martes, 6 de septiembre de 2011

WALTER SCHVARTZ

"El mercado editorial no existe"

Walter Schvartz habló con NU sobre su nueva obra, las claves de su labor, el negocio de las letras y los nuevos formatos. Texto por Marcelo Maccio Villegas

Walter Schvartz trabaja como científico químico desarrollando productos, y toma justamente esa labor para volcarla en la literatura, ya que ambas actividades, dice, se dan “buscando aquello que no está”. El autor dialogó con Noticias Urbanas acerca de su reciente libro, El ojo de la culebra (Editorial Losada), que tiene al investigador Joaquín Santa Fortuna como protagonista.

Schvartz sostiene que, al momento de escribir el relato, su idea “era poner un ojo sobre la Ciudad” y contar su percepción “sobre la gente y las cosas. Ese ojo se constituye en persona porque no se sostiene solo. Las historias vienen después y son excusa para reflexionar sobre la vida y la posibilidad del lector de armar un mundo y la relación con los personajes: hasta dónde cobran vida propia y se constituyen como individuos”.

“En el libro miro este mundo y me miro en él, hago una extrapolación de lo que pensará nuestro creador, si lo hay, respecto de nosotros. Cómo pensó nuestros sentimientos y si nos corresponden. Me pregunto si el dios que nos creó se está preguntando por nosotros y si tiene la capacidad de manejarnos”, ahondó Schvartz.

Si bien el escritor considera que “cuando los personajes arman su propia historia el autor pierde autonomía sobre ellos”, la presencia del narrador en el relato –algo que ocurre a lo largo del libro– “le quita verosimilitud y la refuerza a la vez, porque de repente el novelista discute con los personajes, asume la imposibilidad de manejarlos y la historia no es historia real pero los personajes sí son verdaderos”.

Las movilizaciones al escribir parecen ser una de las claves en la literatura de Schvartz, que ya editó la novela El legado de Ts’ui Pen y el libro de cuentos Una puta verdad. “La base tiene que ver con hurgar en las cosas para ver la esencia. La pregunta por el ser es filosófica. Yo la hago desde un lugar literario, es el tópico fundamental que me moviliza”, aclara, y agrega que “la búsqueda por aquello ausente en la presencia, lo que no se ve y está oculto es la temática que toco en la próxima novela”, que está escrita hace más de un año y se encuentra en proceso de corrección.

Claro que al hablar sobre lanzamientos editoriales es menester analizar el contexto. “El mercado editorial no existe”, expresa Schvartz, quien considera que “hay un furor por lo que trae beneficio inmediato. No veo un esfuerzo de las editoriales por promover la literatura; habrá excepciones, pero no promueven novedades sino que corren atrás de lo seguro”, y señala que eso beneficia a las novelas históricas.

En vistas al futuro del libro y su soporte, considera que los formatos digitales pueden ser una buena salida, “aunque todavía hacen ruido”, y advirtió que le interesa el formato de audio-libro “porque la narración nació oral y hay narradores fantásticos, que convierten el texto en algo fabuloso”.


Publicado originalmente en Noticias Urbanas

lunes, 22 de agosto de 2011

LAURA CANOURA

“Nunca apoyé a un candidato electoral”

A pocos días de su show en Buenos Aires, la compositora y cantante da su punto de vista sobre varios temas y comenta los detalles de su último disco editado en la Argentina. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



Laura Canoura tiene un nuevo “motivo de festejo”, como ella llama a cada nuevo disco (ya lleva más de una decena) de su carrera. El más reciente, editado en la Argentina, es Un amor del bueno. Con esa excusa, Noticias Urbanas dialogó con la intérprete y compositora.

–Un amor del bueno es un disco con canciones de tu autoría, ¿cómo fue ese trabajo?
–Empecé como compositora muy tibiamente. Al principio me daba mucha vergüenza, después me fui envalentonando. Tomo mis temas como si fueran temas de otros intérpretes. Una vez que terminé de componer trato de darles mis virtudes como intérprete, que son mayores que como compositora, me despego de mí como autora.

–La edición argentina tiene cambios respecto a la uruguaya, ¿a qué se debe?
–Es diferente el arte, se hizo un formato más apaisado. Está basado en el arte original y fue un tema de productora, para que se destaque en los puntos de venta. El arte tiene que ver mucho conmigo en este momento.

–¿Seguís escuchando el disco después de editado?
–La gente fantasea con que los músicos tenemos los mejores equipos de música, y no es así. Somos muy desbolados, nuestros equipos son un rejunte que sólo uno sabe cómo se conectan. A mí se me había roto y hacía mucho que no escuchaba mis discos, y cuando lo arreglé, volví a escucharlo, con un poco de temor, pero pasó la prueba. Lo escuché íntegro sin interrupciones, que es como me gusta. Además, en Uruguay está saliendo una antología de dos discos, por lo que tuve que escuchar ese máster, que incluye material de mi primer y último disco… [hace una pausa, mira cómplice y suelta] El disco nuevo me gusta mucho.

