jueves, 2 de junio de 2011

PABLO DACAL

“Siento la libertad del artista de culto”

El progreso, su último CD, es una radiografía posmoderna que tiene a Fito Páez y Palo Pandolfo como invitados. Lejos del cliché, confía en los artistas que lo supieron guiar. Sostiene la idea de que la música se venderá en pendrives. “No pude editar en vinilo”, dice. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



“No es fácil amar, pero peor es no querer hacerlo”, dispara Pablo Dacal en “Lo que está sonando”, canción de su último disco, El progreso. El artista, que atravesó distintos proyectos a lo largo de su carrera, dice sobre sí a Noticias Urbanas: “Definirme es una tarea que no me compete. Es encorsetar lo que estoy buscando y no quiero hacerlo. Con la Orquesta de Salón definía que era músico de salón y le quitaba rigidez. No quería quedar como un chico salido del conservatorio. Me gusta pensarme como artista libre que hace una cosa y otra”.

–¿Tuviste que romper con lo que aprendiste en el conservatorio?
–No entré crudo al conservatorio, entré con 18 años, cuando terminé la secundaria. Cuando iba, pensaba que si entrás queriendo hacer música, te matás o te matan. Hay muchos profesores interesantes y una sabiduría poderosa, pero también una estigmatización institucional que es compleja. Enseñar no es pasar información, es despertar la llama creativa que tenés adentro. Yo no fui para aprender a hacer música. Entonces tomé otros elementos que no tenía.

–¿Hubo una idea previa a grabar El progreso?
–Tenía una idea conceptual, un repertorio más o menos definido y sabía qué temas quería tratar. No sabía qué vestimenta iban a tener las canciones, que ya habían pasado por muchos estados. El contexto sonoro lo definí con el productor, Ezequiel Cutaia. El proceso fue extraño, primero grabé todo con guitarra y voz, le sumé pocas cosas, y con eso estuve trabajando hasta que hablé con él. Sobre eso construimos el resto.

–Hay un agradecimiento especial a María Elena Walsh. ¿Por qué lo incluiste?
–Me sentí conmovido por su fallecimiento, que se dio cuando estaba cerrando el disco. La admiro mucho y no la conocí, me hubiese encantando. Interpreté muchas de sus canciones y me parece una gran artista; admiro su recorrido. Hace algunos meses fui padre y comprobé cómo su voz sigue hablando para mí, mis padres, abuelos; y ante un nuevo ser también brilla.

–¿Creés que en el disco hay una lírica que atraviesa todas las canciones?
–Me cuesta definir, porque soy muy analítico de lo que hago y veo; pero el exceso de análisis es peligroso, o hay que saber tomarlo. Hay un tono parecido en el disco, quise que las letras sean crudas, que tengan poética narrativa pero con lenguaje cotidiano. No me interesa ver una letra y leer el diccionario o las lecturas de quien escribe. Yo quise tratar de acercarme a lo que leí, pero que sea algo más de bar, más directo.

–El disco cuenta con varios invitados, ¿cómo llegaron?
–Era lo que precisaba el disco. No lo pensé como disco de invitados. Venía de trabajar con mucha gente, en la orquesta éramos como 15, y este disco pensé grabarlo solo. Después sume al productor y como no soy baterista, a Juan Jacinto. Ése fue el tríptico fundamental del disco. Después cada canción necesitaba algo y fuimos sumando. “Lo que está sonando” se la mostré a Fito (Páez) al toque de escribirla, le gustó, y después me pareció como un corto, algo de cine, y le encantó la idea y ahí fuimos; y “Nazarena” era una canción que cantaba hace mucho y al momento de grabarla había cosas que me parecían que no podía hacer yo, y esa voz trágica, melodramática de Palo Pandolfo, le daba algo más poderoso.

–Y además de lo que leíste, también escribiste una novela.
–Escribí una novela de joven y por suerte se perdieron los ejemplares, porque no era buena. Ahora escribo poemas, ensayos, siempre llevo un cuaderno encima desde los 12 años. Hice un relevamiento y me pareció interesante. Miré todo, tiré lo que no servía, que era la mayoría, pero rescaté algo.

–¿En qué están tus otros proyectos musicales?
–Todo está en stand by hasta que se activa. Creo y quiero a los artistas que me han sabido guiar por los vericuetos de su mente creativa; no hay que pensar en responder al pedido del público, no soy un gran artista de masas, siento la libertad del artista de culto. Me interesa meterme en lugares que no conozco.

–¿Cómo ves a la industria y el formato de la música?
–Vamos al vinilo. Con ver lo que pasa te das cuenta. El CD no tiene sentido. La música se va a vender en pendrives o te los vas a bajar como ahora, quizás legalmente como se hace en otros lugares. El vinilo tiene su rollo, es un disco físico, un objeto diferente, con una belleza de diseño poderosa. Ponés el vinilo, la púa y sin amplificar algo ya se escucha. A mí me encantan. Tengo un Winco y lo uso muchísimo. Quise editar este disco en vinilo y no pude.

–¿No te gusta el CD como formato?
–Me sabe a poco: el disco lo meto en la computadora, lo grabo y no lo veo nunca más.
Gustos Dacal
Lugar de vacaciones: Berlín.
Red social: probando con Twitter.
Sitio web: www.mas-tarde.blogspot.com.
Disco: Hombre golpe, de Marcelo Ezquiaga.
Libro: Radiografia de la pampa, de Ezequiel Martínez Estrada.
Película: Fin de fiesta, de Leopoldo Torre Nilsson.
Filósofo: Friedrich Nietzsche.


Nota original: mayo 2011 http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=cad99133f6b5d64820f155d2de0a4433

No hay comentarios.: