica todo es el hecho de que yo compongo las canciones, pero el proyecto gira en torno al disco, no hay actividad más allá de eso”, redondea Martí en una charla con Noticias Urbanas.

–¿Hay cambios entre el primer disco de Varias Artistas y este segundo?
–Se sumaron más personas que queríamos que estuvieran, y otra cuestión es el desarrollo de las letras: el primer disco surgió en un momento en que yo venía de otros discos míos, con una intención de hacer temas sintéticos. En el primer disco las letras tienen la intención de simpleza, son cortas. Este, el segundo, retomó la manera de trabajar con canciones largas, con más desarrollo.

–¿Cómo es componer sabiendo que cantará otra persona?
–Divertido, estimulante, muy entretenido, porque te imaginas personas, voces. A veces sabes quién y otras no. Compongo una música primero y esa música va sugiriendo letras. Hay canciones que surgieron de un día para el otro y terminaron adentro.

–¿Cuál es el criterio para elegir a las artistas?
–Tiene que ver con algo de intuición; qué pienso y siento respecto a alguna de ellas; pienso en sus voces o cómo cantan, y a partir de eso surge la búsqueda de si se da o no. Algunas no se encontraban con las canciones, y ellas se tienen que sentir a gusto; varias dijeron que no. Entonces, eso da la pauta de que las que están es porque sintieron algo.

Lucas Martí trabajó las canciones junto a Ezequiel Kronenberg en la producción. Ambos sienten que en el disco el factor común son los estados de ánimo: “Es un disco compuesto hace dos o tres años. Estaba contento con lo hecho con el primer disco, con el que tuvimos muy buena repercusión. Eso me inspiró a componer el disco en ese momento, con un estado de ánimo de transformación, de algo tristón pero con ganas de transformar. De ahí el titulo Se puede. Por más que las cosas estén grises, se puede”.

Si bien Martí reconoce que "llegar lo más lejos que uno pueda es muy importante", pone como condición que sea "“por lo que hacemos y nada más que por eso". Y agrega, algo desafiante: “El primer disco de Varias Artistas daba para mucho más, pero no tuvimos suerte con la compañía”.

“A los discos muchas veces se le ponen estrellas, puntajes, y se dice por ejemplo que un artista perdió creatividad. Pero la gente de la prensa también carece de creatividad. Cuando hay un proyecto como éste, en el que les proponés algo que sale de lo normal, no lo llegan a captar; y ojo, no quiero quedar como ‘soy diferente’. Está muy instalado que las cosas tienen que ser similares a otras que ya fueron exitosas afuera, y prefieren apostar a eso. Incluso con los empresarios también pasa eso: carecen de creatividad para hacer negocios y apostar a las cosas nuevas”, expresa Martí, intentando ser objetivo en su crítica.

–¿Qué ideas nuevas hay en la música?
–Qué pregunta difícil [dice, y piensa varios segundos]. Cuando te ponés grande y no lo querés aceptar, empezás a decir que no hay cosas nuevas, cuando en realidad habría que decir “estoy viejo y ya no investigo como antes”. O también es típico decir que lo viejo fue mejor. Pero creo que siempre hay cosas nuevas, pasa que uno se va cerrando. Igual, lo nuevo, de los 90 para acá, tiene que ver con reciclar y meterse en la basura y sacar algo; meter la mano en lugares donde no la metía nadie. Yo vengo de ahí también. En A-Tirador Láser, mi antigua banda, agarrábamos un montón de cosas, mezclábamos todo, eso me dio una apertura, no soy una persona que se encasille.

–¿Importa el lado comercial?
–Sí, por supuesto. Cuando compongo siento que algunas canciones tienen potencial y pienso que eso va a ir de mano en mano y puede llegar a un montón de lugares. Que yo tenga como motivo principal buscar la belleza musical no quiere decir que eso no pueda escucharlo cualquier persona y entenderlo.

–¿Irían por un tercer disco de Varias Artistas?
–Sí, porque es un proyecto que me da satisfacción en un montón de sentidos y es parte de mi carrera y me renueva. Tomo una distancia de mi ego de cantar; tomo fuerza y sigo en mi actividad de componer y sacar discos. Está bárbara la idea, y proyecto trabajar con gente joven.

–Siempre trabajando de forma independiente.
–Si una compañía hace un proyecto así, el mismo, no va a tener este resultado. Armarlo de manera independiente tiene una magia y se nota. Hay mucha gente que está trabajando en la industria y es inoperante. Si vos le das a un sello grande un proyecto así, quizás lo hacen peor que nosotros.

–¿A qué cosas le esquivás?
–Que me comparen o encasillen fueron los primeros disgustos cuando empecé a hacer música, pero te puedo asegurar que ya no me afecta.



Nota original publicada en Noticias Urbanas: http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=5dd2ec230884e0562f62b60a576f09db

jueves, 6 de octubre de 2011

BRANCALEONE

“Esta banda es un negocio emocional”

De objetivos algo locos, como la construcción de un anfiteatro en La Plata, y de un sonido que es pura mixtura, estos muchachos se las traen. En constante expansión, dicen: “No buscamos sacarles un mango a los CD”. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



“Sin concesiones. Sin transas. Sin mercenarios. Con todo lo otro”, parece ser una de las premisas de Brancaleone, tal como afirman sus integrantes, en un pasaje de la charla con Noticias Urbanas, antes de su show el próximo 10 de septiembre en El Teatro de Colegiales.

La banda tocará su último disco, Todos los cueros la misma canción, que a simple vista ya sale del común por su tamaño y estética, que incluye láminas para montar sobre el arte. “Los discos se venden cada vez menos, y nosotros somos de buscarle la quinta pata al gato, de agregarle un plus a las cosas. Como el disco tiende a desaparecer y la gente se baja todo por internet –algo de lo cual estamos a favor–, le agregamos algo más, para que los oyentes quieran tenerlo original”, explican, y agregan que “si lo hablamos desde lo artístico, un disco es un todo, una obra, e intentamos transmitir lo que queremos desde todos los puntos de vista”.

La relación con el público y la llegada de lo que hacen parece ser una de las claves de Brancaleone: “Cuando las canciones son escuchadas, dejaron de ser de cualquier banda y ya son de la gente”, aclaran, y comentan que “no está la búsqueda de sacar un mango de los discos”. Dicen: “Si bien nos encantaría vender millones y hacer guita a full, la distribución la hacemos en los shows, con posibilidad de que haya mucha, poca o nada de gente”.

