jueves, 28 de julio de 2011

CADENA PERPETUA

“Ya no nos preguntan por qué nos llamamos así”

La banda punk de Villa del Parque está por presentar Plaga, su último disco. Previo al recital del 11, el grupo, lejos de pensar en “la explosión del público”, repasa con Noticias Urbanas sus dos décadas de vida. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



“Ya no nos preguntan por qué tenemos este nombre: eso es un paso adelante. Si nos preguntan, nos ponemos el cassette y disparamos. La respuesta es que cuando habíamos elegido el nombre eran todos nombres violentos; ensayábamos cerca de una cárcel y de ahí salió. Estaban Massacre Palestina, Los Violadores, ¡mirá qué nombre!, y nosotros buscábamos eso. Incluso nos llamaron ‘Los Cadena’, porque ‘Cadena Perpetua’ sonaba muy fuerte. Hoy ya ni las guitarras suenan fuertes, la distorsión ya no llama tanto la atención.” El párrafo, casi sin pausas, surge de boca de Eduardo “Edu” Graziadei, bajista de Cadena Perpetua, banda que integra junto a Damián Biscotti (batería) y Hernán “Vala” Valente (voz y guitarra).

La banda oriunda de Villa del Parque presentará el 11 de junio su nuevo disco, Plaga, de fines de 2010. “Por los comentarios noto que a la gente adulta le gusta mucho el disco; a los chicos no sé. Vamos a ver qué pasa en los recitales, pero bueno, a mi novia y a mi mamá les gusta, eso es buena señal, porque nunca les gustan mis discos, es la primera vez que pasa lo contrario”, dice Edu –entre risas– y da paso a Vala: “‘Gritan mucho’, ‘hacen mucho ruido’, ‘no se entiende’, son los comentarios típicos”.

–¿Cómo llegan a laburar con Juanchi Baleirón como productor?
Vala: –Él tiene un estilo que se relaciona con el nuestro desde hace mucho: estuvo en la grabación de Invasión 88, hizo Ángeles caídos (Attaque 77) y también discos de Mal Momento, Massacre, Expulsados, y es amante de nuestro género. Hacía mucho que lo teníamos en cuenta como opción y estábamos con ganas de trabajar con él. Por suerte se dio.

–¿Tuvieron en cuenta las expectativas del público al hacer el disco nuevo?
Edu: –Tenemos en cuenta siempre a la gente, cómo lo va a recibir. Lo que no tenemos en cuenta son las opiniones de la gente antes de hacer el disco: no nos limita lo que ellos quieren escuchar. Hacemos lo que nos gusta a nosotros porque el disco es nuestro, aunque después forme parte de cada uno. Primero nos tiene que gustar a nosotros.

–Cuando lanzaron Malas costumbres (2003) expresaron que no se sentían seguros con el sonido logrado. ¿Ahora sienten esa misma inseguridad?
Edu: –Este disco está muy aproximado a lo que esperaba y no siento muchas fisuras. Otras veces me pasó de decir que con tal canción hubiera hecho otra cosa. De todos los que grabamos, éste es con el que me quedé más conforme, lo sigo escuchando y disfrutando. Somos muy enfermos con lo que hacemos y en un 95 por ciento estoy de acuerdo con lo que hicimos esta vez.

–Tocan hace más de 20 años y siempre crecieron, pero nunca tuvieron un gran hit. ¿Creen que sucederá en algún momento?
Edu: –Sentimos lo mismo, que siempre fue creciendo la banda, pero nunca hubo una explosión, ni creo que la haya a esta altura. Son fenómenos que se dan a veces. Sin ir más lejos le pasó a 2 Minutos, después a Attaque 77, pero después, dentro del estilo, no le pasó a otras bandas. A nosotros no nos pasó, pero tampoco esperamos que nos pase, estamos bien así.
Vala: –No lo esperamos ni pensamos cosas como “con este tema la pegamos”.

–Pero reconocen que hay un crecimiento constante.
Edu: –Sin duda. Yo creo que a nosotros nos ganó la música. Empezamos con esto no para ser músicos, sino para decir nuestras verdades. Y de a poco la música nos fue atrapando y ahora queremos hacer buenas canciones y buscar la canción perfecta, que nunca va a salir, pero estamos atrás de eso.

–En la búsqueda parece que rompieron el molde al tratar, desde la lírica, siempre temas que hacen a la problemática social.
Vala: –Sí, a ningún disco le faltó lo social, y Plaga no es la excepción. Observar y hacer una canción está siempre, y para no machacar todo el tiempo con lo mismo, también está bueno fijarte en otras cosas que te suceden o inventar una historia.
Edu: –Me encantó que suceda ese cambio. En Largas noches (2000) pensamos que no iba a gustar porque veníamos muy sociales y le dimos espacio a cosas más sentimentales y pasó todo lo contrario, la gente se sentía también identificada. Nos dimos cuenta de que a la gente no sólo le pasa que está cara la carne, sino que también se pelea con una mina o el pibe no sabe cómo decirle a una chica que le gusta.

–Y dentro de los cambios, ¿nunca pensaron en agregar otro guitarrista?
Edu: –Sí, de hecho el año pasado ya hicimos dos shows con Sam, el guitarrista de Motorama. Y la idea es presentar Plaga también con él, en Capital, y que venga al interior a girar después. Vamos a necesitar otro violero porque en este disco hay muchos arreglos.
Vala: –Queremos respetar los arreglos que hay en el disco. No nos achicamos, de hecho apuntamos a más, nos gustaría poder mantener una estructura más grande. Cuando tocamos en Obras, en 2007, hubo tres vientos y otra guitarra como invitados y cuando se bajaron del escenario y quedamos nosotros tres, sentimos la diferencia. Queríamos que volvieran a subir.
Edu: –Igual siempre van a ser artistas invitados, por más que toquen durante 20 años, Cadena es un trío.

–¿Notan una gran diferencia entre Buscando salidas (1997) y Plaga?
Vala: –No hay una cosa sin otra. No estaría Plaga sin Buscando salidas. Es una madurez de nuestro trabajo. No podría hacer un Buscando salidas hoy, ni podría haber hecho un Plaga antes. Creo que todo es una cosa.
Edu: –El sonido realmente es muy distinto. Hay algo que está muy pensado y otra cosa que está hecha como se puede. Grabamos Buscando salidas sin tener idea de cómo se hacía para grabar, sin productor artístico. Lo hicimos nosotros y en un estudio, de una, a las seis de la mañana porque era más barato.

lunes, 25 de julio de 2011

CUATRO PESOS DE PROPINA

“Somos independientes por coherencia”

Con su segundo disco ya editado, la banda uruguaya viene a presentarlo a Buenos Aires. Diego Rossberg, su cantante, afirma que el grupo es su “medicina”. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



“La única certeza que tengo es que en el futuro van a seguir existiendo las canciones; pero no sé en qué formato.” Ésa es la conclusión final de Diego Rossberg, voz de Cuatro Pesos de Propina, una banda uruguaya que tuvo su nacimiento en 2000 y se afianzó con formación estable cuatro años más tarde. En 2007 editaron Se está complicando y a finales de 2010, Juan.

“A diferencia del primero, que se tocó durante tres años antes de grabarlo, este disco empezó con los temas en la guitarra, que después se produjeron antes de entrar al estudio, lo que es un proceso nuevo, como un parto. El niño nació precioso, sano. Salió impecable la edición”, afirma el cantante en la charla que tuvo con NU previo a la presentación de la placa en Buenos Aires.

–¿Cómo responde el público?
–La sensación es que al que le gustaba el primer disco, el nuevo le encanta. Y al que el primero no lo convencía, éste le gustó. Estamos muy conformes.

–¿Creen que ya tienen un estilo definido después de dos discos?
–Una cosa es el sonido del disco y otra es el vivo. Nuestra característica es fusionar mucho. Por ejemplo, el saxofonista nuestro toca, además, en la Sinfónica; el percusionista escucha folclore y Mano Negra; yo soy argentino y traigo mi música, y el guitarrista tiene una distorsión podrida aunque hagamos salsa o ska. Eso es un sello que hace una identidad, pero no descubrimos la pólvora. Nuestra energía es transmitir desde el amor lo que estamos haciendo.

–¿Y no tienen miedo de no hacer pie en ningún lado?
–No, porque hacemos que Cuatro Pesos sea la parte más sana que tenemos. Podré tener mal mi relación con la familia, con los amigos, pero Cuatro Pesos es la parte sana mía. Cuatro Pesos es lo que nos colma el espíritu, nuestra medicina.

–¿Y lo toman como un laburo o como un hobbie?
–La banda es una herramienta que me hace bien, que encontré en esta vida. Es mi herramienta para ofrecer la sanación y cosas con amor, que la parte sana contagie y sane a alguien, yo me voy con amor cuando alguien se me acerca con amor, y yo con la música hago lo mismo: entrego mi amor. Por consecuencia quiero terminar viviendo de esto.

