miércoles, 18 de agosto de 2010

BARBI UTOPIANS

"Somos una banda con pocos ideales"

Bárbara Recanati lidera Utopians, banda que se abre paso en la escena local y crece en popularidad. A días de lanzar su segundo disco, Freaks, dialogó con NU sobre una agrupación cuyo atributo es la “diversidad”.



“Cuando hacés música siempre estás inspirado por algo, y que te identifiquen con lo que te inspiró, es un cumplido grande”, explica Bárbara Recanati –Barbi–, sobre las referencias a Patti Smith que reciben tanto ella como la banda de la cual es guitarrista y frontwoman: Utopians.

La entrevista se concreta en el corazón de Palermo. Barbi vive a seis cuadras de la casa de Charly García y, a pesar de ser casi las cuatro de la tarde, almuerza arroz con hongos, sentada a la barra de un bar.

Utopians se completa con Larry (batería), Mario (bajo y coros) y Gustavo Fiocchi (guitarra). “Nos define la diversidad: somos diferentes, fanáticos de la música, pero muy diferentes. Esas diferencias al extremo hacen el sonido de la banda”, delinea, y agrega que los integrantes coinciden en que no son seguidores de bandas nacionales. Y remata: “No escucho un disco de Serú Girán desde que tengo nueve años”.

–Están cerca del lanzamiento de su segundo disco.
–Estamos entusiasmados, sólo falta masterizarlo. El disco anterior (Inhuman) fue malparido, nos quisimos sacar de encima el material que teníamos. Este fue distinto, le dedicamos más tiempo, nos sentamos a componerlo y lo fuimos a grabar a Chile porque pegamos buena onda con Chile. Se llama Freaks, un término muy Utopians. A nuestro público lo tildan de freak, que es un halago: destacarse ahora que todo es igual.

–Se hace esperar el lanzamiento.
–Cuando terminamos la grabación vino el terremoto y fue un caos, no se pudo hacer nada. El estudio se vino abajo y tuvimos que esperar meses para poder mezclarlo acá: un quilombo.

–¿Se perdió la energía de grabar el disco y salir a presentarlo?
–Se re perdió. Lo vamos a sacar porque lo piden, pero nosotros grabaríamos otro. Debido a la naturaleza se atrasó a un punto que ya queremos regalarlo en Cabildo y Juramento.

–El disco incluye una novedad: temas en castellano.
–Fue un proceso no-proceso. Cuando arrancamos nunca nos cuestionamos el idioma. Era sentarnos, escribir y tocar. Nos empezó a ir bien, nos iba a ver más gente y a reclamar el español, que para nosotros era imposible, no nos salía. Con el tiempo tuve ganas de experimentar algo en castellano por los seguidores que querían escucharnos en nuestro idioma, y empecé a escuchar más música de acá. Cuando llegó el momento de componer, me salió hacer cuatro temas en español y nadie las cuestionó.

–¿Los otros integrantes lo tomaron naturalmente también?
–¡Los chicos tocaron semanas las canciones antes de darse cuenta que eran en español! Eran mitad y mitad, inglés y español, y me dijeron que era una cagona y no me la jugaba, así que las pasé todas a español. Nos llevó mucho tiempo que sea natural, cinco años, y estamos orgullosos de eso.

–¿En vivo rinden igual que las cantadas en inglés?
–En vivo es re natural, me encanta la reacción de la gente. Haría más canciones en español por la reacción de la gente; no por estupideces que me dijeron, referidas al patriotismo: eso es una estupidez, un pensamiento chato, básico y retrógrado.

–¿De qué tratan las letras de Utopians?
–Son fantasiosas. Hablan de psicópatas y freaks, que los veo mucho en la vida cotidiana y es algo referente de la banda: siempre vemos personas bizarras del mundo de la noche y los temas son dedicados a ellos.