“Queríamos ir a tocar a La Plata y no era fácil, había que mover mucha gente; pedían en todos los lugares por cantidad de gente y plata. Nos contactamos con el Centro Cultural Olga Vázquez, que tenía espacio para personas, estaba habilitado, pero que no estaba en condiciones, y en asamblea decidimos que queríamos construir un auditorio para 200 personas”, explican la movida que los llevó a picar paredes, construir un escenario y hacer instalaciones eléctricas, entre otras cosas.

En la tarea estuvieron los integrantes de la banda –Martín Dufou (voz, charango), Juan Argain (guitarra), Alejo Urbani (bajo), José Giorgi (batería), Gonzalo Gutiérrez (armónica), Marcelo Henin (guitarra), Edgardo Bonani (teclas) y Pedro Dufou (todo lo demás)– y algunas personas del centro cultural. “La movida era trabajar toda el día, desde las 8 de la mañana hasta la noche, y esa misma noche tocar, con las manos llenas de sangre a veces, para recaudar fondos para la siguiente jornada”, cuentan.

El justificativo que los llevó a poner manos a la obra parece lógico: “El tipo que tiene un bar o lugar para tocar, lo tiene para vivir. Nosotros no vivimos de Brancaleone, es más un negocio emocional que de guita. Hay que darles lugares a las bandas para que crezcan. ¿Cómo hace si no una banda para llegar a La Plata y meter 50 personas si todavía no tocó nunca?”.

Lo próximo en la vida de Branca es encarar su nuevo disco, el cuarto en su carrera. “Lo estamos laburando, haciendo maquetas. Tenemos un par de canciones a las que les faltan cositas. Hay unas quince ya”, adelantan y comentan que “todos los temas tienen esas vueltitas que ya son nuestras, pero estamos en la búsqueda todavía”.

Si bien asumen que la idea es tenerlo lo antes posible y sueñan con que puede ser en diciembre, afirman que “tiempo para laburar hay, en el verano estamos todos más tranquilos”. Y expresan que “a principios del año que viene el disco ya debería estar listo”.

Los lugares donde se presenta la banda son todo un punto anecdótico: además de construir un auditorio en la ciudad de las diagonales, armaron una peña y prepararon temas de corte folclórico para la ocasión; también consiguieron un camión con sonido necesario y anduvieron dando vueltas. En otra ocasión, cuando el Indio Solari tocó en Tandil, consiguieron una camioneta y se fueron para allá a tocar en la calle, para que la gente que veía al ex Redonditos los conociera.

¿Demasiado trabajo para una banda? “Es también una forma de disfrutar, buscar tu forma. La banda tiene que ser escuchada y para eso hay que ponerla en lugares donde hay gente. Como banda independiente que somos tenemos que ocuparnos de los espacios”, explican.

“Nosotros hablamos de firmar un contrato o no; cada uno hace de su banda y su vida lo que se le canta y lo que puede. Firmaríamos según lo que diga el contrato. Si nos permite estar tranquilos y no nos priva de hacer el tipo de cosas que nos gusta, no le vemos el lado malo”, sostienen los Branca, y refieren que a veces las discográficas prohíben que se presenten antes de fechas organizadas por ellas, o incluso llegan a cambiar integrantes de las bandas.

Si bien no hay letras que hablen de cosas puntuales de la banda, como el auditorio, “la lírica habla de los sentimientos y de lo que nos pasa”, analizan, y agregan que “no somos explícitos, no pretendemos explicar cosas que están a la vista”.

Pensando más en el hoy que en el mañana o el ayer, dicen: “Dentro de diez o veinte años, mientras estemos tranquilos y contentos, va a estar bueno donde estemos. Tenemos en claro qué es lo que no queremos”. Y sueñan: “Ojalá demos la vuelta al mundo tocando. A veces para conseguir cosas hay que pagar un cierto precio, pero por ahora lo ponemos nosotros”. 



Texto original publicado en Noticias Urbanas: http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=ec52e9ef4b4f1b546a2a7d08840c3674

lunes, 22 de agosto de 2011

LAURA CANOURA

“Nunca apoyé a un candidato electoral”

A pocos días de su show en Buenos Aires, la compositora y cantante da su punto de vista sobre varios temas y comenta los detalles de su último disco editado en la Argentina. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



Laura Canoura tiene un nuevo “motivo de festejo”, como ella llama a cada nuevo disco (ya lleva más de una decena) de su carrera. El más reciente, editado en la Argentina, es Un amor del bueno. Con esa excusa, Noticias Urbanas dialogó con la intérprete y compositora.

–Un amor del bueno es un disco con canciones de tu autoría, ¿cómo fue ese trabajo?
–Empecé como compositora muy tibiamente. Al principio me daba mucha vergüenza, después me fui envalentonando. Tomo mis temas como si fueran temas de otros intérpretes. Una vez que terminé de componer trato de darles mis virtudes como intérprete, que son mayores que como compositora, me despego de mí como autora.

–La edición argentina tiene cambios respecto a la uruguaya, ¿a qué se debe?
–Es diferente el arte, se hizo un formato más apaisado. Está basado en el arte original y fue un tema de productora, para que se destaque en los puntos de venta. El arte tiene que ver mucho conmigo en este momento.

–¿Seguís escuchando el disco después de editado?
–La gente fantasea con que los músicos tenemos los mejores equipos de música, y no es así. Somos muy desbolados, nuestros equipos son un rejunte que sólo uno sabe cómo se conectan. A mí se me había roto y hacía mucho que no escuchaba mis discos, y cuando lo arreglé, volví a escucharlo, con un poco de temor, pero pasó la prueba. Lo escuché íntegro sin interrupciones, que es como me gusta. Además, en Uruguay está saliendo una antología de dos discos, por lo que tuve que escuchar ese máster, que incluye material de mi primer y último disco… [hace una pausa, mira cómplice y suelta] El disco nuevo me gusta mucho.

–Decís que el disco hay que escucharlo de principio a fin. Es decir, lo pensás como una totalidad, ¿no?
–Es inevitable. El artista piensa el disco como una totalidad, como el escritor, que no se le ocurre que van a empezar a leer su libro por el capítulo 3. Éste no es un disco que requiera ser escuchado de principio a fin como si fuese una historia, pero a la hora de armarlo, no es que uno tiró las canciones y como cayeron quedaron. Creo que es un tema de educación también.

–Cantaste varias veces con la filarmónica de Montevideo, ¿cómo fue la experiencia?
–Genial. Al principio fue superestresante cantar con una banda con más de 80 músicos. Da la impresión de que te tiran arriba de una ballena y hay que hacer equilibrio. Veía que algo no estaba haciendo bien, hablé con el director y él me dio una clase magistral: me dijo que tenía que cantar como cantante de ópera, que él me seguía, veía mis tiempos y que los músicos seguían su batuta. A partir de ese momento para mí fue la felicidad, porque podía hacer lo que quisiera que él iba a manejar ese bicho enorme.

