jueves, 2 de junio de 2011

CARAJO

“No tenemos la ambición de conquistar mercados”


El Mar de las Almas es el último disco de Carajo; un trabajo maduro y potente. Langer, su violero, cuenta cómo se gestó y adelanta los próximos pasos del grupo, que está presentando el material todos los sábados de noviembre a las 19:00, en el Teatro de Flores. Texto: Por Marcelo Maccio Villegas


El Mar de las Almas, metáfora para referirse al mundo y a la incertidumbre de lanzarse a nadar en esas aguas entre miles de millones de otras almas, es el nombre del último disco de Carajo, una banda integrada por Marcelo “Corvata” Corvalán (bajo y voz), Andrés “Andy” Vilanova (batería) y Hernán “Tery” Langer (guitarra y coros).

“Estuvimos tocando casi tres años el disco anterior (Inmundo). Fue un álbum con mucha tela para cortar, pero era el momento de un disco nuevo. El Mar de las Almas fue especial porque lo hicimos en nuestro estudio y eso fue todo un desafío: estar a la altura de los otros trabajos. Estamos contentos de lo que se pudo lograr. Creemos que es el mejor disco que hicimos hasta ahora, muy fiel a lo que pasa en vivo, el trío más crudo”, explica Tery a Noticias Urbanas.

–¿Toman el disco como una continuidad o como una ruptura con los trabajos anteriores?
–Siempre tratamos de poner cambios o distintas propuestas, si bien es el mismo trío que se escucha. La idea de Carajo es la evolución, tratar de superarnos, sobre todo musicalmente, se ven las cosas que quedaron sin hacer o por mejorar del disco anterior y se hacen cosas que muestren otra cara de la banda, pero no me parece un disco aislado, hay una continuidad.

–Siguiendo la lógica de los shows Blanco y Negro, donde dividían los temas en “optimistas y pesimistas”; ¿que tipo de canciones contiene El Mar de las Almas?
–La diferencia está marcada por lo musical más que por lo que dicen. El disco está dividido en dos bloques por un tema instrumental, “Limbo”. La primera parte es la negra y la segunda, la blanca. Fue intencional la búsqueda, porque eran bloques muy disímiles pero que contienen lo que la banda hace.

–Los shows de presentación del disco también están divididos.
–En la presentación queríamos diferenciar las dos partes, el disco nuevo y las canciones de trabajos anteriores. Después que sale el disco no se toca entero y la idea era hacerlo ahora, porque después se eligen los temas que más gustan, que más funcionan en vivo.

–¿Los sorprende la reacción de la gente, que conoce y canta los temas nuevos?
–Siempre te sorprende, si bien, por la experiencia de presentar otros discos, sabemos que el público es así. Cuando hicimos el álbum preferimos no quemar ningún tema en vivo, quisimos generar la ansiedad, y aquel que es fan está ansioso por escucharlo, entonces cuando lo tiene se lo morfa y se la pasa escuchando y escuchando.

–Una forma de adelanto fueron los videos garaje, que colgaban en YouTube, mostrando la cocina de la grabación. ¿También los usaban para matar la ansiedad propia?
–Sí, sí. Además, poniéndonos en el lugar del escucha, nos gusta ver la banda, cómo se está grabando, la intimidad y todo lo que no tiene que ver con subirse al escenario. Fuimos subiendo videos semanalmente y la cámara estaba ahí puesta y se daba todo natural. A nosotros mismos nos recicló esa energía de seguir haciéndolo, nos divierte mirarnos y la gente disfrutó eso, porque no se mostró nada del nuevo material, pero iban juntando pedacitos y era para matar la ansiedad y a nosotros nos hizo no perder la conexión con la gente.

–El arte del disco también se gestó de manera casera.
–La idea fue nuestra, le preguntamos a la hermana de Andy y las fotos las hicimos entre nosotros, ésos son nuestros ojos. Un amigo terminó de darle forma, le dio un extra. Se dio que lo trabajamos entre nosotros, no por no querer trabajar con alguien de afuera, sino porque se barajaron muchas otras ideas que hicieron agua.

–Una vez más trabajaron con Ale Vázquez en la producción.
–Estuvo en la producción de todos los discos, es casi un cuarto Carajo ya, siempre estuvo muy metido en la banda, aconsejando. Es una persona amiga, de la cual muchas grandes ideas que el grupo materializó estuvieron relacionadas con él. Cuando se le confía mucho a una persona y ves que el otro le pone lo mismo que vos y no es sólo un trabajo… Ale siempre le puso algo más, fue el que nos dio una mano para sacar nuestro primer disco y ya hay hasta un padrinazgo muy fuerte.

–Como banda no comulgan con la idea de que se necesita de productor a alguien ajeno al grupo, ¿no?
–Es difícil. Llevó su tiempo que él nos diga “esto no va”, y entender que lo dice del lado productivo. Nunca trabajé con otro productor, pero cuando se genera una relación donde todo funciona, la elección de otro productor es, por ahí, una decisión artística. Al momento de grabar nos preguntamos “¿queremos trabajar de nuevo con Ale?”. Pero no por mala onda, porque siempre nos vemos fuera del ámbito musical. Estuvo la idea de hacerlo nosotros mismos, pero ponerse en ese rol… lo mejor es que las decisiones descansen en alguien externo.

–El arte de tapa, grabar en su estudio… ¿van camino a ser una banda independiente?
–Hay muchas bandas que lo hacen y no está mal. El mundo discográfico está cayendo, está en decadencia y la autogestión es algo que si uno quiere controlar las cosas y que no lo pasen por arriba, hay que ir por ese lado. No sé qué vamos a hacer mañana, tenemos un contrato con una discográfica, pero no nos queda mucho más. Entonces se barajan opciones, que son muchas y, por supuesto, ser independientes es una muy válida: tiene muchos pro y debe tener sus contras también, pero tener nuestro estudio también tiene que ver con cierta independencia.

–¿No es descabellado pensar en Carajo como una futura banda independiente, entonces?
–No, porque muchas cosas de las que hicimos tiene que ver con la autogestión. Y como se concibió la banda, esos primeros pasos que con el tiempo hicieron que lleguemos acá, no fue un invento de un año para otro. La discográfica está ahí al costado, apoyándote en algunas cosas, pero no es fundamental.

–Está la posibilidad de girar por Europa el año próximo. Después de giras como la de Cuba, que los marcó tanto, ¿cómo se imaginan la experiencia europea?
–Tenemos muchos interrogantes en cuanto al público y lo que se pueda generar. Es difícil cuando llegás a otros lugares o continentes donde la música que se escucha es totalmente distinta. Tiene que ver con ir constantemente, dejar la semillita y que vaya creciendo, pero no tenemos la ambición de conquistar mercados. Es como Cuba, tiene cero rédito económico y tiene que ver con una cuestión cultural, de intercambiar música.

–¿Hay algún mensaje o concepto que creen que se transmite en el disco?
–Tratamos de ser positivos, demostrar lo que somos y tirar una buena. Que no quede sólo en la queja o que está todo mal; todos vivimos las mismas cosas y sabemos lo que pasa, no hace falta torturarnos con lo mismo.


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