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lunes, 17 de octubre de 2011

SHAILA

“No facilitamos negocios a terceros”

La banda de punk rock vuelve luego de un tiempo largo de ausencia. Con aire renovado, no quiere entrar en la vorágine de la industria rockera y apuesta a disfrutar cada etapa. Su lucha contra los medios y los envidiosos de siempre. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



Ya pasaron 17 años desde que Shaila dio el puntapié inicial en la música. Los amigos que formaron la banda mientras estaban en el secundario son ahora un grupo de treintañeros que sigue rockeándola. En el medio hubo discos, giras y shows, que continuarán en el futuro. Vienen de un parate desde fines de 2010, y en la charla con Noticias Urbanas adelantan lo que esperan los fans, un nuevo disco de estudio.

“Cuando volvimos, la idea fue no ponernos plazos o términos y tratar de que cada momento se dé con los tiempos que se tengan que dar. El disco es lo mismo, hay bosquejos de canciones pero sin plazos, puede que esté para el año que viene. Toda vuelta necesita un disco que grafique el ahora y este momento es muy movilizante para todos”.

–¿Por qué se dio el parate y por qué el regreso?
–Es más fácil explicar la vuelta que el parate. La vuelta es por la pasión que genera la música, y la pasión perdida en estos tiempos que paramos; volvemos por una necesidad. Y el parate responde a años de trabajar y trabajar, de tocar mucho y no parar nunca; giras, shows, festivales, cierres de año. En medio de todo eso, grabaciones, componer discos, todo autogestionado. Llegó un momento en que estallamos.

–¿Se plantearon cambios posparate?
–A nivel interno sí, cambian cuestiones de la composición interna, pero nada concreto. Es como escuchar al cuerpo; antes lo obligábamos a que vaya de un lado al otro, ahora nos dice “guarda, que no doy más”. Cada momento va a tener sus tiempos lógicos. Vamos a entrar en una vorágine en algún momento, quizá al grabar, pero de un modo light. Es volver un poco a los orígenes también.

–Con Shaila sucede algo raro, y es que a pesar de siempre crecer, nunca explotaron, mediáticamente hablando, del todo. ¿Lo sienten así?
–No descubro nada si digo que la música es un negocio que se pone por encima de todo. Y a la hora en que los grandes popes deciden qué está de moda y qué no, y qué suena y qué no, el negocio tiene que ser total. Si no te pueden chupar desde Sadaic los shows o los discos, vos no sos buen negocio. Negocio sos si encajás en todos los lugares, entonces te garpan un CD, te organizan shows, te llevan a festivales y te sacan guita. Shaila va en contra de eso y es una banda que no facilita negocios a terceros. Los discos los gestionamos y vendemos nosotros, ¿por qué me vas a dar una mano vos? Si me la das es porque después queres un manguito. Si bien las compañías no tienen el peso de los 90, ser independiente todavía en algunos sectores es mala palabra. Pasa un poco por ahí la cosa. ¿Por qué algunos medios no nos dan pelota? Si tenemos convocatoria, discografía, historia y todo. La única explicación es ésa.

–¿Qué dejaron de lado por la música?
–Todo lo que cualquier pibe se toma su tiempo para hacer, nosotros tuvimos que relegarlo, y no es por pasar factura sino una decisión que tomamos. Tu laburo está por debajo de la banda, tus estudios están por debajo de la banda, incluso quizás tus mujeres y novias están por debajo de la banda. Y el parate tiene algo que ver con eso. Cuando llegaron los chicos hubo que pegar un freno de mano, reestablecer prioridades y arrancar de nuevo.

–Desde las letras siempre manejaron temáticas y formas de decir las cosas distintas al resto de las bandas, ¿eso fue una decisión consciente o se dio solo?
–La lírica fue evolucionando con el crecer de Shaila. En las letras estuvo siempre el buscar el porqué de las cosas de una manera meticulosa. No era cuestionar y decir está mal, sino decir, “está mal por esto”. Eso te lleva a utilizar otro vocabulario.

–En cuanto a género, el punk rock parece haber quedado relegado tras las explosiones del reggae y el reggaeton.
–Nuestro género tiene una naturaleza que es la crítica, ser contestatarios. El punk se caracterizó por decirlo de manera más vehemente; el punk fue siempre un poco más marginal. Hoy al punk le succionaron la ideología, pero va a resurgir, es cíclico. Hoy es reggae, mañana otra cosa.

