jueves, 30 de junio de 2011

SERGIO COLOMBO - EL NATTY COMBO

“Vender tus ideales por plata es un garrón”

Saxofonista, compositor y cantante, tras tocar en bandas como Attaque y Kapanga, hace siete años lidera una de reggae. De chico, se sintió un bueno para nada, pero no para la música. Y estudió sin intenciones de fama, “sólo para tocar bien”. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



Sergio Colombo es el líder y creador de El Natty Combo, banda de reggae que ya lleva más de 7 años de vida. Si bien compone las letras y les pone su voz es, antes que nada, saxofonista. Tocó con las más variadas bandas, como Los Cafres, Dancing Mood, Attaque 77, Kapanga, 2 Minutos, Callejeros o Mimi Maura. Actualmente, además, integra Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, banda que acompaña al Indio Solari.

Con su grupo acaba de lanzar El don, disco del que comenta: “Lo armamos para que no sean todos temas sueltos. Quedaron afuera algunos temas y le dimos sentido para que todas las canciones tengan el mismo sonido”.

–¿Sos de componer canciones de más?
–No soy de componer tanto, quedaron pocos temas afuera porque no tenían que ver con lo que era este CD. Hay bandas que el material que les queda afuera, porque no está bueno, después cuando tienen que hacer un disco nuevo, como quizás cuelgan, lo manda igual. Hace unos meses que no estoy haciendo nada, sólo disfrutando de El don, pero soy activo, siempre estoy pensando en componer, me encanta escribir, pero me cuesta hacer buenas letras porque soy muy crítico conmigo mismo, nunca me termina de gustar nada de lo que hago.

–¿Cuál es la principal diferencia con los discos anteriores en cuanto a sonido?
–Siempre los discos los grabé en tres días y los mezclaba en tres días más. Éste lo fuimos a grabar a Villa Mercedes, San Luis, que es un tremendo estudio. Lo grabé en 11 días y lo mezclé en 15, lo laburé un mes, a diferencia de los otros que en una semana hacía todo. Y en realidad fueron tres meses, porque escuchaba una semana y otra descansaba el oído, eso también hace que el sonido sea el mejor, probar y poder ir para atrás.

–También es el primer disco con una productora, después de ser siempre independiente. ¿Cómo se dio? ¿Cómo es la experiencia?
–Son los mismos que trabajan con el Indio (Solari), y hubo una conexión por ahí. Me lo propusieron, sentí que no me hacían firmar con mi sangre sino que me respetaban y me inspiraron confianza. Si bien estaba bien como estaba, la banda crece mucho y uno tiene que crecer a la altura de las circunstancias y yo ya no podía, se me iban las cosas de las manos, se volvían desprolijas y era para peor. Entonces, así ya tengo la distribución controlada, que antes era discutir con los distribuidores, que no sabés dónde están los discos, no te pagan. Te quema todo eso.

–Por lo que decís, ¿es imposible entonces ser independiente teniendo una banda grande?
–Se puede, si ya tenés el kiosco armado. Nunca vi mal el tema de las compañías, pasa que nunca me habían ofrecido algo que valga la pena. Pero hasta charlando con el Indio, él me decía que lo que le pasó a los Redondos era super raro, me decía algo así como que él no recomienda ser independiente porque hay tanto negocio, tanta gente, que se te escapa todo de las manos.

–¿Cómo surgió que Néstor (Nonpalidece) y Luis (Resistencia Suburbana) grabaran un tema que tiene una letra particular?
–Me gusta, cuando invito a alguien, que el artista haga su parte de la letra, porque le pone su onda. Después el tema lo registramos juntos, es de los tres. Hice la primera estrofa, el estribillo y después sus partes la hicieron ellos. Estuvimos un día en la casa de Luis, de las 4 de la tarde a las 5 de la mañana, entre cervezas y demás. Imaginate cuánto cuesta –termina la frase y ríe–. Los invité porque somos amigos de verdad, nos juntamos muchas veces fuera de los shows. La vez pasada tocábamos nosotros y subió a tocar la percusión Luis. Me dice: “¿Tenés percusión?”. “No”, le digo. Pidió un set y se subió todo el show a tocar.

“Siempre fui medio bueno para nada”, dice de su juventud, pero asegura que “para lo único que siempre me sentí competente fue para la música”. Confiesa que el saxofón le llamó la atención por la estética. Estudió 12 años con profesores particulares y también en un conservatorio. Llegó a estudiar 11 horas por día durante varios años. “Nunca estudié menos de cuatro horas por día, si no, no podía salir de mi casa”, explica. Hacía changas como letrista, ayudante de fletero o cualquier cosa que no le demandara mucho tiempo, ya que “no podía laburar y dedicarme a la música como yo quería, de pleno”. Con lo que ganaba, pagaba el estudio.
Antes de lanzarse a formar una banda, prefería “tocar bien el instrumento. Sabía que tocando bien no me iba a morir de hambre. Por lo menos iba a tener algo de qué vivir toda mi vida. Por eso me rompía tanto el culo”, sostiene.