–Decís que el disco hay que escucharlo de principio a fin. Es decir, lo pensás como una totalidad, ¿no?
–Es inevitable. El artista piensa el disco como una totalidad, como el escritor, que no se le ocurre que van a empezar a leer su libro por el capítulo 3. Éste no es un disco que requiera ser escuchado de principio a fin como si fuese una historia, pero a la hora de armarlo, no es que uno tiró las canciones y como cayeron quedaron. Creo que es un tema de educación también.

–Cantaste varias veces con la filarmónica de Montevideo, ¿cómo fue la experiencia?
–Genial. Al principio fue superestresante cantar con una banda con más de 80 músicos. Da la impresión de que te tiran arriba de una ballena y hay que hacer equilibrio. Veía que algo no estaba haciendo bien, hablé con el director y él me dio una clase magistral: me dijo que tenía que cantar como cantante de ópera, que él me seguía, veía mis tiempos y que los músicos seguían su batuta. A partir de ese momento para mí fue la felicidad, porque podía hacer lo que quisiera que él iba a manejar ese bicho enorme.

–También participaste en la asunción de Tabaré Vázquez y Michelle Bachelet, ¿creés que debe existir una relación del artista con la política? Si es así, ¿cómo debe ser?
–Es inevitable como individuos. Soy una persona con ideología, forma de pensar, ética, como cualquiera. A mi criterio no son buenas las asociaciones político-partidarias, porque eso flecha demasiado la cancha, obliga al artista a poner al servicio de una campaña política partidaria muchos años de trabajo, de prestigio, de imagen; pero sí creo que está bien asociarse con las causas que uno cree que son justas y necesarias. Yo soy una mujer de izquierda, de toda mi vida. He sido votante del Frente Amplio desde que pude votar, entonces, qué mayor felicidad para mí que poder estar ahí en el momento de celebrar que después de décadas de buscar un gobierno de izquierda se lograra. Y en el caso de la asunción de Bachelet, el vínculo con Chile es afectivo desde mi adolescencia. Ideológicamente y por ser una mujer que asumía en el poder, marcando una tendencia, para mí fue un honor.

–¿En la música también existen los tratos diferentes de acuerdo al género?
–En lo musical estricto, nunca tuve problemas; pero en el círculo que lo rodea sí hay discriminación, y hay que ir con pie de plomo. Se sabe que para ciertas negociaciones es preferible que vaya un hombre, en ciertos ámbitos y ciertos acuerdos. Esas cosas a la larga cambian, son otros los paradigmas en estas épocas.

–En la Argentina aparecieron solicitadas con la firma de artistas en apoyo a candidatos; ¿harías eso?
–Soy partidaria de que en cualquier transacción debe haber ganancia para ambas partes. En un acuerdo de ese tipo, el artista entrega mucho, años de prestigio, a una cosa que pasa en esas elecciones, y después ya no hay acuerdo. No creo que sea útil o necesario. Me lo ofrecieron y nunca quise.

–Sin embargo, sostenés que apoyarías ciertas cuestiones, ¿cuáles?
–Una es la lucha contra la violencia doméstica. Soy una mujer reconocida en Uruguay, y si salgo en la tele y digo cosas que ayuden a otra mujer que está del otro lado para preservarse y salvarse, por supuesto que lo hago; y también coincido con cosas relacionadas a los niños. Además participé de la campaña por el matrimonio igualitario. Son cuestiones que no tienen tanta difusión y si mi presencia puede aportar algo, lo hago.

viernes, 19 de agosto de 2011

JUANCHI BALEIRÓN


“El productor no inventa discos” 

En una charla que comenzó con el trabajo más reciente “y de mayor reggae” de su banda, Pericos & Friends, y concluyó con la partida del Bahiano, habló de todo: el disco que se viene, su rol como productor, el consumo de música y su rechazo al vinilo como salida a la piratería. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



Juanchi Baleirón, frontman de Los Pericos, charló amablemente con Noticias Urbanas. En la conversación, que tocó varios temas, mostró su felicidad con Pericos & Friends, un CD de reversiones con invitados nacionales e internacionales, como Gondwana, No Te Va Gustar, The Skatalites y The Wailers. “Fue una alegría. Ya es disco de oro. Es algo que nos da la pauta de que estamos haciendo las cosas bien”, comenta.

Antes de Pericos & Friends parecía que se alejaban del sonido reggae, pero este CD es reggae puro. ¿Cómo lo ven ustedes?
–Yo creo que es el disco más de reggae que hemos hecho. Elegimos los temas más reggaeros por los invitados; no hay temas festivos ni rockeros. Quisimos encarar una especie de review de la mano de los temas de reggae, y gracias a los invitados también tomó ese color. Pero no es que seamos más o menos reggae. No estamos siempre fijos, atados a una línea.

–¿Ya piensan en el disco que viene?
–Pensar, estamos pensando, pero haciendo, todavía no. Vamos a arrancar después de la primavera para el año que viene tener un trabajo nuevo.

–No son de arrancar mucho antes a armar el disco.
–Trabajamos sobre la marcha, cuando hay que hacer el disco empezamos a coleccionar demos y sacar conclusiones. Depende de cada época que el disco tome distinta forma. Depende de lo que pase emocionalmente e inspiracionalmente, si cabe esa palabra.

–Sos uno de los productores con mejores comentarios, críticas. Varios músicos quieren trabajar con vos, ¿cómo te sentís en ese rol?
–Superbién, me encanta y me gusta que se reconozca el esfuerzo y el laburo. No es para poner adjetivos, sino sustantivos: esfuerzo, ganas y entusiasmo. La gente dice si le gusta o no. Por suerte, las cosas salieron bien, a la gente le gusta y por eso me llaman.

–¿Cuál es el criterio para tomar trabajos como productor?
–Voy de la mano de mi intuición, no lo hago porque haya adelante mío un disco para hacer y un presupuesto. Lo hago porque me gusta y cuando hay tiempo. Este verano tuve que decir que no al disco de Massacre, que me hubiese encantado hacerlo pero no tenía tiempo. Me gusta laburar en las condiciones ideales, no me gusta estar corriendo y de mal humor.

–Y en cuanto a géneros te movés sin prejuicio, incluso despuntando el gusto por el punk.
–Hice discos de Attaque 77, Mal Momento, 2 Minutos, Cadena Perpetua, Expulsados… del punk sólo me faltan Los Violadores. Lo que sí, no he hecho ningún disco de reggae fuera de Pericos, es como que Pericos absorbe mi energía reggaera, y si en Pericos tenemos una línea determinada, cuando produzco rompo con eso.

–¿Qué importancia creés que tiene el productor dentro de un disco?
–Siento que le están dando un valor exagerado, el productor tiene que potenciar lo que hay. No es inventor, dictador ni salvador de discos. Tiene que encontrar el mejor momento de esa banda. A veces hay un artista talentoso pero dormido y el productor lo tiene que despabilar, y a veces hay uno superembalado e inspirado y ahí hay que limpiar el camino y dejar que el tipo fluya. No hay un manual, el manual hay que romperlo antes de hacer el disco.

–Sin embargo, parece que hay algunas constantes, como no pasar de 12 temas, hacer discos cortos…
–Son tendencias generales que no dependen de los productores.

–¿Vamos hacia un cambio en el formato?
–Cambió la forma en cómo se escucha la música hoy, que se escucha como el orto, no se presta atención en escuchar un disco con un equipo bueno. Antes te sentabas y escuchabas el disco, ahora lo que importa es que sea portable, no que sea bueno. Antes te dedicabas a escuchar música y hoy escuchar música es parte de tu vida. Cambió sociológicamente la manera en que se “consume” la música. Ahora se escucha un playlist que va de Shakira a Massacre, y eso es lo que genera un cambio, no los productores o la industria, sino la gente.

–En la pelea contra la piratería y las descargas ilegales, ¿una salida puede ser el vinilo?
–Eso no es ninguna salida [se apura a contestar]. Lo que está cambiando es la cultura, no el formato. No es una cuestión de formato sino de la forma en que la gente escucha y consume la música. El vinilo es una cosa romántica, una cosa superchiquitita, no una tendencia.

–Por ese lado no es la salida entonces.
–No [dice tajante]. El vinilo es sumamente romántico, ¿cómo le explicas a un pibe que es mejor un vinilo que un mp3? Resulta torpe el objeto, entran cuatro temas por lado, se escucha ruido, no se puede adelantar, te tenés que levantar y darlo vuelta… Es algo genial que le sucedió a nuestra generación pero no creo que sea una tendencia ni una salvación. La tendencia es llevar todo a formatos que se puedan transportar, aunque suenen mal, comprimidos y con frecuencias alteradas.

–Hay rumores que indican que cerveceras y productoras quieren volver a vender alcohol en recitales, ¿cómo ves esa posibilidad?
–A mí me gusta tomar cerveza en un recital, pero no sé cómo estamos para convivir con eso socialmente. Si sigue habiendo bengalas y señales que no leemos como pueblo… yo me voy a controlar, pero no puedo pensar como la masa. Es difícil que todo vuelva a ser como antes, por un tema de libertad. Digo que estaría bueno, pero en la práctica hay que ver qué pasa.

–La última, ¿siguen en contacto con el Bahiano?
–No tenemos relación. Él se fue de la banda y de ahí en más no hubo más contacto.

–¿Escuchaste sus discos?
–Escuché el primero. Está muy bien. Él esta buscando su norte musical y está con una buena banda. Está muy bien lo que está haciendo.

miércoles, 17 de agosto de 2011

LAS MANOS DE FILIPPI


"El Estado privatiza la cultura"

Lo nuevo de la banda, además del CD y el DVD, es la unión con agrupación mamanis. Rockero militante, Cabra habló con NU y dejó un mensaje a la juventud: "Hacemos lo que se nos canta por ser independientes". Texto por Marcelo Maccio Villegas



Hernán “Cabra” de Vega pone voz y letra a las canciones de Las Manos de Filippi. También pone su nombre y cuerpo a las campañas del Partido Obrero, del que fue candidato en las legislativas de 2009. Noticias Urbanas le hizo algunas preguntas, previo al show presentación del reciente disco y DVD, La calesita de Mamanis.

–El disco tiene mucha rima, ¿por qué ese cambio en las letras?
–El humor, para que pegue, tiene que tener sí o sí rima. El estilo rapero de protesta no las necesita, importa más lo que decís que el cómo; pero en el humor, la rima es fundamental: decís pirulo y todos esperan que digas culo. Si no lo decís, no se ríe nadie. Los desilusionás.

–En comparación con el disco anterior, que venía montado sobre una bomba de plástico, éste tiene una estética más tradicional, ¿por qué se dio ese cambio?
–Cambiamos a lo más normal. Fue por el cambio mismo, tratamos de no repetir y agarrar para un lado diferente.

–Y en lo musical también hubo cambios.
–Con este disco dejamos plasmada la unión de Las Manos con Agrupación Mamanis (NdR: una banda paralela compuesta por varios integrantes de Las Manos de Filippi, pero con un sonido cercano a la cumbia). Todavía se nota una división entre la música, que es bien divertida y, por ejemplo, lo que se ve en el DVD, que son nuestras actividades con Las Manos.

–Agrupación Mamanis existía en paralelo a Las Manos, ¿por qué unirlas?
–Porque necesitábamos apuntar el discurso y unir fuerzas. Es muy difícil llevar adelante una banda independiente sin todos los medios, entonces, imaginate dos, era el doble de difícil y era un autoboicot. La unión también enriquece el show. Estamos contentos por eso, fue una boludez que deberíamos haber hecho hace años.

–El DVD tiene un contenido más político que musical, ¿por qué esa elección?
–Es mostrar en qué andamos, qué hacemos con banda independiente, desde lo musical, que no nos atamos a una estética comercial y podemos hacer lo que se nos canta por ser independientes, ése es un mensaje a los jóvenes: no hace falta hacer siempre un disco que le guste a Santaolalla, es más amplio.

–Ahora se habla de periodismo militante, ¿se consideran una “banda militante”?
–Sí, otros integrantes y yo militamos en el Partido Obrero y hay una relación militante. Es una banda solidaria con las luchas, creemos que está bueno no encerrarse sólo en lo musical. Yo digo que este disco es humorístico porque por otro lado hago algo por la causa de ir contra el sistema.

–Otra lucha la libran con el Movimiento Unidos por el Rock (MUR).
–Surgió después de Cromañón, y lo que hace es exigir al Estado apoyo y espacios para difundir bandas independientes. Es lo que debería hacer el Estado para generar cultura. Nosotros denunciamos que se apoya la privatización, las bandas nuevas tienen que pagar para tocar.

–¿Hay algo que rescatás de la gestión cultural de Macri?
–Me gusta cómo baila cuando gana [responde entre risas].
–Varios músicos ven como algo positivo la iniciativa de los festivales en Parque Roca.

–¿Pero quién tocó ahí? ¿Qué banda nueva? ¿Qué posibilidades se les dio a las bandas nuevas? Lo que planteamos nosotros es otra cosa. Hacer demagogia con las bandas y artistas conocidos lo hacen Macri y el Gobierno nacional, lo hacen todos. Los legisladores kirchneristas y del PRO votaron juntos la Ley de Autarquía del Teatro Colón, que es para privatizarlo. Partiendo de ahí, ¿qué más podés esperar?