–¿Qué fue lo más duro contra lo que tuvieron que batallar?
–Son buenas preguntas porque son las que no queremos contestar. Tuvimos que batallar contra la envidia, contra un montón de gente mala leche que te quiere hacer pisar el palito, que le quiere hacer creer a la gente que uno no es como es. Quiere desenmascarar cosas que no tienen máscara, o te ponen en lugares en los que no estuviste ni vas a estar.

–Se me ocurre, por ejemplo, el tema de las letras, que decían que eran sacadas de libros de filosofía.
–Hubo críticas de todo tipo. De las letras decían “ojo, que eso es Rousseau” o “aquello es Foucault”. Es una crítica vacía, como que nos deschavaban, pero nunca nos hizo mella. O decían que tal tema era más ramonero o Bad Religion. Pero leemos y escuchamos más que eso y somos auténticos. Nos quisieron bastardear formas de independencia y autogestión. No venimos a hacernos la vedetonga con la carrera impoluta, pero siempre nos bancamos los discos, las remeras, las giras, editamos bandas, las llevamos de gira. Nos jodió que venga un pelotudo a decir que no somos auténticos.



Nota original publicada en Noticias Urbanas: http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=19acbba5aef3b9d7c4bb21b45ef96ac8

jueves, 13 de octubre de 2011

LUCAS MARTÍ

"Ya no me afecta que me encasillen"


El hermano de Emmanuel Horvilleur pisa fuerte en un plano menos masivo que el del Illya Kuryaki. Desentraña para Noticias Urbanas el proyecto Varias Artistas, solo de mujeres, y analiza las lógicas de la industria actual y de la prensa local. Texto por Marcelo Maccio Villegas.


No es normal que un artista componga letra y música de 15 canciones para entregarlas a distintas artistas para que las graben. Sin embargo, eso hizo Lucas Martí, dentro del proyecto Varias Artistas, que ya lleva dos discos editados.

En Se puede, el segundo disco del proyecto, participan Julieta Venegas, Mariana Baraj, Deborah del Corral, Naila Borensztein, Daniela Herrero y Flopa, entre otras.

“A nosotros nos cuesta definirlo. ¿Es una banda?, ¿un compilado? No, es un montón de cosas; es algo que no sabemos definir. Lo que unifica todo es el hecho de que yo compongo las canciones, pero el proyecto gira en torno al disco, no hay actividad más allá de eso”, redondea Martí en una charla con Noticias Urbanas.

–¿Hay cambios entre el primer disco de Varias Artistas y este segundo?
–Se sumaron más personas que queríamos que estuvieran, y otra cuestión es el desarrollo de las letras: el primer disco surgió en un momento en que yo venía de otros discos míos, con una intención de hacer temas sintéticos. En el primer disco las letras tienen la intención de simpleza, son cortas. Este, el segundo, retomó la manera de trabajar con canciones largas, con más desarrollo.

–¿Cómo es componer sabiendo que cantará otra persona?
–Divertido, estimulante, muy entretenido, porque te imaginas personas, voces. A veces sabes quién y otras no. Compongo una música primero y esa música va sugiriendo letras. Hay canciones que surgieron de un día para el otro y terminaron adentro.

–¿Cuál es el criterio para elegir a las artistas?
–Tiene que ver con algo de intuición; qué pienso y siento respecto a alguna de ellas; pienso en sus voces o cómo cantan, y a partir de eso surge la búsqueda de si se da o no. Algunas no se encontraban con las canciones, y ellas se tienen que sentir a gusto; varias dijeron que no. Entonces, eso da la pauta de que las que están es porque sintieron algo.

Lucas Martí trabajó las canciones junto a Ezequiel Kronenberg en la producción. Ambos sienten que en el disco el factor común son los estados de ánimo: “Es un disco compuesto hace dos o tres años. Estaba contento con lo hecho con el primer disco, con el que tuvimos muy buena repercusión. Eso me inspiró a componer el disco en ese momento, con un estado de ánimo de transformación, de algo tristón pero con ganas de transformar. De ahí el titulo Se puede. Por más que las cosas estén grises, se puede”.