–Vivir de la música siempre es un tema difícil.
–En el under, a veces, es mal visto eso: querer cobrar una entrada, tocar en mejores lugares, pero bueno, voy por donde voy y si soy coherente con lo mío es lógico que quiera vivir de esto porque lo hago con un amor y una fuerza increíbles.

–Y en el camino está ser independientes. ¿Es una elección o es el único camino que hay?
–Es por coherencia. Por sentir que hacemos las cosas con mucho amor, con mucho esfuerzo, y sería incoherente que ese amor y esfuerzo lo regaláramos a una disquera que nos pague regalías de un peso con cincuenta por unidad de disco y perdamos el derecho de comercialización de nuestra música. Es como que tengas un hijo y se lo des a una empresa que lo esclavice laburando 18 horas por día, a uno con cincuenta. En cambio, no sería descabellado firmar un contrato, porque ser independiente requiere de un esfuerzo descomunal que agota. No podés estar ensayando, componiendo, haciendo notas, tocando y, además, ir a una disquera a ver si en la batea había un disco tuyo y se vendió.

–¿Qué es lo más difícil de ser una banda independiente?
–Es tener un grupo que se afiance y que se sienta cómodo de laburar así. Esto requiere de una estructura operativa y humana y laburar todo el tiempo para que no se derrumbe. Mucho huevo. Al final es un desgaste, pero también una satisfacción. Hacés lo que te gusta y el balance termina siendo positivo. Hoy estamos en ésta, mañana veremos. Está bueno vivir de la música. A veces la gente se baja un disco y después cuando tiene guita se lo compra. Y lo que más convendría es que se lo bajara, pasara por la sala de ensayo y dejara 5 pesos; con eso ganaría más el músico.

–Si bien Juan, el último disco de la banda, es reciente, ¿ya piensan en su sucesor?
–Ya pensamos en el que viene. Al guitarrista se le ocurrió que tenía que ser así y me apretó, así que ya estamos cocinando temas, pero para sacarlo el año que viene, cuando esté listo y se pueda. Hay que concretar ensayos y llevarlo bien producido al estudio para en un mes grabarlo entero.

–¿Prefieren grabar rápido?
–Es por un tema monetario. No podés ir a boludear al estudio, quizás se cambian cositas, pero no mucho más, porque el reloj corre y marca. No se puede ir a zapar ahí adentro.

–Al momento de la composición, ¿cómo es el trabajo de las letras?
–Yo compongo. Trato de alinearme con la parte más sana mía y de ahí bajar mensajes, contar lo que me pasa, una historia.

–¿Y hay primacía de la letra sobre la música o viceversa?
–Una canción no se separa, si no, es un poema o una pieza musical. Una canción es un paquete: letra y música.

domingo, 17 de julio de 2011

FRED WESLEY

“Quiero morir en el escenario” 

El trombonista, por años ladero de James Brown, se presentará en la Ciudad en doble fecha. En exclusiva, adelanta su show para Noticias Urbanas, habla del jazz, de su ex compañero y de la música como forma de vida. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



Fred Wesley es conocido a nivel mundial por su trabajo al lado de James Brown, junto con quien diseñó un sonido funk que marcó a las generaciones posteriores. Luego tocó junto a George Clinton & Bootsy Collins. La crítica y sus colegas lo han reconocido como uno de los mejores trombonistas de su generación (junto a Frank Lacy, Ray Anderson y Steve Turre).

Wesley, además, es compositor y arreglista de funk y jazz. Jugó un papel esencial en la definición de un sonido que hoy se considera estándar dentro del estilo. Su talento como improvisador y músico de jazz y su papel en la transición de Brown desde el soul hasta el funk, sumado a la enorme influencia que su concepción ha tenido en la música moderna, lo transforman en una de las figuras de referencia de la música contemporánea en general y como trombonista en particular.

Noticias Urbanas se contactó con el artista y, en exclusiva, adelanta sus shows en la Ciudad, en los que estará acompañado por The New JB’s (siete músicos que lo secundan) en la gira que también lo llevará a Brasil.

–¿Qué expectativas le genera venir a tocar a la Argentina?
–Creo que todas las personas en el mundo son básicamente las mismas, y espero que la gente en la Argentina disfrute de un show de funk. Yo haré lo correcto para ellos, así que esperamos que la gente en la Argentina pueda bailar, cantar, divertirse y ser feliz, al igual que toda la gente de otros lugares del mundo.