–No fue aprender a medida que tocabas.
–Siempre tuve mucho respeto por la música. Estudié no para ser famoso sino para tocar bien. Después, la fama no me interesa. Priorizo la música ante el show, la estética y todo eso, porque si la música está buena, el resto va a estar bueno también.

–¿Cómo es esa experiencia de estar tocando con el Indio?
–Todavía no entiendo lo que hago yo ahí, lo trato de disfrutar. Es algo raro el tema de los shows porque no se compara con nada. Yo toqué con mucha gente, pero ese público es algo incomparable, yo siento que es mucha energía, mucha adrenalina.

–¿Te interesaría llegar a ese nivel de masividad con El Natty Combo?
–Me encantaría, ¡qué te parece! Para los músicos siempre la meta es que tu música sea escuchada por la mayor cantidad de gente posible.

–Y ahí aparece la tentación de hacer temas “comerciales”.
–No me sale hacerlos, pero sería traicionarme a mí mismo. Siempre pensé que la guita en la vida tiene que ser una consecuencia de las cosas. Hay que hacer las cosas bien y de corazón. Si vos le ponés dedicación y esfuerzo siempre te vas a llenar de guita en algún momento, pero tiene que ser por consecuencia de eso. A todos nos gusta la plata, todos queremos tenerla, pero vender tus ideales por plata es un garrón.



Nota original: enero 2011 http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=18966f04f4560a995ca1a3f73bf2db5c

lunes, 27 de junio de 2011

CÉSAR ANDINO

“No tengo nada que festejar”

César Andino es el único miembro que queda de aquella formación marcada por el accidente que él sufrió junto al entonces bajista de Catupecu, Gabriel Ruiz Díaz. Habla de sus proyectos, sus ex compañeros y también del famoso videíto. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



Antes del 30 de marzo de 2006, Cabezones gozaba de su mejor pasar. Ese día, su cantante sufrió un accidente automovilístico junto al bajista de Catupecu Machu, Gabriel Ruiz Díaz. Ya nada volvería a ser lo mismo. En julio de 2007 tres integrantes dijeron adiós a la banda, y meses después el baterista también se alejó. Entonces, Cabezones fue sinónimo del único miembro fundador que quedaba: César Andino.

El cantante –que hasta la actualidad tiene en su cuerpo secuelas del accidente– se puso el grupo al hombro, consiguió nuevos músicos y emprendió una vez más el camino. 2011 lo encuentra a punto de lanzar Nace, el segundo disco de una trilogía que tuvo a Espera como punto de inicio. La tercera parte será Crea.

–¿Cuál es la diferencia entre Espera e Intraural, disco que exploraba el formato acústico con un repertorio seleccionado de la banda?
–No hay diferencias, es una continuidad. Cabezones siempre propuso cosas nuevas, como tratar discos en formato acústico; derribamos preconceptos y no sé si inventamos un nuevo estilo, pero fuimos pioneros en ver al rock de esta manera. Me dediqué a estudiar canto porque quería salir del común de los cantantes, que no estudian, quise darle la impronta de una banda pesada con un cantante melódico.

–¿Por qué después de la salida de los otros integrantes mantuviste el nombre de la banda?
–Porque se dio naturalmente, ellos decidieron empezar su carrera solista y yo no quería hacer carrera solista. El nombre lo había puesto yo, las canciones las compuse yo, y fue una continuidad. Si bien no es lo mismo porque era un proyecto de amigos, tampoco me parecía justo salir como César Andino, porque al ser compositor y todo, era raro. Soy el dueño de la marca y las canciones, era inútil empezar algo nuevo si se podía continuar con esto.

–¿Escuchaste los discos de ellos?
–No, no, no escuché nada.

–¿Tenés relación con alguno?
–No, no hablo ni nada.

–¿Con la nueva formación fue un volver a empezar?
–Evidentemente es diferente a lo que era antes, el punto de unión es la voz. Se perdió la mística de la banda por ser amigos: eso cambió completamente.

–¿El objetivo es volver a la masividad?
–Creo que hubo un gran cambio de público. La gente que va ahora es para ver a esta banda. Sé que estamos haciendo las cosas bien y si bien va a costar volver a la masividad de antes, estamos por el buen camino.