–También participaste en la asunción de Tabaré Vázquez y Michelle Bachelet, ¿creés que debe existir una relación del artista con la política? Si es así, ¿cómo debe ser?
–Es inevitable como individuos. Soy una persona con ideología, forma de pensar, ética, como cualquiera. A mi criterio no son buenas las asociaciones político-partidarias, porque eso flecha demasiado la cancha, obliga al artista a poner al servicio de una campaña política partidaria muchos años de trabajo, de prestigio, de imagen; pero sí creo que está bien asociarse con las causas que uno cree que son justas y necesarias. Yo soy una mujer de izquierda, de toda mi vida. He sido votante del Frente Amplio desde que pude votar, entonces, qué mayor felicidad para mí que poder estar ahí en el momento de celebrar que después de décadas de buscar un gobierno de izquierda se lograra. Y en el caso de la asunción de Bachelet, el vínculo con Chile es afectivo desde mi adolescencia. Ideológicamente y por ser una mujer que asumía en el poder, marcando una tendencia, para mí fue un honor.

–¿En la música también existen los tratos diferentes de acuerdo al género?
–En lo musical estricto, nunca tuve problemas; pero en el círculo que lo rodea sí hay discriminación, y hay que ir con pie de plomo. Se sabe que para ciertas negociaciones es preferible que vaya un hombre, en ciertos ámbitos y ciertos acuerdos. Esas cosas a la larga cambian, son otros los paradigmas en estas épocas.

–En la Argentina aparecieron solicitadas con la firma de artistas en apoyo a candidatos; ¿harías eso?
–Soy partidaria de que en cualquier transacción debe haber ganancia para ambas partes. En un acuerdo de ese tipo, el artista entrega mucho, años de prestigio, a una cosa que pasa en esas elecciones, y después ya no hay acuerdo. No creo que sea útil o necesario. Me lo ofrecieron y nunca quise.

–Sin embargo, sostenés que apoyarías ciertas cuestiones, ¿cuáles?
–Una es la lucha contra la violencia doméstica. Soy una mujer reconocida en Uruguay, y si salgo en la tele y digo cosas que ayuden a otra mujer que está del otro lado para preservarse y salvarse, por supuesto que lo hago; y también coincido con cosas relacionadas a los niños. Además participé de la campaña por el matrimonio igualitario. Son cuestiones que no tienen tanta difusión y si mi presencia puede aportar algo, lo hago.

viernes, 19 de agosto de 2011

JUANCHI BALEIRÓN


“El productor no inventa discos” 

En una charla que comenzó con el trabajo más reciente “y de mayor reggae” de su banda, Pericos & Friends, y concluyó con la partida del Bahiano, habló de todo: el disco que se viene, su rol como productor, el consumo de música y su rechazo al vinilo como salida a la piratería. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



Juanchi Baleirón, frontman de Los Pericos, charló amablemente con Noticias Urbanas. En la conversación, que tocó varios temas, mostró su felicidad con Pericos & Friends, un CD de reversiones con invitados nacionales e internacionales, como Gondwana, No Te Va Gustar, The Skatalites y The Wailers. “Fue una alegría. Ya es disco de oro. Es algo que nos da la pauta de que estamos haciendo las cosas bien”, comenta.

Antes de Pericos & Friends parecía que se alejaban del sonido reggae, pero este CD es reggae puro. ¿Cómo lo ven ustedes?
–Yo creo que es el disco más de reggae que hemos hecho. Elegimos los temas más reggaeros por los invitados; no hay temas festivos ni rockeros. Quisimos encarar una especie de review de la mano de los temas de reggae, y gracias a los invitados también tomó ese color. Pero no es que seamos más o menos reggae. No estamos siempre fijos, atados a una línea.

–¿Ya piensan en el disco que viene?
–Pensar, estamos pensando, pero haciendo, todavía no. Vamos a arrancar después de la primavera para el año que viene tener un trabajo nuevo.

–No son de arrancar mucho antes a armar el disco.
–Trabajamos sobre la marcha, cuando hay que hacer el disco empezamos a coleccionar demos y sacar conclusiones. Depende de cada época que el disco tome distinta forma. Depende de lo que pase emocionalmente e inspiracionalmente, si cabe esa palabra.

–Sos uno de los productores con mejores comentarios, críticas. Varios músicos quieren trabajar con vos, ¿cómo te sentís en ese rol?
–Superbién, me encanta y me gusta que se reconozca el esfuerzo y el laburo. No es para poner adjetivos, sino sustantivos: esfuerzo, ganas y entusiasmo. La gente dice si le gusta o no. Por suerte, las cosas salieron bien, a la gente le gusta y por eso me llaman.

–¿Cuál es el criterio para tomar trabajos como productor?
–Voy de la mano de mi intuición, no lo hago porque haya adelante mío un disco para hacer y un presupuesto. Lo hago porque me gusta y cuando hay tiempo. Este verano tuve que decir que no al disco de Massacre, que me hubiese encantado hacerlo pero no tenía tiempo. Me gusta laburar en las condiciones ideales, no me gusta estar corriendo y de mal humor.

–Y en cuanto a géneros te movés sin prejuicio, incluso despuntando el gusto por el punk.
–Hice discos de Attaque 77, Mal Momento, 2 Minutos, Cadena Perpetua, Expulsados… del punk sólo me faltan Los Violadores. Lo que sí, no he hecho ningún disco de reggae fuera de Pericos, es como que Pericos absorbe mi energía reggaera, y si en Pericos tenemos una línea determinada, cuando produzco rompo con eso.

–¿Qué importancia creés que tiene el productor dentro de un disco?
–Siento que le están dando un valor exagerado, el productor tiene que potenciar lo que hay. No es inventor, dictador ni salvador de discos. Tiene que encontrar el mejor momento de esa banda. A veces hay un artista talentoso pero dormido y el productor lo tiene que despabilar, y a veces hay uno superembalado e inspirado y ahí hay que limpiar el camino y dejar que el tipo fluya. No hay un manual, el manual hay que romperlo antes de hacer el disco.

–Sin embargo, parece que hay algunas constantes, como no pasar de 12 temas, hacer discos cortos…
–Son tendencias generales que no dependen de los productores.