–¿Cómo va a ser el show en el plano musical?
–Vamos a tocar la música de la JB’s, que es básicamente la música de James Brown, y es el tipo de música que me hizo famoso. Pero vamos a intercalar también mi música, que no es tan conocida por algunos, pero que a la gente le gusta. Espero y creo que al pueblo de la Argentina le va a gustar también. Deseo, además, que tengamos un buen momento.

–¿Cómo ve la escena del jazz y funk actual a nivel mundial?
–El jazz y el funk han progresado a un nuevo nivel de competencia. Los músicos de jazz ahora son competentes. Son más competentes que conmovedores. El jazz es más cerebral ahora y no tan conmovedor. Los jóvenes tienen habilidades y creo que su música habla de éstas, mientras que el jazz de mi época era muy conmovedor.

–¿Qué diferencias obseva en el jazz desde sus inicios hasta la actualidad?
–Más gente blanca toca jazz ahora porque se enteraron de que no es sólo una cosa de negros. El jazz puede ser tocado por cualquier persona que lo estudia y lo aprende.

–¿Qué músicos o bandas le gusta y escucha?
–Bueno, todavía me encanta la banda de Count Basie. Es muy conmovedor, es muy bueno; no puedo decir lo mucho que me encanta. Pero también me gusta Kool and the Gang. Lee Morgan es mi trompetista favorito, y también me encantan Cannonball Adderley y J. J. Johnson. La mayoría de la gente son personas que quiero y ya están muertas. Curtis Fuller es un querido amigo mío y es un gran músico. Esos son mis favoritos.

–¿Cuáles son sus recuerdos de James Brown? ¿Alguna historia de su relación con él?
–Creo que a James Brown le gusté. No creo que le gustara mucha gente, pero creo que se encariñó conmigo. Él me dio un consejo que me ha ayudado en mi vida. Mis recuerdos hacia él son como una especie de maestro y amigo. Pero pongo más énfasis en la parte docente que en la parte amigo porque yo realmente no creo que él fuese amigo de nadie, aunque creo que yo le gustaba.

–¿Cuál es el motor que lo lleva a seguir tocando en vivo?
–¡¡Pastillas de ginseng!! Creo que eso es todo. Yo no quiero morir sentado y sin hacer nada. Quiero morir en el escenario. Lo que más me gusta es tocar para un público. La gente dice que tengo un incendio, una magia, y creo que viene de mi padre. Había una magia en él también. No puedo explicarlo, sólo está allí. Realmente no sé de dónde viene. Digamos que viene de Dios. Debe ser Dios. Tiene que ser Dios.

–¿Piensa o imagina que pueden surgir nuevos artistas de la talla de James Brown, Bob Marley y otros grandes músicos de la historia?
–Tal vez, de una manera diferente. James Brown nació de la pobreza, y Bob Marley, de la opresión. Fueron adversidades que los hicieron hablar y ser grandes. El próximo Bob Marley puede no ser oprimido o no nacer en la pobreza, pero quizás tenga cosas diferentes que lo impulsen. Tal vez, la necesidad de ser famoso. Como Michael Jackson, que tenía una gran necesidad de ser famoso.

–¿Hay otros temas que, además de la música, le apasionen?
–La justicia. Soy un apasionado de la justicia. Ojalá todo el mundo pueda obtener justicia en el mundo.



Nota original: abril 2011 http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=d6d5ab07716bd15fd0120ae866ca7c8f

jueves, 14 de julio de 2011

CARLOS BALMACEDA

“Buenos Aires tiene una mirada autorreferente”

Acaba de editar "La plegaria del vidente", una novela que trata de reconstruir la saga de asesinatos del “loco de la ruta”, en Mar del Plata, cuya adaptación al cine está por conocerse. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



El caso conocido en los medios, el del asesino serial que trascendió como “el loco de la ruta”, que durante la década del 90 mató a prostitutas de la ciudad de Mar del Plata, es el tema de La plegaria del vidente, el libro de Carlos Balmaceda, que dialogó con Noticias Urbanas.

“Durante tres años aproveché la realidad, los lugares y las escenas de Mar del Plata para crear una ficción en torno a ese tema, con el objetivo de poner en crisis la lectura de la verdad: cómo es que nos enteramos de lo que sucede, cómo se construye la verdad y los relatos en la contemporaneidad. Ésa es la génesis.”