–¿Extrañás algo de las primeras épocas?
–No, no. Creo que todas las cosas suceden por algo y si bien está buenísimo haber tocado para tanta gente y girar tanto, también tiene su gusto empezar de nuevo, para mí es un desafío y ojalá que todo renazca de nuevo.

–¿Cómo fue la elección de los covers del primer disco de la trilogía?
–“Sueles dejarme solo” fue un tema que siempre hicimos, y “Entero o a pedazos” es un tema que tocábamos en los acústicos y lo que esa canción significa representa mi presente, y sin ánimos de ofender a alguien, la idea era esa: entero o a pedazos pero voy. Siempre dejamos un mensaje, y el de esa canción es que a pesar de todo hay que seguir.

–Justo un tema de Catupecu Machu, ¿cómo está la relación con ellos?
–Antes del accidente salía mucho yo, iba a shows, a bailar, la pasaba muy bien. Después del accidente cambié muchas cosas: dejé de salir porque no tengo nada que festejar, tengo un gran vacío interior porque mi amigo sigue peleando por su recuperación y yo me fui alejando de muchos lugares y personas; no me sentía a gusto en algunas situaciones y preferí ya no pertenecer más. Lo único que hago es salir cuando toco. Tengo un vacío muy grande y es imposible llenarlo, entonces no quiero salir.

–¿Cómo está tu salud?
–Bien, mejorando de a poco. Estoy haciéndome estudios porque quiero operarme de nuevo a ver si la pierna queda mejor; y con tranquilidad, porque lleva su tiempo, su coraje, sus ganas de arrancar de nuevo, lleva tiempo.

–Volvemos a la música, ¿cómo será Nace?
–Sinceramente, armé esta banda con chicos jóvenes e influencia más hardcore porque quería imprimirle ese estilo a la banda. Es un disco más directo, pesado. Vuelve a ese toque de Alas, de oscuridad y pesadez.

–¿Y el tercer disco tiene fecha estimada de salida?
–Crea queda para mediados de año, porque queremos que Nace esté en todos lados. El tercero tiene como eje fundamental mis influencias de los 80, es un disco de versiones de clásicos internacionales, temas que me marcaron. Nuestro público es fiel, apasionado… creo que el lugar de Cabezones en el rock nacional no lo ocupó nadie.

Tema cerrado
Hace unos meses el cantante se vio involucrado por un video en el que se lo veía “sustrayendo” un par de anteojos. “Fue una mala jugada del pibe del local, porque yo no me puedo trasladar con cosas en la mano porque me caigo. Cuando compro algo pongo cosas en los bolsillos. Después, cuando llegué a la caja, lo puse arriba del mostrador, pagué y me fui. Si me quiero robar algo no me robo unos lentes de 20 pesos. A mí me acusaron de drogadicto, gay… a mí no me hace mal, le hacen mal a la gente que querés, tu familia, tu mamá”, aclara el cantante, y agrega: “Yo no le deseo el mal a nadie, creo que todo vuelve en la vida. Me pidió disculpas pero el daño ya está hecho. Le sirvió para promocionar el local. Tengo 40 años y es la primera vez en mi vida que me pasa algo así. No había aclarado nada hasta ahora porque era seguir dándole bolilla al pibe, lo pasé por alto”.



Nota original: diciembre 2010 http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=ef19929e94c722213418187af9890b61

jueves, 23 de junio de 2011

CORAL

“El público argentino es muy stone”

Convencida de que en lo local no hay nada parecido a su estilo, Coral presenta su quinto disco, Volver, que lanzó tras regresar al país luego de estar radicada varios años en los Estados Unidos. “Suena a Tragic Kingdom” de No Doubt, comenta. Texto: Por Marcelo Maccio Villegas.



Depende con qué ojos se mire a Coral, se podrá ver a una actriz, que participó en varios capítulos de la telenovela Malparida y estudió teatro en Nueva York; a una joven de ojos verdes claro y una mirada intensa, delgada con piernas largas, que seducen aunque no se lo propongan, o bien podrá verse a la compositora y cantante, que luego de estar radicada varios años en los Estados Unidos volvió a la Argentina y lanzó su quinto disco, Volver. Noticias Urbanas dialogó con Coral para conocer con detalles la actualidad de la artista.

–¿Cómo te definís? ¿Qué creés que te diferencia de otros proyectos?
–El último disco es una mezcla de pop con rock ochentoso, tiene raíces en el folk americano por la forma en que compongo y la bossa nova, pero es pop, yo lo veo muy parecido en imagen, actitud y cómo suena a Tragic Kingdom, de No Doubt, porque Gwen Stefani es supersexy, con mucha actitud pero no zarpada, tiene mucho carácter, muy musical, sensible pero fuerte; yo me siento así y creo que hay un lugar para eso. No veo muchas cosas parecidas a lo que hacemos, más que nada porque lo vengo trabajando afuera y tengo un concepto que trabajo hace mucho. Siento que encontré una onda que es mía, hago esto hace mucho. Voy por el quinto disco, le encontré la vuelta hace rato y este es mi estilo por ahora. Hoy por hoy hay un lugarcito que está bueno que yo lo ocupe.