Si bien Martí reconoce que "llegar lo más lejos que uno pueda es muy importante", pone como condición que sea "“por lo que hacemos y nada más que por eso". Y agrega, algo desafiante: “El primer disco de Varias Artistas daba para mucho más, pero no tuvimos suerte con la compañía”.

“A los discos muchas veces se le ponen estrellas, puntajes, y se dice por ejemplo que un artista perdió creatividad. Pero la gente de la prensa también carece de creatividad. Cuando hay un proyecto como éste, en el que les proponés algo que sale de lo normal, no lo llegan a captar; y ojo, no quiero quedar como ‘soy diferente’. Está muy instalado que las cosas tienen que ser similares a otras que ya fueron exitosas afuera, y prefieren apostar a eso. Incluso con los empresarios también pasa eso: carecen de creatividad para hacer negocios y apostar a las cosas nuevas”, expresa Martí, intentando ser objetivo en su crítica.

–¿Qué ideas nuevas hay en la música?
–Qué pregunta difícil [dice, y piensa varios segundos]. Cuando te ponés grande y no lo querés aceptar, empezás a decir que no hay cosas nuevas, cuando en realidad habría que decir “estoy viejo y ya no investigo como antes”. O también es típico decir que lo viejo fue mejor. Pero creo que siempre hay cosas nuevas, pasa que uno se va cerrando. Igual, lo nuevo, de los 90 para acá, tiene que ver con reciclar y meterse en la basura y sacar algo; meter la mano en lugares donde no la metía nadie. Yo vengo de ahí también. En A-Tirador Láser, mi antigua banda, agarrábamos un montón de cosas, mezclábamos todo, eso me dio una apertura, no soy una persona que se encasille.

–¿Importa el lado comercial?
–Sí, por supuesto. Cuando compongo siento que algunas canciones tienen potencial y pienso que eso va a ir de mano en mano y puede llegar a un montón de lugares. Que yo tenga como motivo principal buscar la belleza musical no quiere decir que eso no pueda escucharlo cualquier persona y entenderlo.

–¿Irían por un tercer disco de Varias Artistas?
–Sí, porque es un proyecto que me da satisfacción en un montón de sentidos y es parte de mi carrera y me renueva. Tomo una distancia de mi ego de cantar; tomo fuerza y sigo en mi actividad de componer y sacar discos. Está bárbara la idea, y proyecto trabajar con gente joven.

–Siempre trabajando de forma independiente.
–Si una compañía hace un proyecto así, el mismo, no va a tener este resultado. Armarlo de manera independiente tiene una magia y se nota. Hay mucha gente que está trabajando en la industria y es inoperante. Si vos le das a un sello grande un proyecto así, quizás lo hacen peor que nosotros.

–¿A qué cosas le esquivás?
–Que me comparen o encasillen fueron los primeros disgustos cuando empecé a hacer música, pero te puedo asegurar que ya no me afecta.



Nota original publicada en Noticias Urbanas: http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=5dd2ec230884e0562f62b60a576f09db

lunes, 22 de agosto de 2011

LAURA CANOURA

“Nunca apoyé a un candidato electoral”

A pocos días de su show en Buenos Aires, la compositora y cantante da su punto de vista sobre varios temas y comenta los detalles de su último disco editado en la Argentina. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



Laura Canoura tiene un nuevo “motivo de festejo”, como ella llama a cada nuevo disco (ya lleva más de una decena) de su carrera. El más reciente, editado en la Argentina, es Un amor del bueno. Con esa excusa, Noticias Urbanas dialogó con la intérprete y compositora.

–Un amor del bueno es un disco con canciones de tu autoría, ¿cómo fue ese trabajo?
–Empecé como compositora muy tibiamente. Al principio me daba mucha vergüenza, después me fui envalentonando. Tomo mis temas como si fueran temas de otros intérpretes. Una vez que terminé de componer trato de darles mis virtudes como intérprete, que son mayores que como compositora, me despego de mí como autora.

–La edición argentina tiene cambios respecto a la uruguaya, ¿a qué se debe?
–Es diferente el arte, se hizo un formato más apaisado. Está basado en el arte original y fue un tema de productora, para que se destaque en los puntos de venta. El arte tiene que ver mucho conmigo en este momento.