–Uno de los mayores atractivos de la novela es su forma de escritura, con tres personajes en primera persona, que se turnan la palabra.
–Quería que el lector se enterara de lo que pasaba de manera fragmentada y espacial, tanto en tiempo como en lugares, entendiendo lo que sucedía mediante la reconstrucción de lo que contaban todos. Hoy se construye la realidad de esa manera. El único que se entera de todo lo que pasa es el lector, que es un espectador de la realidad y va sumando información que dan los personajes. Buscaba que hacia el final el único que supiera lo que había sucedido fuera el lector.

–¿Eso fue buscado o apareció con el libro ya terminado?
–Se dio en paralelo, porque iba escribiendo la novela mientras que las cosas que se cuentan (y las que no se cuentan) iban pasando. Es una novela que se construye en paralelo a la realidad, que también construía su propia historia, en relación a estos casos.

–Está por estrenarse la película basada en el libro, ¿cómo es esa experiencia?
–Fue utilizar un lenguaje muy distinto, porque el cinematográfico es de acción, con una resolución concreta de los episodios a través de la imagen y el sonido. La novela tiene otro estilo, es sólo la palabra que describe y cuenta. Pero me gusta saltar de género. Escribo teatro, documentales, y la posibilidad de hacer un guión de cine me interesaba mucho e hice el de la película. Es una coproducción hispano-argentina y ya está lista para el estreno. La película en sí es un policial duro, pero atractivo y filmado con un voltaje fantástico.

–Pareciera que lo que más vende libros en la actualidad es la investigación periodística o la revisión histórica de los 70 y 80.
–Siempre hay tensión entre la literatura de ficción y la de actualidad, metiendo en la de actualidad no sólo los libros periodísticos sino también los de artistas o famosos que hacen biografías. Eso tiene un público. Lo que la ficción tiene de diferente es que es un mercado que es imposible que tengan los otros libros. Es imposible que un ensayo periodístico alcance la dimensión de un Harry Potter, por ejemplo, o de libros de García Márquez, Vargas Llosa o Stephen King. La ficción es la única posibilidad que tiene la literatura de producir fenómenos mundiales globales de mucha intensidad. En la Argentina hay un momento particular, con una invasión, generada desde el campo oficial, por ejemplo, de una temática que redunda alrededor de ciertos momentos históricos o circunstancias histórico-políticas. Pero eso tiene una salida local, interesa muy poco fuera de las fronteras.

–¿Y además no tienen un plazo temporal?
–Después de años, esos libros sólo sirven como fuente. La temporalidad le quita dimensión a las obras, pero se da una convivencia normal y no conflictiva. En la ficción hay autores como Andahazi o Guillermo Martínez, que tienen libros con no menos de 30 traducciones a otros idiomas. Nunca vas a ver que eso suceda con libros periodísticos. Con la ficción hay una posibilidad con el mercado de la traducción, la adaptación cinematográfica, a series… para eso lo más buscado son los libros de ficción, y dentro de eso, los géneros policial y negro. Por ejemplo, la novela de Eduardo Sacheri, La pregunta de sus ojos, que se adaptó al cine (El secreto de sus ojos) y ganó un Oscar.

–¿Qué opina sobre la Feria del Libro?
–Me parece espectacular la Feria, con sus contradicciones y matices. Creo que año tras año muestra la potencia cultural de nuestro país. Este año tuvo crisis, como si convenía que viniera o no un premio Nobel, que no le cae bien a un determinado sector de la intelectualidad argentina. Pero al margen de esa anécdota, me parece importantísima la Feria.

–¿Cómo vio el episodio con Vargas Llosa?
–La venida de Vargas Llosa juega a favor del idioma, porque no deja de ser una feria en un país que tiene un idioma que es de los más difundidos a nivel mundial, y que además tiene una potencia cultural espectacular. Nuestra Feria del Libro es muy buena y es una de las más importantes del mundo.

–En Mar del Plata está al frente de un festival de libros.
–Soy presidente de la ONG Mdpnegraypol, que organiza el festival Azabache los días 13, 14 y 15 de mayo en Mar del Plata. Es un festival del género negro y policial con literatura, cine, TV, cómic, graffiti, arte urbano y otras cosas. Hay mesas, charlas, ponencias, encuentros de fotos y hasta bandas de jazz que tocan música de películas del género. Es el primer festival de esta naturaleza que se hace en Latinoamérica.

–¿De qué reniega de la literatura?
–Los escritores como yo, que vivimos en Mar del Plata, notamos que en Capital hay una mirada muy autorreferente. Cuando se habla de literatura, se habla de la literatura de la Ciudad de Buenos Aires, la porteña, escrita por porteños o por personas del interior que se fueron a vivir allá. No hay una mirada global, esto es algo que pasa en la Argentina. En otros países no pasa.