–Antes de grabar un disco, ¿se piensa en lo que está sonando para componer algo parecido?
–Se piensa, pero yo siento que ya tengo un estilo de composición, y no es para hacerme la gran compositora, pero creo que desarrollé un estilo propio. Creo que cuando la gente escucha sabe que es mi voz, sabe que es Coral. No dicen “suena como…”. Es muy mío. Entonces el miedo de “me voy a parecer a tal o cual” no lo tengo; sí estuvo en los primeros discos. Lo pensás, “qué van a decir”, pero ahora ya siento que lo mío está armado, y hay que tener cuidado de no copiar lo que está pasando en el momento, de pensar “¿qué se está escuchando?, vamos a hacer algo parecido”. Eso no.

–No hay que pensar qué es lo que quiere escuchar la gente.
–Eso les pasa a los intérpretes que laburan con compañías y no escriben su música, y por ahí viene un tipo y les dice: “¿Che, por qué no hacés algo como la nueva Lady Gaga?”. Yo busco ser la nueva Coral, renovarme y hacer cosas nuevas constantemente, afianzando mi nombre y estilo. Quiero seguir creciendo y hacer cosas distintas, pero no en vistas de copiar a nadie sino de seguir progresando y creciendo como artista. Pero por lo que vos decías, es algo en lo que se cae, que lo hace mucha gente y hace lo que está sonando, lo que está de moda. Pero hay que modernizarse, escuchar cosas nuevas, pero sin correr detrás solamente de lo nuevo.

–¿Qué balance haces de 2010?
–2010 fue un buen año. Llegué de Nueva York después de vivir mucho tiempo afuera (NdR: vivió 9 años en los Estados Unidos) y saqué el disco, que sonó mucho en las radios. A fines del año pasado terminamos de hacer el video de “Perdiendo la fe”, que es el segundo corte del disco, que está rotando en todos lados. Tocamos en la 9 de Julio en los festejos por el 25 de Mayo, en el Hot Festival, en la Feria Puro Diseño; trabajé además como actriz en Malparida, tuve otros muchos proyectos como actriz. Me parece que fue un año muy positivo y creo que la vuelta al país fue muy buena, espero que este 2011 sea el triple de bueno de lo que fue el anterior, y le voy a poner toda la energía para que así sea.

–¿Por lo pronto el plan es seguir tocando Volver?
–Tenemos dos o tres cortes más, es muy buen disco y estoy muy contenta. Lo hicimos con gente de Nueva York. Trabajé dos años para grabarlo, le puse mucho laburo, tiempo y dedicación, y no lo quiero exprimir al cohete, quiero seguir tocando. Me voy a Nueva York ahora a tocar en varios festivales de allá. La idea es sacar otro disco a fines de 2011.

–¿Ir y volver es un beneficio o una traba para estar tocando continuamente?
–Yo estuve mucho tiempo allá, entonces siento que tengo una flexibilidad y me puedo adaptar. Allá el mercado es mucho más anglo, es muy distinto a lo que consumimos acá, pero yo toqué allá mucho, con todo el mundo y tengo un circuito armado copado. Voy, toco y no siento que me fui, que me tengo que insertar de nuevo. Es un modo de vida, estar acá ahora y después allá, laburar y tocar.

–¿Cómo es el contraste entre la escena argentina y la estadounidense?
–A mí me parece muy distinta, la visión de los músicos es muy distinta. Nosotros somos muy locales, estamos muy argentinizados, a pesar de que tenemos influencia del hip hop y el reggaeton, que antes no se veía tanto; pero igual el de acá es un público que escucha mucha banda local, tipo Viejas Locas, somos muy stoneros en un punto. Acá y allá hay de todo, pero el mercado es muy distinto, lo más masivo de acá es muy distinto a lo más masivo de allá.

–¿Y en el público también se nota esa diferencia?
–Creo que allá hay mucha banda grande tocando constantemente: tenés a los Strokes en un lado, Jack White en otro y los Stones en otro; a Cat Power o Regina Spektor las ves en bolichitos, cosas de mil personas, constantemente. Hay fanáticos del hip hop, y son muy fanáticos, eh. Pero después, sacando el fanatismo, son muy abiertos. Después están también los que son los Teen Angels, como Justin Bibier o Celina Gómez, pero son chicos. En la franja de 18 a 30, que es mi franja, son todos más abiertos. Allá hay demasiada música pasando todo el tiempo. Si te pones en fanático, te perdés mucho.