–¿Seguís escuchando el disco después de editado?
–La gente fantasea con que los músicos tenemos los mejores equipos de música, y no es así. Somos muy desbolados, nuestros equipos son un rejunte que sólo uno sabe cómo se conectan. A mí se me había roto y hacía mucho que no escuchaba mis discos, y cuando lo arreglé, volví a escucharlo, con un poco de temor, pero pasó la prueba. Lo escuché íntegro sin interrupciones, que es como me gusta. Además, en Uruguay está saliendo una antología de dos discos, por lo que tuve que escuchar ese máster, que incluye material de mi primer y último disco… [hace una pausa, mira cómplice y suelta] El disco nuevo me gusta mucho.

–Decís que el disco hay que escucharlo de principio a fin. Es decir, lo pensás como una totalidad, ¿no?
–Es inevitable. El artista piensa el disco como una totalidad, como el escritor, que no se le ocurre que van a empezar a leer su libro por el capítulo 3. Éste no es un disco que requiera ser escuchado de principio a fin como si fuese una historia, pero a la hora de armarlo, no es que uno tiró las canciones y como cayeron quedaron. Creo que es un tema de educación también.

–Cantaste varias veces con la filarmónica de Montevideo, ¿cómo fue la experiencia?
–Genial. Al principio fue superestresante cantar con una banda con más de 80 músicos. Da la impresión de que te tiran arriba de una ballena y hay que hacer equilibrio. Veía que algo no estaba haciendo bien, hablé con el director y él me dio una clase magistral: me dijo que tenía que cantar como cantante de ópera, que él me seguía, veía mis tiempos y que los músicos seguían su batuta. A partir de ese momento para mí fue la felicidad, porque podía hacer lo que quisiera que él iba a manejar ese bicho enorme.

–También participaste en la asunción de Tabaré Vázquez y Michelle Bachelet, ¿creés que debe existir una relación del artista con la política? Si es así, ¿cómo debe ser?
–Es inevitable como individuos. Soy una persona con ideología, forma de pensar, ética, como cualquiera. A mi criterio no son buenas las asociaciones político-partidarias, porque eso flecha demasiado la cancha, obliga al artista a poner al servicio de una campaña política partidaria muchos años de trabajo, de prestigio, de imagen; pero sí creo que está bien asociarse con las causas que uno cree que son justas y necesarias. Yo soy una mujer de izquierda, de toda mi vida. He sido votante del Frente Amplio desde que pude votar, entonces, qué mayor felicidad para mí que poder estar ahí en el momento de celebrar que después de décadas de buscar un gobierno de izquierda se lograra. Y en el caso de la asunción de Bachelet, el vínculo con Chile es afectivo desde mi adolescencia. Ideológicamente y por ser una mujer que asumía en el poder, marcando una tendencia, para mí fue un honor.

–¿En la música también existen los tratos diferentes de acuerdo al género?
–En lo musical estricto, nunca tuve problemas; pero en el círculo que lo rodea sí hay discriminación, y hay que ir con pie de plomo. Se sabe que para ciertas negociaciones es preferible que vaya un hombre, en ciertos ámbitos y ciertos acuerdos. Esas cosas a la larga cambian, son otros los paradigmas en estas épocas.

–En la Argentina aparecieron solicitadas con la firma de artistas en apoyo a candidatos; ¿harías eso?
–Soy partidaria de que en cualquier transacción debe haber ganancia para ambas partes. En un acuerdo de ese tipo, el artista entrega mucho, años de prestigio, a una cosa que pasa en esas elecciones, y después ya no hay acuerdo. No creo que sea útil o necesario. Me lo ofrecieron y nunca quise.

–Sin embargo, sostenés que apoyarías ciertas cuestiones, ¿cuáles?
–Una es la lucha contra la violencia doméstica. Soy una mujer reconocida en Uruguay, y si salgo en la tele y digo cosas que ayuden a otra mujer que está del otro lado para preservarse y salvarse, por supuesto que lo hago; y también coincido con cosas relacionadas a los niños. Además participé de la campaña por el matrimonio igualitario. Son cuestiones que no tienen tanta difusión y si mi presencia puede aportar algo, lo hago.

jueves, 2 de junio de 2011

CARAJO

“No tenemos la ambición de conquistar mercados”


El Mar de las Almas es el último disco de Carajo; un trabajo maduro y potente. Langer, su violero, cuenta cómo se gestó y adelanta los próximos pasos del grupo, que está presentando el material todos los sábados de noviembre a las 19:00, en el Teatro de Flores. Texto: Por Marcelo Maccio Villegas


El Mar de las Almas, metáfora para referirse al mundo y a la incertidumbre de lanzarse a nadar en esas aguas entre miles de millones de otras almas, es el nombre del último disco de Carajo, una banda integrada por Marcelo “Corvata” Corvalán (bajo y voz), Andrés “Andy” Vilanova (batería) y Hernán “Tery” Langer (guitarra y coros).