Nota original: abril 2011 http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=923455f4baaa7a297a7b2422fb4ad54e

jueves, 7 de julio de 2011

NITO MESTRE

“No hay nada nuevo en el rock argentino”

Maduro, reflexivo y humilde, Nito Mestre recibió a Noticias Urbanas antes de emprender una gira por España. Crítico del reggaeton, cree que es posible una juventud similar a la de los 70, y deja la puerta abierta para volver con Charly. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



Sentado a la mesa de un bar en Palermo Hollywood, barrio en que vive, Nito Mestre recibe a Noticias Urbanas en medio del calor porteño. Cortado mediante y con humildad como su primer atributo, el cantante y compositor ex Sui Generis no pone reparos a la hora de hablar.

–Después de dos años, terminaron los conciertos que hiciste junto a Silvina Garré, ¿cómo fue la experiencia?
–Pusimos punto final al menos en Capital y a donde fuimos, para no volver a ir. Cada uno tiene sus cosas, pero dejamos las puertas abiertas. Salio tan bárbaro todo, que te da lástima.

–Estuviste girando todo el año pasado, incluso por lugares donde no se habla español, ¿cómo te fue?
–En todos los lugares donde toco la mayoría de los que van son latinos. A ninguno de los que van a Israel los va a ver gente que no son latinos. En Estados Unidos vi bandas que van y si hay mil personas, 950 son latinas y 50 se equivocaron y entraron. El que dice que tocó y fueron los americanos… es raro. El americano no escucha español, le chupa un huevo y la mitad del otro, no es curioso.

–A punto de emprender una gira por España, ¿cuáles son tus expectativas?
–Puede ir bárbaro como también moderado. España está en uno de los peores momentos. Iba a ir el año pasado y se demoró, y ahora dije “ahora o nunca”, así que me voy. Voy con la expectativa de ver, sonar se que suena bien. En Israel terminó una sala de 500 personas llorando toda; nos contagiaban a nosotros, una emoción infernal. Tenía que hacer mil temas más, esa gira fue memorable, increíble.

–También estás armando el disco sucesor de Flores de Nashville…
–Es un disco con temas que no son de rock. Hay ritmos de folclore, latino, tangos. Ya tenía en mente 5 o 6 y quiero 10. Estoy viendo cuáles son los otros para arreglarlos y adaptarlos a mi manera, sin que el tema pierda la esencia. Tienen que ser temas que me produzcan algo, aunque sean de cuando era chico, o de gente que haya admirado de chico, como María Elena Walsh. Grabo en junio y lo saco en agosto; yo grabo y saco, porque no hago marketing de esas cosas. Soy independiente y no tengo necesidad de sacarlo en las fiestas o cosas así. Lo saco y lo subo a internet.

–¿Cómo ves el rock argentino actual?
–No hay nada nuevo, excepto una banda, Austria, que la nombro porque me gustó, pero no hay ningún otro proyecto que haya escuchado y gustado.

–Sin embargo está lleno de bandas, de todos los géneros.
–Pero eso no tiene que ver con la calidad, cantidad sí hay, pero no hay nada interesante. Sería más interesante que haya una sola banda de reggae, pero buena; una sola de ska, pero buena, y así. Ahora va a empezar a haber mil bandas de reggaeton y es lo peor que podría pasar en la historia de la humanidad. Escuché muchos temas de cancha, quilombo, pogo; y yo pregunto: ¿pondría ese tema en mi casa y lo disfrutaría? No. Tendría que tirarme un balde de cerveza, saltar por todos lados, pegarme en la cabeza y quizás me guste. A mí me gusta escuchar la música.

–¿Y qué pensás de las bandas que buscan sólo pegar un tema?
–Como lógica y sueño del pibe está bien, cualquiera quiere pegarla y después ver cómo vas mejorando. Es normal, como un pibe de 14 que quiere ser un astro en el fútbol, está fantástico eso, dejar de hacerlo sería una ridiculez. El tema es si hace algo bueno o no. Ahora no veo canciones que yo pueda escuchar.

–¿Cuál es el motor que te lleva a seguir tocando?
–El vivo. En febrero tuve menos shows que lo usual y me sentía raro, estoy acostumbrado a tocar y cada vez me gusta más. A tocar y grabar discos le agarré la vuelta. Es algo que querés decir y lo dejás plasmado para toda la vida, es como tener un nene.