Nota original: enero 2011 http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=165fd4a6ae5b890121a1a76d4c683d59

lunes, 20 de junio de 2011

KAPANGA

"En el 2011 apuntamos el exterior"

La banda cierra un año con balance positivo tras sacar un disco,
lanzar una película propia y tocar en México. Los planes para el año que viene son girar por Latinoamérica y lanzar un nuevo álbum de estudio.
Texto por Marcelo Maccio Villegas



En todo cumpleaños de un joven, adolescente o “pendeviejo” que guste de las fiestas no faltará nunca un tema de Kapanga en el momento de mayor jolgorio, ése en el que el cumpleañero está por caer a la pileta o el borracho se decide y encara a la chica linda mientras el novio está en el baño. La historia esta vez se da vuelta y los que soplan las velitas son los músicos, por sus 15 años de carrera.

Los festejos se preparan para este sábado 18 y el lugar elegido es el estadio cubierto Malvinas Argentinas, desde las 20. Antes del festejo, Noticias Urbanas dialogó con el guitarrista de la banda, Miguel “Maikel” de Luna Campos, que anticipó que “el show está planteado desde la idea que lo más importante del evento es la fiesta, porque son 15 años –que sepan las chicas que si van con su vestido de 15 entran gratis– y después está planteado como cualquier show que merece esa gala, con una gran puesta de luces, sorpresas especiales, pantallas de video, cámaras en cada instrumento para otras tomas y texturas, y va a haber magos y cosas de circo”.

–Y una lista que recorra toda la discografía.
–La lista recorre toda la discografía nuestra en dos bloques: el primero centrado en Todoterreno, nuestro último disco, más algunos superhits, y la segunda parte es más para el recuerdo, para investigar todo el pasado.

–¿Va a haber invitados?
–Otra cosa linda es que para los festejos, como cuando es tu cumpleaños, invitás a quien vos querés. Nosotros invitamos a bandas que nos gustan y el estilo no es el mismo, por ejemplo Fantasmagoria, que es una banda que nos encanta. También van a tocar Gran Martell, Edu Schmidt y los Natural Cocaleros. Es invitar a la gente con quien tenés ganas de compartir en tu fiesta de cumpleaños, que admirás. También, mostrarles a los que nos siguen qué otra música escuchamos nosotros.

–En estos 15 años, ¿qué cambió y qué sigue igual en Kapanga?
–Cambió que estamos más gordos –lanza la frase y detrás la carcajada que dura varios segundos–. Y la infraestructura que manejás, que es más linda porque te permite hacer puestas y escenografías que antes no. Esas cosas que cambiaron son fantásticas, porque las podés invertir en tu show y es mucho más copado. Si no lo hacés, sos un vago.

–Pero se vuelven una responsabilidad usarlas bien, ¿no?
–Sí, obvio, tenés razón, se vuelve un peso. Pero tampoco cargamos bolsas en el puerto, hace 15 años que no trabajamos (nuevamente las risas cortan por varios segundos la nota, marcando el clima distendido de la charla).

–¿Ya piensan en el sucesor de Todoterreno?
–Sí, ya estamos componiendo, hay varias canciones, estoy demeando en el estudio de casa un par de cosas y vamos a entrar a grabar un poco antes de agosto para sacarlo a finales de ese mes. Teníamos pensado en algún momento realizar una secuela de la película que hicimos, pero aprendimos que no se saca disco y película a la vez.

–¿Por qué?
–La película logró tan buenas críticas y los medios se coparon tanto que en un punto se comió el disco, entonces ahora nos dedicamos a sacar el disco y más adelante la secuela de la peli. Es superdivertido, hacer una peli es mucho más divertido que hacer un video.

–¿No es loco pensar que alguien paga una entrada por ver una película de ustedes?
–Ya es muy loco que paguen una entrada para ir a ver un show. Encima, nosotros la película la veíamos de arriba mientras la estaban pasando y, cuando venían los chistes, pensábamos, ¿se reirán o no?, y estaba genial. Un estreno de esos es peor que hacer un disco, te ponés mucho más nervioso.

–¿Tienen algún objetivo definido para 2011?
–Apuntamos directamente al exterior, más que nada a Latinoamérica. Tenemos México para hacer una gira, este año fuimos al Vive Latino pero por problemas de enfrentamientos narcos nos dijeron que el clima estaba áspero y quedó pendiente la gira, que la dejamos para el año que viene. Y desde ahí armar Colombia, Venezuela…

–Después de 15 años de carrera, ¿qué pregunta les molesta que les hagan?
–Si tenemos todos una pizzería. Porque la familia del Mono (el cantante) tiene pizzerías y nos preguntan a nosotros y decimos que sí, que vivimos todos adentro del horno y financiamos los discos con la de mozzarella.

