lunes, 25 de julio de 2011

CUATRO PESOS DE PROPINA

“Somos independientes por coherencia”

Con su segundo disco ya editado, la banda uruguaya viene a presentarlo a Buenos Aires. Diego Rossberg, su cantante, afirma que el grupo es su “medicina”. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



“La única certeza que tengo es que en el futuro van a seguir existiendo las canciones; pero no sé en qué formato.” Ésa es la conclusión final de Diego Rossberg, voz de Cuatro Pesos de Propina, una banda uruguaya que tuvo su nacimiento en 2000 y se afianzó con formación estable cuatro años más tarde. En 2007 editaron Se está complicando y a finales de 2010, Juan.

“A diferencia del primero, que se tocó durante tres años antes de grabarlo, este disco empezó con los temas en la guitarra, que después se produjeron antes de entrar al estudio, lo que es un proceso nuevo, como un parto. El niño nació precioso, sano. Salió impecable la edición”, afirma el cantante en la charla que tuvo con NU previo a la presentación de la placa en Buenos Aires.

–¿Cómo responde el público?
–La sensación es que al que le gustaba el primer disco, el nuevo le encanta. Y al que el primero no lo convencía, éste le gustó. Estamos muy conformes.

–¿Creen que ya tienen un estilo definido después de dos discos?
–Una cosa es el sonido del disco y otra es el vivo. Nuestra característica es fusionar mucho. Por ejemplo, el saxofonista nuestro toca, además, en la Sinfónica; el percusionista escucha folclore y Mano Negra; yo soy argentino y traigo mi música, y el guitarrista tiene una distorsión podrida aunque hagamos salsa o ska. Eso es un sello que hace una identidad, pero no descubrimos la pólvora. Nuestra energía es transmitir desde el amor lo que estamos haciendo.

–¿Y no tienen miedo de no hacer pie en ningún lado?
–No, porque hacemos que Cuatro Pesos sea la parte más sana que tenemos. Podré tener mal mi relación con la familia, con los amigos, pero Cuatro Pesos es la parte sana mía. Cuatro Pesos es lo que nos colma el espíritu, nuestra medicina.

–¿Y lo toman como un laburo o como un hobbie?
–La banda es una herramienta que me hace bien, que encontré en esta vida. Es mi herramienta para ofrecer la sanación y cosas con amor, que la parte sana contagie y sane a alguien, yo me voy con amor cuando alguien se me acerca con amor, y yo con la música hago lo mismo: entrego mi amor. Por consecuencia quiero terminar viviendo de esto.

–Vivir de la música siempre es un tema difícil.
–En el under, a veces, es mal visto eso: querer cobrar una entrada, tocar en mejores lugares, pero bueno, voy por donde voy y si soy coherente con lo mío es lógico que quiera vivir de esto porque lo hago con un amor y una fuerza increíbles.

–Y en el camino está ser independientes. ¿Es una elección o es el único camino que hay?
–Es por coherencia. Por sentir que hacemos las cosas con mucho amor, con mucho esfuerzo, y sería incoherente que ese amor y esfuerzo lo regaláramos a una disquera que nos pague regalías de un peso con cincuenta por unidad de disco y perdamos el derecho de comercialización de nuestra música. Es como que tengas un hijo y se lo des a una empresa que lo esclavice laburando 18 horas por día, a uno con cincuenta. En cambio, no sería descabellado firmar un contrato, porque ser independiente requiere de un esfuerzo descomunal que agota. No podés estar ensayando, componiendo, haciendo notas, tocando y, además, ir a una disquera a ver si en la batea había un disco tuyo y se vendió.

–¿Qué es lo más difícil de ser una banda independiente?
–Es tener un grupo que se afiance y que se sienta cómodo de laburar así. Esto requiere de una estructura operativa y humana y laburar todo el tiempo para que no se derrumbe. Mucho huevo. Al final es un desgaste, pero también una satisfacción. Hacés lo que te gusta y el balance termina siendo positivo. Hoy estamos en ésta, mañana veremos. Está bueno vivir de la música. A veces la gente se baja un disco y después cuando tiene guita se lo compra. Y lo que más convendría es que se lo bajara, pasara por la sala de ensayo y dejara 5 pesos; con eso ganaría más el músico.

–Si bien Juan, el último disco de la banda, es reciente, ¿ya piensan en su sucesor?
–Ya pensamos en el que viene. Al guitarrista se le ocurrió que tenía que ser así y me apretó, así que ya estamos cocinando temas, pero para sacarlo el año que viene, cuando esté listo y se pueda. Hay que concretar ensayos y llevarlo bien producido al estudio para en un mes grabarlo entero.

–¿Prefieren grabar rápido?
–Es por un tema monetario. No podés ir a boludear al estudio, quizás se cambian cositas, pero no mucho más, porque el reloj corre y marca. No se puede ir a zapar ahí adentro.

–Al momento de la composición, ¿cómo es el trabajo de las letras?
–Yo compongo. Trato de alinearme con la parte más sana mía y de ahí bajar mensajes, contar lo que me pasa, una historia.

–¿Y hay primacía de la letra sobre la música o viceversa?
–Una canción no se separa, si no, es un poema o una pieza musical. Una canción es un paquete: letra y música.

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