–¿Y siempre quedan cosas por decir?
–Yo grabo todos los días, escribo siempre; cuando planeo un disco nuevo busco el por qué de hacerlo, y el por qué es auditivamente, el sonido. Busco el equilibrio general. Cuando me pongo a escribir, escribo lo que venga y lo guardo. Al tiempo lo agarro y dejo partes y tomo partes de todo, como para crear el tema.

–¿Cómo ves desde la actualidad los 70?
–Divertidos, móviles y peligrosos, sobre todo los 70 y pico. Era divertido e inconsciente de alguna manera. El 72, primer disco y grabar. En el 74 empezó a complicarse todo y la sensación que tengo es de que todo era riesgoso, incluso hacer shows. 74, 75 y 76 era peligroso, muy revolucionario todo, pero denso. Una sensación de algo peligroso, que si tocabas te podía pasar algo, que podés o no decir… comparado a ahora que podés decir lo que se te canta el culo, la diferencia es enorme. Ahora prendes la televisión y escuchás cualquier barbaridad. Un tipo así, diciendo eso en los 70, duraba 30 segundos. O sea, tipos cantando una ligera cosa que se te va la letra y le suena fuera de lugar a alguno, mínimo te decían “Che, no lo podés decir, no podés hacer esto”. Eran muchos “no”. También todo ese riesgo tenia una cierta diversión, que te hacia más tenaz de ir en contra de todo lo prohibido, y eso era divertido, ir inconsciente.

–¿Podría haber de nuevo una juventud como la de los 70, con deseos y sueños, que ponga la música y el arte a disposición de esos sueños?
–Por suerte creo que sí, pero está muy lejos de la época del reggaeton, que es lo más imbécil que he escuchado. No entiendo como a una mujer le puede gustar escuchar eso, que es una letra donde la basurean. Para mí es la última caída en lo berreta, entonces es factible que después de tanta basura salga algo. El reggaeton es insoportable, es el último eslabón de lo más bajo que se puede caer; o espero que así sea y que no salga algo aún peor, como pasó cuando pensé que los DJ eran lo peor que podían pasar.

–Pensás como Pappo, que un DJ no toca música…
–El DJ no toca, no, obviamente. Con lo que otros tocaron, pasan música ellos. El que pasa el disco con las luces y eso, lo que toca es la bandeja, pero no toca música. El verbo tocar está mal usado.

–¿Cómo viste el regreso de Charly?
–Bien. Yo hubiese empezado al revés, de cosas chicas a grandes. Está fenómeno que haya salido a tocar, lo veo bárbaro y le hacía falta. Lo conozco y lo escucho mucho más suelto. Veo que le falta un poco para que esté como yo creo que tiene que estar, pero lo va a lograr.

–¿Alguna vez pensaron en volver a hacer algo juntos?
–Nunca se sabe, nos llevamos bien y estamos en contacto. Dejamos la puerta abierta. Mientras los dos estemos vivos, hay posibilidades.

–¿Qué proyecto queda en el tintero?
–Seguir haciendo cosas con la banda sinfónica. La idea es traerla a la Capital; lo hicimos en Ciudades del interior ya. Hay un repertorio con temas míos, de Sui, de todos lados.



Nota original: marzo 2011 http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=a70730e08cb4e4adf5af305eca355d53

lunes, 4 de julio de 2011

NO LO SOPORTO

"Siempre somos exigentes con nosotros mismos”

El trío de chicas devenido en quinteto mixto acaba de editar un EP como adelanto de su próximo disco. Es el primer lanzamiento de la nueva formación. Afirman que crear una propuesta original es uno de los objetivos de la banda. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



El nacimiento marcado por los estrógenos en 2002 y que presentaba a las tres mujeres arriba del escenario quedó atrás. 2011 transformó a No Lo Soporto en una banda mixta, donde la presencia de la testosterona fue aportada por dos nuevas caras, que se sumaron al proyecto tras la salida de Lara Pedrosa a mediados de 2010.

No Lo Soporto quedó, entonces, integrado por las hermanas Naila y Lucía Borensztein en guitarra y voz la primera y batería la segunda; Agustín Ferro en guitarras, la recientemente incorporada María Gimena Álvarez Cela en teclados y el otro Borensztein, Kevin, en bajo. En lo musical, acaban de lanzar Instinto, un EP de cuatro temas a modo de adelanto de su próximo LP, que esperan lanzar a mitad de año.