–¿Cuál sería la solución más urgente?
–Nosotros pedimos que haya centros culturales y fondos manejados por los músicos y asambleas; que no haya jurados que decidan, que el gobierno financie y los músicos decidan. El MUR siempre le exigió al Estado no a cambio de modificar el discurso, porque lo seguimos culpando por lo que pasó en Cromañón y es lo mismo que pasa ahora, que las bandas no tienen lugares para tocar.

–Muchos músicos también apuntan su lucha a las compañías multinacionales, ¿lo ves así?
–Hay que aprovechar cuando uno es joven para hacer lo que salga de más adentro. Al ser más grande te agarrás de lo económico porque tenés familia, más responsabilidades, pero la juventud tiene que ir por el arte y el amor a crear libremente. Eso no te lo da una compañía; todo lo contrario, ellos te piden 50 temas, seleccionan 12 y te dicen hasta cómo tocarlos. El problema es que no hay otra opción brindada por el Estado y que no esté manejada por una visión comercial. El Estado tendría que tener una visión de sociedad.

–¿Cómo ves el under? ¿Te interesa conocer nuevas bandas?
–No miro mucho, pero conozco. A mí me interesa relacionarme con músicos viendo qué opina de esto que hablamos en vez de escuchar lo que hace. Yo escucho más Piñón Fijo y Hannah Montana porque tengo una nena chiquita.

–¿Qué harían si algún día se lograra todo lo que piden desde las letras?
–¡Nos tienen que hacer un himno! Igual desdramatizamos, no creo que sirva para lograr algo, sino que con la música acompañamos; el cambio está en lo que, apoyado en la música, podés construir paralelamente.

–¿La gente que llega a ustedes por la música entiende ese mensaje?
–Puede entenderlo o no. Puede pasar que escuches y eso te ayude en algo, pero no te saque de la cama; y también que milites y por eso llegaste a conocer Las Manos. Pero no le cargamos a la música esa responsabilidad.

–En las legislativas de 2013, ¿candidato de nuevo?
–Capaz, seguro. Esta vez me iba a presentar pero planteamos que no iba a tener tiempo por el disco y la gira. 

jueves, 28 de julio de 2011

CADENA PERPETUA

“Ya no nos preguntan por qué nos llamamos así”

La banda punk de Villa del Parque está por presentar Plaga, su último disco. Previo al recital del 11, el grupo, lejos de pensar en “la explosión del público”, repasa con Noticias Urbanas sus dos décadas de vida. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



“Ya no nos preguntan por qué tenemos este nombre: eso es un paso adelante. Si nos preguntan, nos ponemos el cassette y disparamos. La respuesta es que cuando habíamos elegido el nombre eran todos nombres violentos; ensayábamos cerca de una cárcel y de ahí salió. Estaban Massacre Palestina, Los Violadores, ¡mirá qué nombre!, y nosotros buscábamos eso. Incluso nos llamaron ‘Los Cadena’, porque ‘Cadena Perpetua’ sonaba muy fuerte. Hoy ya ni las guitarras suenan fuertes, la distorsión ya no llama tanto la atención.” El párrafo, casi sin pausas, surge de boca de Eduardo “Edu” Graziadei, bajista de Cadena Perpetua, banda que integra junto a Damián Biscotti (batería) y Hernán “Vala” Valente (voz y guitarra).

La banda oriunda de Villa del Parque presentará el 11 de junio su nuevo disco, Plaga, de fines de 2010. “Por los comentarios noto que a la gente adulta le gusta mucho el disco; a los chicos no sé. Vamos a ver qué pasa en los recitales, pero bueno, a mi novia y a mi mamá les gusta, eso es buena señal, porque nunca les gustan mis discos, es la primera vez que pasa lo contrario”, dice Edu –entre risas– y da paso a Vala: “‘Gritan mucho’, ‘hacen mucho ruido’, ‘no se entiende’, son los comentarios típicos”.

–¿Cómo llegan a laburar con Juanchi Baleirón como productor?
Vala: –Él tiene un estilo que se relaciona con el nuestro desde hace mucho: estuvo en la grabación de Invasión 88, hizo Ángeles caídos (Attaque 77) y también discos de Mal Momento, Massacre, Expulsados, y es amante de nuestro género. Hacía mucho que lo teníamos en cuenta como opción y estábamos con ganas de trabajar con él. Por suerte se dio.

–¿Tuvieron en cuenta las expectativas del público al hacer el disco nuevo?
Edu: –Tenemos en cuenta siempre a la gente, cómo lo va a recibir. Lo que no tenemos en cuenta son las opiniones de la gente antes de hacer el disco: no nos limita lo que ellos quieren escuchar. Hacemos lo que nos gusta a nosotros porque el disco es nuestro, aunque después forme parte de cada uno. Primero nos tiene que gustar a nosotros.