–¿Cuál es el balance de 2010 para Kapanga?
–Superpositivo: película, disco, Luna Park, Vive Latino, los 15 años para cerrar… la verdad que superpositivo, ¿viste cuando decís “este año estuvo bueno”? Eso.

–¿Y cuál fue el que la pasaron feo y el chiste de la pizzería se volvía realidad?
–(Ríe antes de contestar pero luego de golpe vuelve la seriedad) En 2001, habíamos ido a Puerto Rico dos meses enteros y volvimos con un disco hecho listo para grabar, y llegamos y la discográfica nos dice: “Miren, está todo bien, pero la orden viene de afuera, no está grabando nadie”. Y queríamos editarlo nosotros y no sabíamos qué hacer, si hacernos independientes. Y justo apareció Pop Art con buena onda.

–¿Y ahí cambiaron de sello?
–Desde ahí trabajamos juntos, con superbuena onda. El día que llegamos con la peli, dijimos “queremos filmar una película” y no nos dijeron “están locos”, nos dijeron “¿cómo la quieren hacer?”, y ahí se arregló todo.

–¿Qué le pediste a Papa Noel?
–Más guitarras, guitarras, más guitarras, muchas. Hay tantos chiches que es entrar a un local y querer agarrar todo.



Nota original: diciembre 2010 http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=073d958f11585283e4928868bf5d8424

viernes, 17 de junio de 2011

"NEGRO GARCÍA LÓPEZ"

El Miss Simpatía rockero

Invitado de todos, ahora le tocó a él. El Negro García López habla con Noticias Urbanas de su reciente disco, de Charly García, del ambiente rockero… y de sus amigos. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



A Carlos “el Negro” García López lo conocen tanto quienes fueron a sus recitales como los que no. Y no hace falta ser fan de Charly García, de quien fue guitarrista en los 80 y lo es en la actualidad, para saber de él. El Negro sería –pidiendo perdón por la comparación– como esos programas infantiles que todos conocemos, los miremos o no, como Piñón Fijo o El Chavo. Y esto es así por la innumerable cantidad de veces que el guitarrista subió a los escenarios más variados en calidad de invitado.

Pero en la actualidad, el Negro se encuentra con proyecto propio, que se completa con Mariano López en batería y Claudio Kake en bajo. “Veníamos armando algunas canciones con Mariano, con la facilidad que es tener una computadora, que es como tener un estudio en tu casa. Al cuarto tema que teníamos empezamos hablar con los productores, que fueron Jorge Rossi y Adrián ‘Burbujas’ Pérez, y ésa fue la base, la forma de empezar a armar el disco”, explica a Noticias Urbanas.

–Y después aparecieron los invitados que son la clave del título del disco.
–La idea del título (NdR: Esta vez invita el Negro) es por la cantidad de invitados que tiene, y porque siempre fui invitado por todos y esta vez invité yo. Lo compartí con todos los amigos. El productor artístico de PopArt me hizo un chiste que es verdad. Me dijo: “No sé si un productor podría reunir a tantos artistas como reuniste vos”.

–Más allá del chiste, ¿sos un caso único de Miss Simpatía rockero?
–(Se ríe y después responde) Está bueno lo que me decís, pero no sé si es tan así. Yo me siento querido por la gente, por mi familia, y hasta el día de hoy nunca tuve un problema con nadie, ni ingenieros de grabación ni nadie ligado a mi trabajo. Por ejemplo, ahora fui a Chile y estuve hablando con Vicentico, que hace otro tipo de música de la que yo hago, o con el Pelado Cordera. Estuve hablando con Santaolalla hace poco, con todo el mundo tengo muy buena relación. No sé si es común, pero a mí se me dio y me invitaron a tocar y por eso esta vez armé el disco de esta forma.

–¿Te sentís cómodo con un proyecto que lleva tu nombre?
–En un momento le quise poner un nombre a la banda, cualquiera, X, y ellos me decían que no, que le dejara mi nombre, así que más que decisión mía, fue entre todos como banda. Me siento cómodo, bien. Lo importante es que se sientan bien ellos, porque somos una banda, no soy solista, por eso ellos participan en la composición, de las decisiones de la banda. Incluso, en algunas cosas, el que no participa soy yo.

La charla con el Negro es tranquila. Se nota su amabilidad. Lejos de una entrevista, plantea la conversación como una charla entre amigos. “Ya hay planes de un próximo disco”, comenta al pasar.