Comenzó a tocar la guitarra después de ver la película American Pop y “flashearla en colores”. Por eso, tomó una guitarra vieja que había en su casa y se fue ¡a la iglesia a aprender! Luego se enemistó con la Iglesia, y a los 12 compró su primera guitarra eléctrica con la cruz de su comunión. Asegura que les gustaría “vivir de la música”, y aclara sobre el camino a recorrer: “A veces uno se desespera y confunde y piensa que hay cosas que son parte de ese camino, cuando no. Viene un sello y no ofrece nada, sólo te sacan lo poco que conseguiste. Algunos piensan que firmar con sellos es vender el culo; yo lo tengo a la venta hace muchos años al culo, pero lo que necesito es un buen precio, no me molesta venderlo. Hace falta un buen contrato nomás”.

–¿Cómo cambia la banda con el pasar de los años?
–El tiempo pule la personalidad. A muchas bandas les pasa lo contrario, arrancan como un núcleo y después quieren experimentar y terminan en cualquier lugar. Nosotros con el tiempo nos volvemos más definidos.

–¿Con qué trabas se cruzaron?
–El idioma y el dinero, que a veces no es traba, pero vos vas caminando y los demás lo hacen en auto. Igual terminó ayudando, porque hacer las cosas sin dinero hizo que aprendamos a ganar plata con la música y a las bandas eso les cuesta mucho. Nosotros cobramos por tocar en lugares donde otras bandas pagan por tocar.

–¿Apuntan a ser una banda masiva?
–No me molestaría. Nos gusta tocar y somos una banda con pocos ideales, lo único que queremos es tocar en vivo. Si podemos hacerlo cada vez para más gente y más cómodos, mejor.

–¿Tocar es lo más importante?
–Nos gusta el vivo, el resto es un tramiterío plomo. Hay un mes que no tocamos, y es cuando queremos separar la banda, nos peleamos, uno se quiere suicidar (risas). Estamos acostumbrados a tocar todos los fines de semana. Hay mucho esfuerzo de por medio y se justifica tocando en vivo. Si no tocás, se pierde la justificación y parece que estás perdiendo tiempo.

martes, 3 de agosto de 2010

Jorge Rossi, líder de Manto

"Apuesto todo a la banda"

Ex bajista en Los Gardelitos e Intoxicados, luego de la disolución de la banda de Pity, Jorge Rossi formó Manto. Tras grabar un primer CD, De velocidad de tiempo y despacio, ya piensa en el sucesor, mientras se muestra feliz con su nueva etapa.



Jorge Rossi, ex bajista de Los Gardelitos e Intoxicados, presentó hace ya más de un año su nueva banda, Manto, en la que tiene el rol de voz principal, guitarrista y compositor.

Lanzó De velocidad de tiempo y despacio, el primer disco de la banda, que a lo largo de su corta historia tuvo algunos cambios de integrantes. En comunicación con Noticias Urbanas, Rossi explica la génesis de su nuevo proyecto: “Lo de Manto nace porque yo tenía temas guardados, grabados en mi casa mientras tocaba en Intoxicados. Se fueron juntando y llegó el momento en que los quise grabar con una banda. Una amiga, María Eva (Albistur) –que tocó el bajo en el disco–, me dijo por qué no lo grababa, que ella le avisaba a algunos músicos”.

“Le avisó a Fernando Samalea (batería) y yo le dije al ‘Negro’ Carlos García López (guitarra) y a Adrián ‘Burbujas’ Pérez (teclados) y se fue formando así, para hacerme la gamba a mí, para grabar. Fuimos a Circo Beat y grabamos el disco con producción nuestra en algunos temas. Algunos los produjo Ezequiel Araujo, que había producido algunos discos de Intoxicados, y otros los produjeron Alfredo Toth y Pablo Guyot. Los mezclamos con Mario Breuer y después de grabarlo salimos a tocarlo”, relata, con naturalidad.

–Hasta ese momento era una selección de músicos y productores.
–Cada uno de los chicos tenía sus proyectos. Eso era para grabar el disco y chau. Samalea tocaba con Gustavo (Cerati), el Negro García López tiene su proyecto solista y toca con Charly también, pero para mí fue muy importante haber grabado con ellos mi primer disco.