–¿Vamos hacia un cambio en el formato?
–Cambió la forma en cómo se escucha la música hoy, que se escucha como el orto, no se presta atención en escuchar un disco con un equipo bueno. Antes te sentabas y escuchabas el disco, ahora lo que importa es que sea portable, no que sea bueno. Antes te dedicabas a escuchar música y hoy escuchar música es parte de tu vida. Cambió sociológicamente la manera en que se “consume” la música. Ahora se escucha un playlist que va de Shakira a Massacre, y eso es lo que genera un cambio, no los productores o la industria, sino la gente.

–En la pelea contra la piratería y las descargas ilegales, ¿una salida puede ser el vinilo?
–Eso no es ninguna salida [se apura a contestar]. Lo que está cambiando es la cultura, no el formato. No es una cuestión de formato sino de la forma en que la gente escucha y consume la música. El vinilo es una cosa romántica, una cosa superchiquitita, no una tendencia.

–Por ese lado no es la salida entonces.
–No [dice tajante]. El vinilo es sumamente romántico, ¿cómo le explicas a un pibe que es mejor un vinilo que un mp3? Resulta torpe el objeto, entran cuatro temas por lado, se escucha ruido, no se puede adelantar, te tenés que levantar y darlo vuelta… Es algo genial que le sucedió a nuestra generación pero no creo que sea una tendencia ni una salvación. La tendencia es llevar todo a formatos que se puedan transportar, aunque suenen mal, comprimidos y con frecuencias alteradas.

–Hay rumores que indican que cerveceras y productoras quieren volver a vender alcohol en recitales, ¿cómo ves esa posibilidad?
–A mí me gusta tomar cerveza en un recital, pero no sé cómo estamos para convivir con eso socialmente. Si sigue habiendo bengalas y señales que no leemos como pueblo… yo me voy a controlar, pero no puedo pensar como la masa. Es difícil que todo vuelva a ser como antes, por un tema de libertad. Digo que estaría bueno, pero en la práctica hay que ver qué pasa.

–La última, ¿siguen en contacto con el Bahiano?
–No tenemos relación. Él se fue de la banda y de ahí en más no hubo más contacto.

–¿Escuchaste sus discos?
–Escuché el primero. Está muy bien. Él esta buscando su norte musical y está con una buena banda. Está muy bien lo que está haciendo.

miércoles, 17 de agosto de 2011

LAS MANOS DE FILIPPI


"El Estado privatiza la cultura"

Lo nuevo de la banda, además del CD y el DVD, es la unión con agrupación mamanis. Rockero militante, Cabra habló con NU y dejó un mensaje a la juventud: "Hacemos lo que se nos canta por ser independientes". Texto por Marcelo Maccio Villegas



Hernán “Cabra” de Vega pone voz y letra a las canciones de Las Manos de Filippi. También pone su nombre y cuerpo a las campañas del Partido Obrero, del que fue candidato en las legislativas de 2009. Noticias Urbanas le hizo algunas preguntas, previo al show presentación del reciente disco y DVD, La calesita de Mamanis.

–El disco tiene mucha rima, ¿por qué ese cambio en las letras?
–El humor, para que pegue, tiene que tener sí o sí rima. El estilo rapero de protesta no las necesita, importa más lo que decís que el cómo; pero en el humor, la rima es fundamental: decís pirulo y todos esperan que digas culo. Si no lo decís, no se ríe nadie. Los desilusionás.

–En comparación con el disco anterior, que venía montado sobre una bomba de plástico, éste tiene una estética más tradicional, ¿por qué se dio ese cambio?
–Cambiamos a lo más normal. Fue por el cambio mismo, tratamos de no repetir y agarrar para un lado diferente.

–Y en lo musical también hubo cambios.
–Con este disco dejamos plasmada la unión de Las Manos con Agrupación Mamanis (NdR: una banda paralela compuesta por varios integrantes de Las Manos de Filippi, pero con un sonido cercano a la cumbia). Todavía se nota una división entre la música, que es bien divertida y, por ejemplo, lo que se ve en el DVD, que son nuestras actividades con Las Manos.

–Agrupación Mamanis existía en paralelo a Las Manos, ¿por qué unirlas?
–Porque necesitábamos apuntar el discurso y unir fuerzas. Es muy difícil llevar adelante una banda independiente sin todos los medios, entonces, imaginate dos, era el doble de difícil y era un autoboicot. La unión también enriquece el show. Estamos contentos por eso, fue una boludez que deberíamos haber hecho hace años.

–El DVD tiene un contenido más político que musical, ¿por qué esa elección?
–Es mostrar en qué andamos, qué hacemos con banda independiente, desde lo musical, que no nos atamos a una estética comercial y podemos hacer lo que se nos canta por ser independientes, ése es un mensaje a los jóvenes: no hace falta hacer siempre un disco que le guste a Santaolalla, es más amplio.

–Ahora se habla de periodismo militante, ¿se consideran una “banda militante”?
–Sí, otros integrantes y yo militamos en el Partido Obrero y hay una relación militante. Es una banda solidaria con las luchas, creemos que está bueno no encerrarse sólo en lo musical. Yo digo que este disco es humorístico porque por otro lado hago algo por la causa de ir contra el sistema.

–Otra lucha la libran con el Movimiento Unidos por el Rock (MUR).
–Surgió después de Cromañón, y lo que hace es exigir al Estado apoyo y espacios para difundir bandas independientes. Es lo que debería hacer el Estado para generar cultura. Nosotros denunciamos que se apoya la privatización, las bandas nuevas tienen que pagar para tocar.

–¿Hay algo que rescatás de la gestión cultural de Macri?
–Me gusta cómo baila cuando gana [responde entre risas].
–Varios músicos ven como algo positivo la iniciativa de los festivales en Parque Roca.

–¿Pero quién tocó ahí? ¿Qué banda nueva? ¿Qué posibilidades se les dio a las bandas nuevas? Lo que planteamos nosotros es otra cosa. Hacer demagogia con las bandas y artistas conocidos lo hacen Macri y el Gobierno nacional, lo hacen todos. Los legisladores kirchneristas y del PRO votaron juntos la Ley de Autarquía del Teatro Colón, que es para privatizarlo. Partiendo de ahí, ¿qué más podés esperar?

–¿Cuál sería la solución más urgente?
–Nosotros pedimos que haya centros culturales y fondos manejados por los músicos y asambleas; que no haya jurados que decidan, que el gobierno financie y los músicos decidan. El MUR siempre le exigió al Estado no a cambio de modificar el discurso, porque lo seguimos culpando por lo que pasó en Cromañón y es lo mismo que pasa ahora, que las bandas no tienen lugares para tocar.