–Cuando lanzaron Malas costumbres (2003) expresaron que no se sentían seguros con el sonido logrado. ¿Ahora sienten esa misma inseguridad?
Edu: –Este disco está muy aproximado a lo que esperaba y no siento muchas fisuras. Otras veces me pasó de decir que con tal canción hubiera hecho otra cosa. De todos los que grabamos, éste es con el que me quedé más conforme, lo sigo escuchando y disfrutando. Somos muy enfermos con lo que hacemos y en un 95 por ciento estoy de acuerdo con lo que hicimos esta vez.

–Tocan hace más de 20 años y siempre crecieron, pero nunca tuvieron un gran hit. ¿Creen que sucederá en algún momento?
Edu: –Sentimos lo mismo, que siempre fue creciendo la banda, pero nunca hubo una explosión, ni creo que la haya a esta altura. Son fenómenos que se dan a veces. Sin ir más lejos le pasó a 2 Minutos, después a Attaque 77, pero después, dentro del estilo, no le pasó a otras bandas. A nosotros no nos pasó, pero tampoco esperamos que nos pase, estamos bien así.
Vala: –No lo esperamos ni pensamos cosas como “con este tema la pegamos”.

–Pero reconocen que hay un crecimiento constante.
Edu: –Sin duda. Yo creo que a nosotros nos ganó la música. Empezamos con esto no para ser músicos, sino para decir nuestras verdades. Y de a poco la música nos fue atrapando y ahora queremos hacer buenas canciones y buscar la canción perfecta, que nunca va a salir, pero estamos atrás de eso.

–En la búsqueda parece que rompieron el molde al tratar, desde la lírica, siempre temas que hacen a la problemática social.
Vala: –Sí, a ningún disco le faltó lo social, y Plaga no es la excepción. Observar y hacer una canción está siempre, y para no machacar todo el tiempo con lo mismo, también está bueno fijarte en otras cosas que te suceden o inventar una historia.
Edu: –Me encantó que suceda ese cambio. En Largas noches (2000) pensamos que no iba a gustar porque veníamos muy sociales y le dimos espacio a cosas más sentimentales y pasó todo lo contrario, la gente se sentía también identificada. Nos dimos cuenta de que a la gente no sólo le pasa que está cara la carne, sino que también se pelea con una mina o el pibe no sabe cómo decirle a una chica que le gusta.

–Y dentro de los cambios, ¿nunca pensaron en agregar otro guitarrista?
Edu: –Sí, de hecho el año pasado ya hicimos dos shows con Sam, el guitarrista de Motorama. Y la idea es presentar Plaga también con él, en Capital, y que venga al interior a girar después. Vamos a necesitar otro violero porque en este disco hay muchos arreglos.
Vala: –Queremos respetar los arreglos que hay en el disco. No nos achicamos, de hecho apuntamos a más, nos gustaría poder mantener una estructura más grande. Cuando tocamos en Obras, en 2007, hubo tres vientos y otra guitarra como invitados y cuando se bajaron del escenario y quedamos nosotros tres, sentimos la diferencia. Queríamos que volvieran a subir.
Edu: –Igual siempre van a ser artistas invitados, por más que toquen durante 20 años, Cadena es un trío.

–¿Notan una gran diferencia entre Buscando salidas (1997) y Plaga?
Vala: –No hay una cosa sin otra. No estaría Plaga sin Buscando salidas. Es una madurez de nuestro trabajo. No podría hacer un Buscando salidas hoy, ni podría haber hecho un Plaga antes. Creo que todo es una cosa.
Edu: –El sonido realmente es muy distinto. Hay algo que está muy pensado y otra cosa que está hecha como se puede. Grabamos Buscando salidas sin tener idea de cómo se hacía para grabar, sin productor artístico. Lo hicimos nosotros y en un estudio, de una, a las seis de la mañana porque era más barato.

lunes, 25 de julio de 2011

CUATRO PESOS DE PROPINA

“Somos independientes por coherencia”

Con su segundo disco ya editado, la banda uruguaya viene a presentarlo a Buenos Aires. Diego Rossberg, su cantante, afirma que el grupo es su “medicina”. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



“La única certeza que tengo es que en el futuro van a seguir existiendo las canciones; pero no sé en qué formato.” Ésa es la conclusión final de Diego Rossberg, voz de Cuatro Pesos de Propina, una banda uruguaya que tuvo su nacimiento en 2000 y se afianzó con formación estable cuatro años más tarde. En 2007 editaron Se está complicando y a finales de 2010, Juan.

“A diferencia del primero, que se tocó durante tres años antes de grabarlo, este disco empezó con los temas en la guitarra, que después se produjeron antes de entrar al estudio, lo que es un proceso nuevo, como un parto. El niño nació precioso, sano. Salió impecable la edición”, afirma el cantante en la charla que tuvo con NU previo a la presentación de la placa en Buenos Aires.