“Estuvimos tocando casi tres años el disco anterior (Inmundo). Fue un álbum con mucha tela para cortar, pero era el momento de un disco nuevo. El Mar de las Almas fue especial porque lo hicimos en nuestro estudio y eso fue todo un desafío: estar a la altura de los otros trabajos. Estamos contentos de lo que se pudo lograr. Creemos que es el mejor disco que hicimos hasta ahora, muy fiel a lo que pasa en vivo, el trío más crudo”, explica Tery a Noticias Urbanas.

–¿Toman el disco como una continuidad o como una ruptura con los trabajos anteriores?
–Siempre tratamos de poner cambios o distintas propuestas, si bien es el mismo trío que se escucha. La idea de Carajo es la evolución, tratar de superarnos, sobre todo musicalmente, se ven las cosas que quedaron sin hacer o por mejorar del disco anterior y se hacen cosas que muestren otra cara de la banda, pero no me parece un disco aislado, hay una continuidad.

–Siguiendo la lógica de los shows Blanco y Negro, donde dividían los temas en “optimistas y pesimistas”; ¿que tipo de canciones contiene El Mar de las Almas?
–La diferencia está marcada por lo musical más que por lo que dicen. El disco está dividido en dos bloques por un tema instrumental, “Limbo”. La primera parte es la negra y la segunda, la blanca. Fue intencional la búsqueda, porque eran bloques muy disímiles pero que contienen lo que la banda hace.

–Los shows de presentación del disco también están divididos.
–En la presentación queríamos diferenciar las dos partes, el disco nuevo y las canciones de trabajos anteriores. Después que sale el disco no se toca entero y la idea era hacerlo ahora, porque después se eligen los temas que más gustan, que más funcionan en vivo.

–¿Los sorprende la reacción de la gente, que conoce y canta los temas nuevos?
–Siempre te sorprende, si bien, por la experiencia de presentar otros discos, sabemos que el público es así. Cuando hicimos el álbum preferimos no quemar ningún tema en vivo, quisimos generar la ansiedad, y aquel que es fan está ansioso por escucharlo, entonces cuando lo tiene se lo morfa y se la pasa escuchando y escuchando.

–Una forma de adelanto fueron los videos garaje, que colgaban en YouTube, mostrando la cocina de la grabación. ¿También los usaban para matar la ansiedad propia?
–Sí, sí. Además, poniéndonos en el lugar del escucha, nos gusta ver la banda, cómo se está grabando, la intimidad y todo lo que no tiene que ver con subirse al escenario. Fuimos subiendo videos semanalmente y la cámara estaba ahí puesta y se daba todo natural. A nosotros mismos nos recicló esa energía de seguir haciéndolo, nos divierte mirarnos y la gente disfrutó eso, porque no se mostró nada del nuevo material, pero iban juntando pedacitos y era para matar la ansiedad y a nosotros nos hizo no perder la conexión con la gente.

–El arte del disco también se gestó de manera casera.
–La idea fue nuestra, le preguntamos a la hermana de Andy y las fotos las hicimos entre nosotros, ésos son nuestros ojos. Un amigo terminó de darle forma, le dio un extra. Se dio que lo trabajamos entre nosotros, no por no querer trabajar con alguien de afuera, sino porque se barajaron muchas otras ideas que hicieron agua.

–Una vez más trabajaron con Ale Vázquez en la producción.
–Estuvo en la producción de todos los discos, es casi un cuarto Carajo ya, siempre estuvo muy metido en la banda, aconsejando. Es una persona amiga, de la cual muchas grandes ideas que el grupo materializó estuvieron relacionadas con él. Cuando se le confía mucho a una persona y ves que el otro le pone lo mismo que vos y no es sólo un trabajo… Ale siempre le puso algo más, fue el que nos dio una mano para sacar nuestro primer disco y ya hay hasta un padrinazgo muy fuerte.