–Muchos músicos también apuntan su lucha a las compañías multinacionales, ¿lo ves así?
–Hay que aprovechar cuando uno es joven para hacer lo que salga de más adentro. Al ser más grande te agarrás de lo económico porque tenés familia, más responsabilidades, pero la juventud tiene que ir por el arte y el amor a crear libremente. Eso no te lo da una compañía; todo lo contrario, ellos te piden 50 temas, seleccionan 12 y te dicen hasta cómo tocarlos. El problema es que no hay otra opción brindada por el Estado y que no esté manejada por una visión comercial. El Estado tendría que tener una visión de sociedad.

–¿Cómo ves el under? ¿Te interesa conocer nuevas bandas?
–No miro mucho, pero conozco. A mí me interesa relacionarme con músicos viendo qué opina de esto que hablamos en vez de escuchar lo que hace. Yo escucho más Piñón Fijo y Hannah Montana porque tengo una nena chiquita.

–¿Qué harían si algún día se lograra todo lo que piden desde las letras?
–¡Nos tienen que hacer un himno! Igual desdramatizamos, no creo que sirva para lograr algo, sino que con la música acompañamos; el cambio está en lo que, apoyado en la música, podés construir paralelamente.

–¿La gente que llega a ustedes por la música entiende ese mensaje?
–Puede entenderlo o no. Puede pasar que escuches y eso te ayude en algo, pero no te saque de la cama; y también que milites y por eso llegaste a conocer Las Manos. Pero no le cargamos a la música esa responsabilidad.

–En las legislativas de 2013, ¿candidato de nuevo?
–Capaz, seguro. Esta vez me iba a presentar pero planteamos que no iba a tener tiempo por el disco y la gira. 

jueves, 2 de junio de 2011

PABLO DACAL

“Siento la libertad del artista de culto”

El progreso, su último CD, es una radiografía posmoderna que tiene a Fito Páez y Palo Pandolfo como invitados. Lejos del cliché, confía en los artistas que lo supieron guiar. Sostiene la idea de que la música se venderá en pendrives. “No pude editar en vinilo”, dice. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



“No es fácil amar, pero peor es no querer hacerlo”, dispara Pablo Dacal en “Lo que está sonando”, canción de su último disco, El progreso. El artista, que atravesó distintos proyectos a lo largo de su carrera, dice sobre sí a Noticias Urbanas: “Definirme es una tarea que no me compete. Es encorsetar lo que estoy buscando y no quiero hacerlo. Con la Orquesta de Salón definía que era músico de salón y le quitaba rigidez. No quería quedar como un chico salido del conservatorio. Me gusta pensarme como artista libre que hace una cosa y otra”.

–¿Tuviste que romper con lo que aprendiste en el conservatorio?
–No entré crudo al conservatorio, entré con 18 años, cuando terminé la secundaria. Cuando iba, pensaba que si entrás queriendo hacer música, te matás o te matan. Hay muchos profesores interesantes y una sabiduría poderosa, pero también una estigmatización institucional que es compleja. Enseñar no es pasar información, es despertar la llama creativa que tenés adentro. Yo no fui para aprender a hacer música. Entonces tomé otros elementos que no tenía.

–¿Hubo una idea previa a grabar El progreso?
–Tenía una idea conceptual, un repertorio más o menos definido y sabía qué temas quería tratar. No sabía qué vestimenta iban a tener las canciones, que ya habían pasado por muchos estados. El contexto sonoro lo definí con el productor, Ezequiel Cutaia. El proceso fue extraño, primero grabé todo con guitarra y voz, le sumé pocas cosas, y con eso estuve trabajando hasta que hablé con él. Sobre eso construimos el resto.

–Hay un agradecimiento especial a María Elena Walsh. ¿Por qué lo incluiste?
–Me sentí conmovido por su fallecimiento, que se dio cuando estaba cerrando el disco. La admiro mucho y no la conocí, me hubiese encantando. Interpreté muchas de sus canciones y me parece una gran artista; admiro su recorrido. Hace algunos meses fui padre y comprobé cómo su voz sigue hablando para mí, mis padres, abuelos; y ante un nuevo ser también brilla.

–¿Creés que en el disco hay una lírica que atraviesa todas las canciones?
–Me cuesta definir, porque soy muy analítico de lo que hago y veo; pero el exceso de análisis es peligroso, o hay que saber tomarlo. Hay un tono parecido en el disco, quise que las letras sean crudas, que tengan poética narrativa pero con lenguaje cotidiano. No me interesa ver una letra y leer el diccionario o las lecturas de quien escribe. Yo quise tratar de acercarme a lo que leí, pero que sea algo más de bar, más directo.

–El disco cuenta con varios invitados, ¿cómo llegaron?
–Era lo que precisaba el disco. No lo pensé como disco de invitados. Venía de trabajar con mucha gente, en la orquesta éramos como 15, y este disco pensé grabarlo solo. Después sume al productor y como no soy baterista, a Juan Jacinto. Ése fue el tríptico fundamental del disco. Después cada canción necesitaba algo y fuimos sumando. “Lo que está sonando” se la mostré a Fito (Páez) al toque de escribirla, le gustó, y después me pareció como un corto, algo de cine, y le encantó la idea y ahí fuimos; y “Nazarena” era una canción que cantaba hace mucho y al momento de grabarla había cosas que me parecían que no podía hacer yo, y esa voz trágica, melodramática de Palo Pandolfo, le daba algo más poderoso.

–Y además de lo que leíste, también escribiste una novela.
–Escribí una novela de joven y por suerte se perdieron los ejemplares, porque no era buena. Ahora escribo poemas, ensayos, siempre llevo un cuaderno encima desde los 12 años. Hice un relevamiento y me pareció interesante. Miré todo, tiré lo que no servía, que era la mayoría, pero rescaté algo.

–¿En qué están tus otros proyectos musicales?
–Todo está en stand by hasta que se activa. Creo y quiero a los artistas que me han sabido guiar por los vericuetos de su mente creativa; no hay que pensar en responder al pedido del público, no soy un gran artista de masas, siento la libertad del artista de culto. Me interesa meterme en lugares que no conozco.

–¿Cómo ves a la industria y el formato de la música?
–Vamos al vinilo. Con ver lo que pasa te das cuenta. El CD no tiene sentido. La música se va a vender en pendrives o te los vas a bajar como ahora, quizás legalmente como se hace en otros lugares. El vinilo tiene su rollo, es un disco físico, un objeto diferente, con una belleza de diseño poderosa. Ponés el vinilo, la púa y sin amplificar algo ya se escucha. A mí me encantan. Tengo un Winco y lo uso muchísimo. Quise editar este disco en vinilo y no pude.