–¿Cómo responde el público?
–La sensación es que al que le gustaba el primer disco, el nuevo le encanta. Y al que el primero no lo convencía, éste le gustó. Estamos muy conformes.

–¿Creen que ya tienen un estilo definido después de dos discos?
–Una cosa es el sonido del disco y otra es el vivo. Nuestra característica es fusionar mucho. Por ejemplo, el saxofonista nuestro toca, además, en la Sinfónica; el percusionista escucha folclore y Mano Negra; yo soy argentino y traigo mi música, y el guitarrista tiene una distorsión podrida aunque hagamos salsa o ska. Eso es un sello que hace una identidad, pero no descubrimos la pólvora. Nuestra energía es transmitir desde el amor lo que estamos haciendo.

–¿Y no tienen miedo de no hacer pie en ningún lado?
–No, porque hacemos que Cuatro Pesos sea la parte más sana que tenemos. Podré tener mal mi relación con la familia, con los amigos, pero Cuatro Pesos es la parte sana mía. Cuatro Pesos es lo que nos colma el espíritu, nuestra medicina.

–¿Y lo toman como un laburo o como un hobbie?
–La banda es una herramienta que me hace bien, que encontré en esta vida. Es mi herramienta para ofrecer la sanación y cosas con amor, que la parte sana contagie y sane a alguien, yo me voy con amor cuando alguien se me acerca con amor, y yo con la música hago lo mismo: entrego mi amor. Por consecuencia quiero terminar viviendo de esto.

–Vivir de la música siempre es un tema difícil.
–En el under, a veces, es mal visto eso: querer cobrar una entrada, tocar en mejores lugares, pero bueno, voy por donde voy y si soy coherente con lo mío es lógico que quiera vivir de esto porque lo hago con un amor y una fuerza increíbles.

–Y en el camino está ser independientes. ¿Es una elección o es el único camino que hay?
–Es por coherencia. Por sentir que hacemos las cosas con mucho amor, con mucho esfuerzo, y sería incoherente que ese amor y esfuerzo lo regaláramos a una disquera que nos pague regalías de un peso con cincuenta por unidad de disco y perdamos el derecho de comercialización de nuestra música. Es como que tengas un hijo y se lo des a una empresa que lo esclavice laburando 18 horas por día, a uno con cincuenta. En cambio, no sería descabellado firmar un contrato, porque ser independiente requiere de un esfuerzo descomunal que agota. No podés estar ensayando, componiendo, haciendo notas, tocando y, además, ir a una disquera a ver si en la batea había un disco tuyo y se vendió.

–¿Qué es lo más difícil de ser una banda independiente?
–Es tener un grupo que se afiance y que se sienta cómodo de laburar así. Esto requiere de una estructura operativa y humana y laburar todo el tiempo para que no se derrumbe. Mucho huevo. Al final es un desgaste, pero también una satisfacción. Hacés lo que te gusta y el balance termina siendo positivo. Hoy estamos en ésta, mañana veremos. Está bueno vivir de la música. A veces la gente se baja un disco y después cuando tiene guita se lo compra. Y lo que más convendría es que se lo bajara, pasara por la sala de ensayo y dejara 5 pesos; con eso ganaría más el músico.

–Si bien Juan, el último disco de la banda, es reciente, ¿ya piensan en su sucesor?
–Ya pensamos en el que viene. Al guitarrista se le ocurrió que tenía que ser así y me apretó, así que ya estamos cocinando temas, pero para sacarlo el año que viene, cuando esté listo y se pueda. Hay que concretar ensayos y llevarlo bien producido al estudio para en un mes grabarlo entero.

–¿Prefieren grabar rápido?
–Es por un tema monetario. No podés ir a boludear al estudio, quizás se cambian cositas, pero no mucho más, porque el reloj corre y marca. No se puede ir a zapar ahí adentro.

–Al momento de la composición, ¿cómo es el trabajo de las letras?
–Yo compongo. Trato de alinearme con la parte más sana mía y de ahí bajar mensajes, contar lo que me pasa, una historia.

–¿Y hay primacía de la letra sobre la música o viceversa?
–Una canción no se separa, si no, es un poema o una pieza musical. Una canción es un paquete: letra y música.

domingo, 17 de julio de 2011

FRED WESLEY

“Quiero morir en el escenario” 

El trombonista, por años ladero de James Brown, se presentará en la Ciudad en doble fecha. En exclusiva, adelanta su show para Noticias Urbanas, habla del jazz, de su ex compañero y de la música como forma de vida. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



Fred Wesley es conocido a nivel mundial por su trabajo al lado de James Brown, junto con quien diseñó un sonido funk que marcó a las generaciones posteriores. Luego tocó junto a George Clinton & Bootsy Collins. La crítica y sus colegas lo han reconocido como uno de los mejores trombonistas de su generación (junto a Frank Lacy, Ray Anderson y Steve Turre).