–¿Después vino la formación actual?
–Cuando se dio que cada uno de los chicos volvió con sus proyectos, les dije a unos amigos, algunos ex Turf, como Fernando Caloia (batería) y Nicolás Ottavianelli (teclados) –ellos también habían estado de invitados en un tema del disco–; Sebastián Alonso (bajo), Facundo Iñigo (primera guitarra) y Gianina Torino (coros). Con todos ellos sigo tocando hasta ahora.

–Después de estar al lado de Korneta Suárez y el Pity Álvarez, ¿cómo te sentís en el rol de frontman?
–Me siento cómodo, la verdad. Si bien antes lo hacía para amigos, ya la primera vez que canté y toqué la guitarra ahí adelante me sentí cómodo. Pero cada vez me tengo que esforzar más y tratar de aprender más; es algo que hago hace un año y medio como mucho, supongo que tengo que aprender un montón más todavía.

–¿Qué devolución da el público?
–Muy buena onda, muy buena onda. La verdad es que hay un gran recibimiento, y Manto no es algo parecido a lo que hacía en mis otras bandas.

–¿Hay algo en común entre Manto, Los Gardelitos e Intoxicados?
–Quizás el espíritu de muchas cosas que hice tanto en Intoxicados como en Los Gardelitos, o del Pity, Korneta y los músicos con los que toqué, puede parecerse. Esa experiencia la puedo estar exponiendo, usando, ahora. Pero creo que está bueno que no sepa muy bien a dónde va la banda y no tenga un estilo. En eso se parece a Intoxicados.

–¿Te molesta que te pregunten por el Pity o Intoxicados?
–Ahora no, al principio sí. Venía con todas las ganas de contar lo nuevo… pero es lógico, porque fue una banda bastante popular y es lógico que se pregunte. La verdad que todo bien, me sigo viendo con Pity y los chicos, y cada uno hace la suya.

–¿Qué opinas del Pity ahora? Le dedicaron un mural.
–Sí –interrumpe–, es cerca de mi casa. ¡Buenísimo! Me parece que el Pity se lo merece, porque hizo muy buenas canciones, es un personaje total. Yo lo que siempre quise es que el loco esté bien y la pase bien; es lo que se le puede desear a una persona con la que compartiste tanto, viviste, y en lo musical también, que grabe un disco y siga haciendo música.

–Gardelitos, Intoxicados, ¿Manto es la banda definitiva de Jorge Rossi?
–No lo puedo asegurar ahora, pero sí creo que tengo para rato y es mi proyecto, lo siento muy propio, algo mío. Y si alguna vez estoy cansado y lo dejo… me lo tomé muy relajado esto, después de haber venido con toda la vorágine de lo que fue Intoxicados, una banda con la que toqué mucho y muy seguido, con Manto me tomo todo más tranqui, es una buena fórmula hacer las cosas tranquilo, relajado y disfrutando a full. Después se verá que pasará dentro de 10 años, si sigo estando en Manto o formé algún otro grupo. Por ahora apuesto todo a Manto.

–¿Ya está en mente el segundo disco?
–Sí, ya pienso en eso. Tenemos 20 o 25 temas, de los cuales quiero seleccionar 12 y en febrero empezar a grabar. Son temas míos pero los chicos pueden mostrar sus canciones.

–¿Es posible explicar las letras?
–Algunas son un poco abstractas, ideas que me vienen a la cabeza y tienen que ver con sentimientos o esa tristeza alegre que nos agarra a la mañana, a la madrugada o a la noche, en varias etapas. Si te tengo que decir de qué hablan, no te sabría explicar; a veces hasta a mí me salen letras que después las escucho, me gusta no entenderlas un poco, releerlas y decir “uh, sí, ahora entiendo lo que estoy diciendo” y hace un año no. Eso está bueno, significa que me siguen pasando cosas.