–Como banda no comulgan con la idea de que se necesita de productor a alguien ajeno al grupo, ¿no?
–Es difícil. Llevó su tiempo que él nos diga “esto no va”, y entender que lo dice del lado productivo. Nunca trabajé con otro productor, pero cuando se genera una relación donde todo funciona, la elección de otro productor es, por ahí, una decisión artística. Al momento de grabar nos preguntamos “¿queremos trabajar de nuevo con Ale?”. Pero no por mala onda, porque siempre nos vemos fuera del ámbito musical. Estuvo la idea de hacerlo nosotros mismos, pero ponerse en ese rol… lo mejor es que las decisiones descansen en alguien externo.

–El arte de tapa, grabar en su estudio… ¿van camino a ser una banda independiente?
–Hay muchas bandas que lo hacen y no está mal. El mundo discográfico está cayendo, está en decadencia y la autogestión es algo que si uno quiere controlar las cosas y que no lo pasen por arriba, hay que ir por ese lado. No sé qué vamos a hacer mañana, tenemos un contrato con una discográfica, pero no nos queda mucho más. Entonces se barajan opciones, que son muchas y, por supuesto, ser independientes es una muy válida: tiene muchos pro y debe tener sus contras también, pero tener nuestro estudio también tiene que ver con cierta independencia.

–¿No es descabellado pensar en Carajo como una futura banda independiente, entonces?
–No, porque muchas cosas de las que hicimos tiene que ver con la autogestión. Y como se concibió la banda, esos primeros pasos que con el tiempo hicieron que lleguemos acá, no fue un invento de un año para otro. La discográfica está ahí al costado, apoyándote en algunas cosas, pero no es fundamental.

–Está la posibilidad de girar por Europa el año próximo. Después de giras como la de Cuba, que los marcó tanto, ¿cómo se imaginan la experiencia europea?
–Tenemos muchos interrogantes en cuanto al público y lo que se pueda generar. Es difícil cuando llegás a otros lugares o continentes donde la música que se escucha es totalmente distinta. Tiene que ver con ir constantemente, dejar la semillita y que vaya creciendo, pero no tenemos la ambición de conquistar mercados. Es como Cuba, tiene cero rédito económico y tiene que ver con una cuestión cultural, de intercambiar música.

–¿Hay algún mensaje o concepto que creen que se transmite en el disco?
–Tratamos de ser positivos, demostrar lo que somos y tirar una buena. Que no quede sólo en la queja o que está todo mal; todos vivimos las mismas cosas y sabemos lo que pasa, no hace falta torturarnos con lo mismo.


jueves, 8 de julio de 2010

EDU SCHMIDT


"Soy una ideología de izquierda en un país facho"


Llegó a acaparar todas las cámaras, tocar en el Luna Park, llenar dos Obras consecutivos grabando un DVD y, en la cresta de la ola, se bajó. Arrancó de nuevo. Barajó y volvió a repartir. Hoy el presente le da la razón.


Los filósofos empiristas afirman que el hombre llega al mundo como un papel en blanco y todos sus conocimientos van adquiriéndose desde la experiencia de los sentidos. Sobre Edu Schmidt, ex frontman de Árbol, sus experiencias han escrito mucho. Su carrera dio un giro de 180 grados cuando decidió abrirse de la banda que él había fundado y comenzar un camino solista; para ello, arrancó de cero. Volvió a las raíces. Al under. Hace meses lanzó su primer disco, El silencio es salud, producido por su sello Apio Verde y distribuido por EMI. Café mediante, se apostó a responder todo y más, sin rodeos.

–Grabaste el disco pero hasta que salió a la calle pasó un tiempo, ¿qué sensación te dejó eso?
–Rara, por un lado la adrenalina de grabar y sacarlo se diluyó, pero antes de lanzarlo evaluamos todo: hacerlo todo independiente y perdernos exposición o esperar.


–¿Es mejor firmar con la discográfica después de grabar el material para evitar “sugerencias”?
–A mí nunca me impusieron nada en una discográfica, pero siempre fui con todo resuelto. Si el artista no tiene todo cerrado le dan una mano y aconsejan. El mito de que te dicen “cortate el pelo” no me pasó, quizás porque no tengo pelo.