Wesley, además, es compositor y arreglista de funk y jazz. Jugó un papel esencial en la definición de un sonido que hoy se considera estándar dentro del estilo. Su talento como improvisador y músico de jazz y su papel en la transición de Brown desde el soul hasta el funk, sumado a la enorme influencia que su concepción ha tenido en la música moderna, lo transforman en una de las figuras de referencia de la música contemporánea en general y como trombonista en particular.

Noticias Urbanas se contactó con el artista y, en exclusiva, adelanta sus shows en la Ciudad, en los que estará acompañado por The New JB’s (siete músicos que lo secundan) en la gira que también lo llevará a Brasil.

–¿Qué expectativas le genera venir a tocar a la Argentina?
–Creo que todas las personas en el mundo son básicamente las mismas, y espero que la gente en la Argentina disfrute de un show de funk. Yo haré lo correcto para ellos, así que esperamos que la gente en la Argentina pueda bailar, cantar, divertirse y ser feliz, al igual que toda la gente de otros lugares del mundo.

–¿Cómo va a ser el show en el plano musical?
–Vamos a tocar la música de la JB’s, que es básicamente la música de James Brown, y es el tipo de música que me hizo famoso. Pero vamos a intercalar también mi música, que no es tan conocida por algunos, pero que a la gente le gusta. Espero y creo que al pueblo de la Argentina le va a gustar también. Deseo, además, que tengamos un buen momento.

–¿Cómo ve la escena del jazz y funk actual a nivel mundial?
–El jazz y el funk han progresado a un nuevo nivel de competencia. Los músicos de jazz ahora son competentes. Son más competentes que conmovedores. El jazz es más cerebral ahora y no tan conmovedor. Los jóvenes tienen habilidades y creo que su música habla de éstas, mientras que el jazz de mi época era muy conmovedor.

–¿Qué diferencias obseva en el jazz desde sus inicios hasta la actualidad?
–Más gente blanca toca jazz ahora porque se enteraron de que no es sólo una cosa de negros. El jazz puede ser tocado por cualquier persona que lo estudia y lo aprende.

–¿Qué músicos o bandas le gusta y escucha?
–Bueno, todavía me encanta la banda de Count Basie. Es muy conmovedor, es muy bueno; no puedo decir lo mucho que me encanta. Pero también me gusta Kool and the Gang. Lee Morgan es mi trompetista favorito, y también me encantan Cannonball Adderley y J. J. Johnson. La mayoría de la gente son personas que quiero y ya están muertas. Curtis Fuller es un querido amigo mío y es un gran músico. Esos son mis favoritos.

–¿Cuáles son sus recuerdos de James Brown? ¿Alguna historia de su relación con él?
–Creo que a James Brown le gusté. No creo que le gustara mucha gente, pero creo que se encariñó conmigo. Él me dio un consejo que me ha ayudado en mi vida. Mis recuerdos hacia él son como una especie de maestro y amigo. Pero pongo más énfasis en la parte docente que en la parte amigo porque yo realmente no creo que él fuese amigo de nadie, aunque creo que yo le gustaba.

–¿Cuál es el motor que lo lleva a seguir tocando en vivo?
–¡¡Pastillas de ginseng!! Creo que eso es todo. Yo no quiero morir sentado y sin hacer nada. Quiero morir en el escenario. Lo que más me gusta es tocar para un público. La gente dice que tengo un incendio, una magia, y creo que viene de mi padre. Había una magia en él también. No puedo explicarlo, sólo está allí. Realmente no sé de dónde viene. Digamos que viene de Dios. Debe ser Dios. Tiene que ser Dios.

–¿Piensa o imagina que pueden surgir nuevos artistas de la talla de James Brown, Bob Marley y otros grandes músicos de la historia?
–Tal vez, de una manera diferente. James Brown nació de la pobreza, y Bob Marley, de la opresión. Fueron adversidades que los hicieron hablar y ser grandes. El próximo Bob Marley puede no ser oprimido o no nacer en la pobreza, pero quizás tenga cosas diferentes que lo impulsen. Tal vez, la necesidad de ser famoso. Como Michael Jackson, que tenía una gran necesidad de ser famoso.

–¿Hay otros temas que, además de la música, le apasionen?
–La justicia. Soy un apasionado de la justicia. Ojalá todo el mundo pueda obtener justicia en el mundo.



Nota original: abril 2011 http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=d6d5ab07716bd15fd0120ae866ca7c8f