–¿No te gusta el CD como formato?
–Me sabe a poco: el disco lo meto en la computadora, lo grabo y no lo veo nunca más.
Gustos Dacal
Lugar de vacaciones: Berlín.
Red social: probando con Twitter.
Sitio web: www.mas-tarde.blogspot.com.
Disco: Hombre golpe, de Marcelo Ezquiaga.
Libro: Radiografia de la pampa, de Ezequiel Martínez Estrada.
Película: Fin de fiesta, de Leopoldo Torre Nilsson.
Filósofo: Friedrich Nietzsche.


Nota original: mayo 2011 http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=cad99133f6b5d64820f155d2de0a4433

CARAJO

“No tenemos la ambición de conquistar mercados”


El Mar de las Almas es el último disco de Carajo; un trabajo maduro y potente. Langer, su violero, cuenta cómo se gestó y adelanta los próximos pasos del grupo, que está presentando el material todos los sábados de noviembre a las 19:00, en el Teatro de Flores. Texto: Por Marcelo Maccio Villegas


El Mar de las Almas, metáfora para referirse al mundo y a la incertidumbre de lanzarse a nadar en esas aguas entre miles de millones de otras almas, es el nombre del último disco de Carajo, una banda integrada por Marcelo “Corvata” Corvalán (bajo y voz), Andrés “Andy” Vilanova (batería) y Hernán “Tery” Langer (guitarra y coros).

“Estuvimos tocando casi tres años el disco anterior (Inmundo). Fue un álbum con mucha tela para cortar, pero era el momento de un disco nuevo. El Mar de las Almas fue especial porque lo hicimos en nuestro estudio y eso fue todo un desafío: estar a la altura de los otros trabajos. Estamos contentos de lo que se pudo lograr. Creemos que es el mejor disco que hicimos hasta ahora, muy fiel a lo que pasa en vivo, el trío más crudo”, explica Tery a Noticias Urbanas.

–¿Toman el disco como una continuidad o como una ruptura con los trabajos anteriores?
–Siempre tratamos de poner cambios o distintas propuestas, si bien es el mismo trío que se escucha. La idea de Carajo es la evolución, tratar de superarnos, sobre todo musicalmente, se ven las cosas que quedaron sin hacer o por mejorar del disco anterior y se hacen cosas que muestren otra cara de la banda, pero no me parece un disco aislado, hay una continuidad.

–Siguiendo la lógica de los shows Blanco y Negro, donde dividían los temas en “optimistas y pesimistas”; ¿que tipo de canciones contiene El Mar de las Almas?
–La diferencia está marcada por lo musical más que por lo que dicen. El disco está dividido en dos bloques por un tema instrumental, “Limbo”. La primera parte es la negra y la segunda, la blanca. Fue intencional la búsqueda, porque eran bloques muy disímiles pero que contienen lo que la banda hace.

–Los shows de presentación del disco también están divididos.
–En la presentación queríamos diferenciar las dos partes, el disco nuevo y las canciones de trabajos anteriores. Después que sale el disco no se toca entero y la idea era hacerlo ahora, porque después se eligen los temas que más gustan, que más funcionan en vivo.

–¿Los sorprende la reacción de la gente, que conoce y canta los temas nuevos?
–Siempre te sorprende, si bien, por la experiencia de presentar otros discos, sabemos que el público es así. Cuando hicimos el álbum preferimos no quemar ningún tema en vivo, quisimos generar la ansiedad, y aquel que es fan está ansioso por escucharlo, entonces cuando lo tiene se lo morfa y se la pasa escuchando y escuchando.

–Una forma de adelanto fueron los videos garaje, que colgaban en YouTube, mostrando la cocina de la grabación. ¿También los usaban para matar la ansiedad propia?
–Sí, sí. Además, poniéndonos en el lugar del escucha, nos gusta ver la banda, cómo se está grabando, la intimidad y todo lo que no tiene que ver con subirse al escenario. Fuimos subiendo videos semanalmente y la cámara estaba ahí puesta y se daba todo natural. A nosotros mismos nos recicló esa energía de seguir haciéndolo, nos divierte mirarnos y la gente disfrutó eso, porque no se mostró nada del nuevo material, pero iban juntando pedacitos y era para matar la ansiedad y a nosotros nos hizo no perder la conexión con la gente.

–El arte del disco también se gestó de manera casera.
–La idea fue nuestra, le preguntamos a la hermana de Andy y las fotos las hicimos entre nosotros, ésos son nuestros ojos. Un amigo terminó de darle forma, le dio un extra. Se dio que lo trabajamos entre nosotros, no por no querer trabajar con alguien de afuera, sino porque se barajaron muchas otras ideas que hicieron agua.

–Una vez más trabajaron con Ale Vázquez en la producción.
–Estuvo en la producción de todos los discos, es casi un cuarto Carajo ya, siempre estuvo muy metido en la banda, aconsejando. Es una persona amiga, de la cual muchas grandes ideas que el grupo materializó estuvieron relacionadas con él. Cuando se le confía mucho a una persona y ves que el otro le pone lo mismo que vos y no es sólo un trabajo… Ale siempre le puso algo más, fue el que nos dio una mano para sacar nuestro primer disco y ya hay hasta un padrinazgo muy fuerte.

–Como banda no comulgan con la idea de que se necesita de productor a alguien ajeno al grupo, ¿no?
–Es difícil. Llevó su tiempo que él nos diga “esto no va”, y entender que lo dice del lado productivo. Nunca trabajé con otro productor, pero cuando se genera una relación donde todo funciona, la elección de otro productor es, por ahí, una decisión artística. Al momento de grabar nos preguntamos “¿queremos trabajar de nuevo con Ale?”. Pero no por mala onda, porque siempre nos vemos fuera del ámbito musical. Estuvo la idea de hacerlo nosotros mismos, pero ponerse en ese rol… lo mejor es que las decisiones descansen en alguien externo.

–El arte de tapa, grabar en su estudio… ¿van camino a ser una banda independiente?
–Hay muchas bandas que lo hacen y no está mal. El mundo discográfico está cayendo, está en decadencia y la autogestión es algo que si uno quiere controlar las cosas y que no lo pasen por arriba, hay que ir por ese lado. No sé qué vamos a hacer mañana, tenemos un contrato con una discográfica, pero no nos queda mucho más. Entonces se barajan opciones, que son muchas y, por supuesto, ser independientes es una muy válida: tiene muchos pro y debe tener sus contras también, pero tener nuestro estudio también tiene que ver con cierta independencia.