–¿Qué aporta EMI que vos no lograbas de forma independiente?

–La distribución es mucho más grande. La fabricación. Hay bandas que graban y no fabrican los discos y lo terminan colgando en internet. El soporte cuesta, igual que el marketing, que no se resuelve con poco.


–¿De qué manera surgieron las letras del disco?
–De distinta forma. Lo que hice fue tomarme mucho tiempo, para una letra hubo siete páginas escritas antes. Algunas surgen en situaciones personales, otras leyendo o mirando una peli. En relación a las de Árbol, éstas son muy interiores.


–En varias letras se nota una enumeración.
–Hay una fórmula aditiva, la usan Borges y Bukowski. Sobre una situación se anotan un montón de imágenes que surgen. Siempre alguna de esas cosas pasó. En el caso de “El mosquito sin luz”, por ejemplo, es un vacío afectivo, la vivimos todos cada vez más.


–En “Tu mundo feliz” preguntás “si pudieras elegir, ¿qué cosas harías?”. ¿Qué respondés vos a eso?
–Estar más tranquilo. Una idea recurrente es la necesidad de bajar dos cambios y disfrutar más las cosas desde un lugar más sensible que mental. Muchas preguntas que te mantienen vivo te pueden volver loco. Tranquilo, pero sin dejar de cuestionarse cosas. “Tu mundo feliz” es una idea que tuve hace muchos años: hacer una canción sólo con preguntas, ir en contra de la cosa grandilocuente de quienes tiran postas, porque el artista tiene que hacer todo lo contrario, insinuar cosas que despierten algo en el otro.

–¿Ya te acostumbraste a que el nuevo proyecto lleve tu nombre?

–Es raro y me llevó mucho tiempo. Si bien es una banda, son mis canciones y hago todo yo. Compartimos ensayos y el vivo, pero hay laburos que hago yo solo. Creo en los grupos como lugares de intercambio y generación de ideas, pero acá decido mucho yo.

–¿Te molestan las comparaciones con Árbol?

–Son inevitables. Yo escuché sus discos al igual que en internet mirás a una ex novia. Los sigo queriendo y extraño muchas cosas de ellos. Fue mi grupo, lo hice durante 13 años. En El silencio es salud hubo una cosa adrede porque busqué decir las cosas como en el disco Chapusongs, que es lo que yo más extrañaba. El próximo disco no va a estar tan emparentado a ése, pero sí hubo una búsqueda por ese lado, Chapusongs era a donde tenía que volver para retomar.


–Hablando de Chapusongs, en “Son todas putas”, tema de ese disco, había una frase que volviste a usar.

–Esa frase quedó en un tema que era como un chiste y quedaba perdida. Acá la resignifiqué y queda como que no puedo dejar de ir en contra de la corriente. Agarrar una frase de Chapusongs, citarme y reinventarme tiene que ver con esto de volver a nacer pero seguir siendo el que soy. Reinventé muchas cosas, como el gato que ladra, que era yo: en una orquesta soy un rockero, en un grupo de rock soy clásico, soy una ideología de izquierda en un país facho.


–¿Es obligatorio dar mensajes en las canciones?

–No es imprescindible. La cosa social te atraviesa por más que hables de amor. Somos ideológicos hasta cuando nos abstenemos. El compromiso que tomo con mi carrera es político, de izquierda, por más que hable de las nubes.

–Capusotto dijo que el rock hoy es una salida laboral, ¿Qué opinas vos?

–Yo peleé mucho para que el músico de rock pudiera vivir de su música; el rockero por lo general labura de otra cosa. Yo enseñé muchos años y es algo muy digno, pero eso es docencia. En un acto una directora no me dejó hacer un tema de León Gieco porque era de izquierda. Para no pelear con esa burocracia retrógrada me puse a pelear por los derechos del músico.

–¿Qué es lo depara el futuro del proyecto?

–Estoy componiendo mucho para llegar a fin de año con 10 o 12 canciones y grabarlas el año que viene. También hay proyectos de música para películas, tocar, producir algo.

–¿Te sentís cómodo con tu actualidad?
–Sí. Había una comodidad económica que ahora no tengo. Eso era parte del riesgo, pero disfruto mucho más todo lo otro.