Noticias Urbanas dialogó con Lucía, una de las mentoras del grupo, de quien el último disco incluirá algunos temas de su autoría. “Teníamos ganas de mostrar la nueva formación, el nuevo estilo de NLS. Adelantarnos en el tiempo al hecho de mostrar lo nuevo, que es lo que mejor nos representa ahora, más que los discos anteriores, que ya quedaron viejos en ese sentido”, justifica la salida del EP la baterista.

–¿Ya se acostumbraron al quinteto?
–Sí, estamos recontentas con el resultado, sobre todo con la parte humana. Se armó un lindo grupo, la pasamos bien. Además, nos da muchas posibilidades musicales con los arreglos, el trío era limitado en ese sentido. Para Naila es algo mucho más libre, se puede desprender de lo que toca, porque la línea central la hace el teclado, por ejemplo, y eso le da más libertad.

–¿Cómo fue la salida de Lara?
–Hace tiempo que veníamos distanciadas en el tema musical. Lo que escuchábamos nos distanciaba. Ella quería seguir con su proyecto solista y nosotras aprovechamos para renovar la banda. Lo tomamos como una nueva etapa.

–Si Lara no se hubiese ido, ¿hubiesen sumado más gente?
–No sé. Probablemente no hubiésemos sumado a nadie. Pero está bueno el cambio.

–Se fue Lara y siguió No Lo Soporto. ¿Cuándo dejaría de existir la banda?
–Si en algún momento no está Naila, ya no sería NLS. En este caso se fue la bajista que, si bien cumplía un rol importante, no pensamos que el proyecto se terminaba porque ella se fuera.

Los temas que incluyeron en el EP tuvieron varias etapas. Los tocó Naila sólo con su guitarra. Los grabaron cuando aún Lara estaba en NLS. Luego los adaptaron al quinteto y finalmente los grabaron con la producción de Diego Blanco, integrante de Los Pericos. Hay, además, un cover, “Viajando hacia el este”, de La Sobrecarga. “Lo elegimos porque creímos que se adaptaba muy bien al nuevo formato. Nos gustaba por el groove, por la letra y además porque es un tema que no tenía demasiados arreglos, estaba crudo como para hacerle cosas arriba y poner nuestra visión; al final hay una parte que es composición nuestra, no fuimos muy fieles al original”, explica Lucía.

–¿Cómo fue trabajar con Diego Blanco en la producción?
–Lo conocíamos de la época de Avión. Él grabó con nosotros en ese disco y sabíamos que era productor. Diego es muy prolijo, resuelve muy bien la parte técnica y nos dio un costado más pop. Queríamos incluir teclados, sonidos electrónicos que lleven para los ochenta y él fue la persona indicada.

–¿Van a incluir temas en inglés en el disco?
–Para cantar en inglés hay que tener buena pronunciación, sentir el idioma. Nosotras queremos que nos entiendan, transmitir. Entonces vamos a cantar en español. La compañía nos da mucho apoyo, pero también mucha libertad. En cuanto a la música somos libres ciento por ciento.

–¿Les interesa el lado comercial de la música?
–Siempre querés que tu música llegue a la mayor cantidad de gente, pero eso no influye al momento de componer. Siempre somos exigentes con nosotros mismos, con mejorar como músicos. Estudiamos todos, somos meticulosos, queremos mejorar en cada disco. Si a la gente le gusta y lo quiere comprar mejor, pero lo hacemos por hacer música.

–¿Y qué opinan de las descargas desde internet?
–No nos molesta, porque es imposible de controlar, y ponerse estricto con eso no tiene mucho sentido. Sí está bueno que si lo escuchan y les gusta, vengan a los shows.

–¿Qué opinión les merecen los artistas que en los últimos años incursionan en política y salen a defender un partido?
–A nosotros no nos interesa. Los respetamos, pero no nos metemos en política.

–¿Y qué les interesa? ¿Por qué hacen música?
–En principio, para disfrutar de lo que nos gusta hacer. Dedicarse a lo que a uno le apasiona. Y después, porque está bueno tener una propuesta nueva, original. Dentro de tantas bandas que suenan igual, NLS siempre trajo esa propuesta de algo original, eso es un objetivo también.

–¿Qué piensan acerca de bandas del tipo “rock barrial” o “rock chabón”?
–No compartimos la estética, ni la música, ni las letras. Son una realidad musical, no pretendemos cambiar eso tampoco. Pero si hay gente que quiere y gusta de escuchar otra cosa, tiene, por ejemplo, a No Lo Soporto.



Nota original: febrero 2011 http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=708fb6e5a89a9cdcb94217c3a302be45