–¿No es descabellado pensar en Carajo como una futura banda independiente, entonces?
–No, porque muchas cosas de las que hicimos tiene que ver con la autogestión. Y como se concibió la banda, esos primeros pasos que con el tiempo hicieron que lleguemos acá, no fue un invento de un año para otro. La discográfica está ahí al costado, apoyándote en algunas cosas, pero no es fundamental.

–Está la posibilidad de girar por Europa el año próximo. Después de giras como la de Cuba, que los marcó tanto, ¿cómo se imaginan la experiencia europea?
–Tenemos muchos interrogantes en cuanto al público y lo que se pueda generar. Es difícil cuando llegás a otros lugares o continentes donde la música que se escucha es totalmente distinta. Tiene que ver con ir constantemente, dejar la semillita y que vaya creciendo, pero no tenemos la ambición de conquistar mercados. Es como Cuba, tiene cero rédito económico y tiene que ver con una cuestión cultural, de intercambiar música.

–¿Hay algún mensaje o concepto que creen que se transmite en el disco?
–Tratamos de ser positivos, demostrar lo que somos y tirar una buena. Que no quede sólo en la queja o que está todo mal; todos vivimos las mismas cosas y sabemos lo que pasa, no hace falta torturarnos con lo mismo.


jueves, 8 de julio de 2010

EDU SCHMIDT


"Soy una ideología de izquierda en un país facho"


Llegó a acaparar todas las cámaras, tocar en el Luna Park, llenar dos Obras consecutivos grabando un DVD y, en la cresta de la ola, se bajó. Arrancó de nuevo. Barajó y volvió a repartir. Hoy el presente le da la razón.


Los filósofos empiristas afirman que el hombre llega al mundo como un papel en blanco y todos sus conocimientos van adquiriéndose desde la experiencia de los sentidos. Sobre Edu Schmidt, ex frontman de Árbol, sus experiencias han escrito mucho. Su carrera dio un giro de 180 grados cuando decidió abrirse de la banda que él había fundado y comenzar un camino solista; para ello, arrancó de cero. Volvió a las raíces. Al under. Hace meses lanzó su primer disco, El silencio es salud, producido por su sello Apio Verde y distribuido por EMI. Café mediante, se apostó a responder todo y más, sin rodeos.

–Grabaste el disco pero hasta que salió a la calle pasó un tiempo, ¿qué sensación te dejó eso?
–Rara, por un lado la adrenalina de grabar y sacarlo se diluyó, pero antes de lanzarlo evaluamos todo: hacerlo todo independiente y perdernos exposición o esperar.


–¿Es mejor firmar con la discográfica después de grabar el material para evitar “sugerencias”?
–A mí nunca me impusieron nada en una discográfica, pero siempre fui con todo resuelto. Si el artista no tiene todo cerrado le dan una mano y aconsejan. El mito de que te dicen “cortate el pelo” no me pasó, quizás porque no tengo pelo.

–¿Qué aporta EMI que vos no lograbas de forma independiente?

–La distribución es mucho más grande. La fabricación. Hay bandas que graban y no fabrican los discos y lo terminan colgando en internet. El soporte cuesta, igual que el marketing, que no se resuelve con poco.


–¿De qué manera surgieron las letras del disco?
–De distinta forma. Lo que hice fue tomarme mucho tiempo, para una letra hubo siete páginas escritas antes. Algunas surgen en situaciones personales, otras leyendo o mirando una peli. En relación a las de Árbol, éstas son muy interiores.


–En varias letras se nota una enumeración.
–Hay una fórmula aditiva, la usan Borges y Bukowski. Sobre una situación se anotan un montón de imágenes que surgen. Siempre alguna de esas cosas pasó. En el caso de “El mosquito sin luz”, por ejemplo, es un vacío afectivo, la vivimos todos cada vez más.


–En “Tu mundo feliz” preguntás “si pudieras elegir, ¿qué cosas harías?”. ¿Qué respondés vos a eso?
–Estar más tranquilo. Una idea recurrente es la necesidad de bajar dos cambios y disfrutar más las cosas desde un lugar más sensible que mental. Muchas preguntas que te mantienen vivo te pueden volver loco. Tranquilo, pero sin dejar de cuestionarse cosas. “Tu mundo feliz” es una idea que tuve hace muchos años: hacer una canción sólo con preguntas, ir en contra de la cosa grandilocuente de quienes tiran postas, porque el artista tiene que hacer todo lo contrario, insinuar cosas que despierten algo en el otro.

–¿Ya te acostumbraste a que el nuevo proyecto lleve tu nombre?

–Es raro y me llevó mucho tiempo. Si bien es una banda, son mis canciones y hago todo yo. Compartimos ensayos y el vivo, pero hay laburos que hago yo solo. Creo en los grupos como lugares de intercambio y generación de ideas, pero acá decido mucho yo.

–¿Te molestan las comparaciones con Árbol?

–Son inevitables. Yo escuché sus discos al igual que en internet mirás a una ex novia. Los sigo queriendo y extraño muchas cosas de ellos. Fue mi grupo, lo hice durante 13 años. En El silencio es salud hubo una cosa adrede porque busqué decir las cosas como en el disco Chapusongs, que es lo que yo más extrañaba. El próximo disco no va a estar tan emparentado a ése, pero sí hubo una búsqueda por ese lado, Chapusongs era a donde tenía que volver para retomar.


–Hablando de Chapusongs, en “Son todas putas”, tema de ese disco, había una frase que volviste a usar.

–Esa frase quedó en un tema que era como un chiste y quedaba perdida. Acá la resignifiqué y queda como que no puedo dejar de ir en contra de la corriente. Agarrar una frase de Chapusongs, citarme y reinventarme tiene que ver con esto de volver a nacer pero seguir siendo el que soy. Reinventé muchas cosas, como el gato que ladra, que era yo: en una orquesta soy un rockero, en un grupo de rock soy clásico, soy una ideología de izquierda en un país facho.


–¿Es obligatorio dar mensajes en las canciones?

–No es imprescindible. La cosa social te atraviesa por más que hables de amor. Somos ideológicos hasta cuando nos abstenemos. El compromiso que tomo con mi carrera es político, de izquierda, por más que hable de las nubes.

–Capusotto dijo que el rock hoy es una salida laboral, ¿Qué opinas vos?

–Yo peleé mucho para que el músico de rock pudiera vivir de su música; el rockero por lo general labura de otra cosa. Yo enseñé muchos años y es algo muy digno, pero eso es docencia. En un acto una directora no me dejó hacer un tema de León Gieco porque era de izquierda. Para no pelear con esa burocracia retrógrada me puse a pelear por los derechos del músico.

–¿Qué es lo depara el futuro del proyecto?