–¿El desafío con el CD que viene es poner más la cara sin que haya tantos invitados?
–Mirá, en éste la pasamos bárbaro. En el segundo disco había participado Charly. Este último, que es el tercero, con tantos invitados, nos encantó. Pero al disco nuevo le vamos a poner los huevos como corresponde y decir “ahora salimos a tocar nosotros tres”. Aunque uno o dos invitados, gente amiga, siempre va a haber. Fijate lo que pasó en este disco: en ningún momento se pensó en armarlo con tantos invitados, empezamos con uno, el amigo David Lebón… no, te mentí, esperá… (se queda pensando y parece dolido porque casi “miente”) fue Spinetta el primero y al final él no pudo por los tiempos: estaba preparando el concierto de Vélez, que fue alucinante. Quizás se da en el próximo lo de él. Bueno, uno tras otro fueron surgiendo todos: creo que en doce canciones tenemos diez invitados.

–Ahora que nombrás a Spinetta, ¿cómo ves el escenario rockero nacional? ¿Por qué siempre siguen tan instalados Charly y el Flaco?
–Ni ellos ni su música van a pasar jamás de moda, pero creo que hay otros músicos o bandas grosas que están haciendo su camino, como Ciro, como Cordera y mucha gente más. Lo importante que veo, que es algo que mejora, es que hay muchas bandas. Yo no tomo la música como un ámbito de competencia. Lo veo con los chicos de Las Pastillas del Abuelo, que son amigos, cómo van creciendo y progresando.

–Antes de entrar a grabar tu disco estuviste tocando y grabando con Manto, la banda de Jorge Rossi y Burbujas Pérez.
–Y Samalea en batería. Muy buena experiencia, nos llevamos muy bien con Jorge y el Burbuja. Logramos una buena fusión, por mi onda musical y la onda de rocanrolear que tengo, logramos ese disco que me encanta. Con Manto fue algo así: empecé de un principio a armar los temas, que los tenía hechos Jorge, pero yo les metí una viola, unos arreglos. Grabar con ellos y Samalea fue todo un placer.

–La última, estuviste tocando con Charly, ¿cómo lo ves?
–Muy bien, estuvimos en Chile y después tocamos en Plaza de Mayo, que estuvo buenísimo. Él está con muchas ganas de hacer cosas. Y ahora sale Kill Gil. La verdad, yo lo veo bárbaro.



Nota original: enero 2011 http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=f12c635040da25eada77dbd46dd853ae

lunes, 13 de junio de 2011

TAN BIÓNICA

“Somos cuatro obsesivos”


Obsesionario es el nuevo CD de Tan Biónica, que esta vez ofrece un inventario sobre el desencuentro. De verlos tocar en el Luna pasaron a trabajar con Pepe Céspedes y Osky Righi, ex Bersuit. “Tocaríamos gratis, pero si nos pagan, mejor”, se divierten. Texto por Marcelo Maccio Villegas.


Mientras la Ciudad se envuelve en velocidad y calor, en uno de sus barrios, en Palermo –Gorriti al 4000–, la sala de ensayo de Tan Biónica es una burbuja en la que se respira tranquilidad y felicidad. Sucede que la banda acaba de lanzar Obsesionario, y desde la concepción del material hasta la actualidad, todas fueron buenas noticias.

NU se acercó hasta la sala de ensayo y dialogó con Sebastián Seoane (guitarras) y Diego Lichtenstein (batería), que integran la banda junto a Chano Moreno Charpentier (voz) y Bambi Moreno Charpentier (bajo).

–¿Por qué Obsesionario como nombre del disco?
–Es una palabra que no existe, la inventamos para el título de esta obra de 12 historias o capítulos sobre el desencuentro. Obsesionario es un inventario de obsesiones.

–¿Antes de la grabación ya estaba la idea de hacer un “obsesionario” o apareció una vez grabado?
–Fue más al finalizar el disco; en su construcción se fue apuntando para ese lado. Nos dimos cuenta de que todos los temas trataban esta temática y fueron compuestos en una misma situación de tiempo y espacio, a diferencia de Canciones del huracán (NdR: el disco anterior de la banda), que fue autogestionado y un compilado de cosas hechas durante años.

–¿Cuándo y cómo fue compuesto Obsesionario?
–Desde que terminamos el disco anterior hasta que lo grabamos. Ahora que lo sacamos ya estamos componiendo para el que viene. Obsesionario arrancó a componerse en 2008, y cuando salió a la calle a nosotros ya nos quedó viejo. Incluso “Ella”, un tema de este disco, lo tocamos en la presentación del disco anterior.