–Estoy componiendo mucho para llegar a fin de año con 10 o 12 canciones y grabarlas el año que viene. También hay proyectos de música para películas, tocar, producir algo.

–¿Te sentís cómodo con tu actualidad?
–Sí. Había una comodidad económica que ahora no tengo. Eso era parte del riesgo, pero disfruto mucho más todo lo otro.

domingo, 27 de junio de 2010

LA VELA PUERCA

"Extrañamos nuestros primeros conciertos"

Antes de una gira por todo el país en la que presentarán su CD+DVD, La Vela Puerca rememora sus épocas pasadas con nostalgia y adelanta lo que será su nuevo disco de estudio, "más rockero, directo y simple".



La Vela Puerca es, por sus orígenes, una banda uruguaya; por adopción, una banda argentina; para conformar a todos, una banda rioplatense. Los fanáticos de cada una de las orillas crecen día a día, y a punto de comenzar una nueva gira por la Argentina, Noticias Urbanas dialogó con Santiago Butler (guitarra).

–¿Cómo se preparan para enfrentar la nueva gira por la Argentina?
–Con La Vela hemos viajado mucho por la Argentina, esta gira es una más, pero estamos con el clima de presentar lo que es el DVD que sacamos (Normalmente anormal), que tiene algunas canciones nuevas. Es algo que nos gusta mucho y lo disfrutamos desde el comienzo, hace once años.

–¿El lugar en el que van a tocar influye en el armado de la lista de temas?
–El lugar se tiene en cuenta y siempre se va cambiando. Si vamos a equis lugar nos fijamos qué tocamos antes, qué teníamos ganas de tocar, qué nos dijo la gente, qué nos pidieron, si hay alguno que quiere tocar algo particular… lo vamos cambiando. No es lo mismo estar en un lugar que estuvimos hace cuatro o cinco meses que en uno que no fuiste nunca.

–¿Hay temas que ya no les gusta tocar en vivo?
–Los conciertos no van de la mano de los discos. Nosotros sacamos El impulso, y no te voy a decir que tocamos las canciones del disco, porque sabemos que el disco se dio en un momento especial y tiene un ambiente especial; es un disco para escuchar, no es un disco agitador. En vivo seguimos tocando canciones del primer disco. ¿Pero la pregunta era…?

–Si hay temas que ya no les gusta tocar.
–Ésa es una discusión que tenemos a veces, por que uno dice “toquemos tal canción”, y otro dice, “ésa en vivo rinde poco” o “es más para otro ámbito”. Así que hay discusión. Algunos temas rinden en vivo y otros precisan de un ambiente y a veces no son momentos para hacerlos, igual algunos siempre tienen que estar.

–Cuando salen de gira por Europa, ¿se sienten embajadores rioplatenses?
–Empezamos a ir a Europa hace seis años. Trabajábamos con Universal en Uruguay y la Argentina, y ellos nos editaron De bichos y flores en Alemania. Ahí surgió la posibilidad de ir, y en ese momento sí nos sentimos embajadores, era llevar un pedazo de Uruguay y eso te hace sentir así. Después, cuando fuimos a España, sin dudas es más como en casa, porque hay más uruguayos y argentinos y por el idioma. Lo que se siente en esos lugares es que para el uruguayo que está allá es muy emocionante, el que la está peleando se junta y se genera una identidad, viene una gran nostalgia y lo mismo pasa con los argentinos.

–El DVD repasa la historia de la banda, ¿cómo se siente girar la cabeza y mirar el camino recorrido?
–Estábamos hace bastante tiempo queriendo sacarlo y es bastante emotivo. Cuando Agustín Ferrando Trenchi (dirección y edición) nos llamó, nos juntamos en la sala, pusimos un proyector y nos mostró el adelanto, la gran mayoría de nosotros nos emocionamos juntos y ahí caímos y dijimos: “¡Pa, qué historia tenemos, de tantos años!”. Había una historia para contar, y nos pasó a nosotros, pero le podría haber pasado a cualquiera. Y quedó bien, es muy emotivo. Nos pone orgullosos de que haya tanto filmado. Es un documento que no nos muestra como una banda de “mirá qué bien que nos fue”, también muestra mucha vivencia interna de amigos y ves que no todo es tan bueno y lujoso. Y hay que viajar, convivir, muchas cosas.

–Después de tanto camino andado, ¿qué cosas extrañan o ya no causan tanto placer?
–La primera gira alemana de dos meses, a la que fuimos sin técnicos y tuvimos que hacer bastante y todo era nuevo, la disfrutamos mucho. Ahora una gira tiene su parte rutinaria, sabes qué puede llegar a pasar. Es como un trabajo, va cansando el tema de viajar. Algunos tenemos hijos y el viajar separa de la familia y eso entra a pesar un poco. Que extrañemos los primeros conciertos que hacíamos, o los festejos gratis, celebrando el cumpleaños los 24 de diciembre, hasta el año 10.

–¿Por que dejaron de hacerlos?
–Nos significaba mucha presión, lo hacíamos nosotros y eran muchos gastos de todo tipo. No lo pudimos hacer más y lo extrañamos, era como una costumbre. Iba creciendo año a año, el último año en el parque Rodó creció tanto que no se podía manejar ya. Lo producíamos nosotros y era mucha responsabilidad. Este diciembre estamos viendo si lo volvemos a hacer.

–¿Ya están trabajando en un nuevo disco de estudio?
–Hoy estuvimos juntos y estamos tirando ideas, tenemos una lista pequeña de canciones y proyectos, melodías. Le estamos dando forma a todo. Queremos grabar un disco nuevo, aunque no sabemos si saldrá este año. Queremos renovarnos y salir de El impulso, que es un disco raro. El nuevo disco no creo que sea tan introspectivo como El impulso.

–Varias veces remarcaste lo raro de El impulso, ¿por qué?
–Todos los discos son diferentes. La Vela no tiene un estilo definido y lo que manda son las canciones. Depende de las canciones que traiga el Enano, que es el principal compositor, hacia dónde va a ir la banda; y él es muy honesto con lo que siente. En El impulso se dieron esas cosas por el momento que vivía él y algunos de nosotros. No es un disco muy radial, pero sí es para escuchar en tu casa, profundo, introspectivo y con mucha música. Fuimos honestos con el momento que vivíamos. Si quisiéramos ser comerciales… La verdad es que no nos faltaron oportunidades para serlo.

–El nuevo disco estará lejos de introspecciones y delicadezas entonces.
–Es un disco rockero. Yo me animaría a decir que no es tan melancólico y que viene con una energía más rockera. Es más directo, más simple.