–¿Con ese delay no pierden la emoción del disco nuevo?
–Pasa que al no tener la infraestructura, en ese momento pecamos de ansiosos: salimos a tocar lo nuevo, para mostrar que no estábamos estancados. Hubo una desprolijidad, también la llegada de Canciones de huracán se atrasó, entonces Obsesionario ya estaba pensado pero había que darle espacio al otro disco.

–Con esa estructura de la compañía atrás, ¿trabajan más cómodos?
–Uno trabaja mejor y hace mejor lo suyo; lo nuestro, que es componer. Cuando uno se enfoca por completo en lo que sabe hacer, ahí es infalible. Igual somos cuatro personas muy obsesivas y no podemos delegar todo.

–¿Cómo llegaron a trabajar con Pepe Céspedes y Osky Righi? ¿Cómo fue ese trabajo?
–Fue un sueño para nosotros. Fuimos muy fanáticos de Bersuit y un año antes de trabajar con ellos los estábamos viendo desde la tribuna del Luna Park. Nos presentaron a Cristian, manager de Bersuit y ahora nuestro también, acercamos un demo a la compañía y nos dijeron que querían hablar con nosotros. Después nos preguntaron quién nos gustaría que sea el productor y dijimos “Pepe y Osky”, y ahí nos dijeron “olvídense”.

–Y después se terminó dando.
–Estábamos en este mismo lugar (se dan vuelta y miran como si revivieran el momento) y ellos cayeron para hacer la preproducción. Nos dijeron que íbamos a grabar en Del Cielito, todas cosas que para nosotros eran muy lejanas. Ellos son superhumildes, nos abrieron sus puertas, nos prestaron instrumentos, conocimos a sus familias; colaboraron Dany y Cóndor en el disco, compartimos escenario… todo muy buena onda.

–¿Cómo ven la escena local y qué lugar ocupa Tan Biónica en ella?
–Empezaron a desaparecer las megabandas, que quizás eran de gente de 40 para arriba, y no hay muchas bandas jóvenes, de nuestra edad, en una buena posición. Nosotros tenemos una forma rica o compleja de contar las historias y a nivel sonoro se vienen haciendo siempre cosas parecidas; y nosotros por la edad que tenemos o por las experiencias, tenemos un sonido más aggionado, nuevo. No tenemos prejuicios a la hora de emparentarnos con distintos tipos de música, bajo el manto de Tan Biónica, con sintetizadores, guitarras y la voz de Chano que le mete un carácter particular.

–¿Se pusieron algún objetivo al momento de grabar el disco?
–El objetivo es infinito. Nos ponemos metas a corto plazo: hicimos una, después dos Trastiendas, después quisimos llenar La Trastienda sold out… son pasos cortos pero firmes, no tiros al aire. El objetivo del momento es la gira nacional por la costa y el interior.

–¿No piensan en la plata al momento de componer y grabar?
–Todos tenemos que sobrevivir. Es nuestro trabajo, nos encanta tocar y no hay nada que nos guste más– hace una pausa y cuenta que viajando, sin saberlo, un taxista le dijo que le gustaba la banda mientras un tema sonaba en la radio; dice: “Esas cosas garpan el día y el mes”–. Tocaríamos gratis, pero si nos pagan, mucho mejor, no tiene precio.

–¿Con qué momento o instante de la grabación se quedan?
–(Se miran dos segundos y sin cruzar palabra saben que coinciden) Pepe tocando la acústica, grabando “Obsesionario en la mayor”. Verlo tocar con esa paz, esa pasión y la musicalidad en los dedos... fue el único momento en que todos estuvimos callados mirando cómo tocaba, le salía todo del alma y nos dimos cuenta de que si él hacía eso con una canción nuestra, algo estábamos haciendo bien.



Nota original: diciembre 2010 http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=5ff77b7208a2d744057068e83f8f2af5

jueves, 9 de junio de 2011

ALEJANDRO APO

“Siempre fui un hombre de radio”


De su infancia porteña a la pasión familiar por la lectura, y de las apuestas por los burros y los aciertos K, NU charló con el comentarista de fútbol que no se siente escritor, que rescata a Bianchi como DT y repudia el ninguneo al 10. Texto por Marcelo Maccio Villegas


El tamaño de su cabeza es mayor al de la media; tiene un caminar lento, pausado, pero la característica que lo diferencia es su voz, que también suena lenta, pausada. Dice “Hola, nene” y queda claro que se trata de Alejandro Apo. A la salida de su programa en Radio Nacional –Donde quieras que estés, de lunes a viernes de 15 a 17– accede a charlar con Noticias Urbanas, sin restricciones y con una calidez incomparable.

Sobre el cambio de emisora que tuvo el último año, Apo aclara: “Estuve en una radio como Continental que tiene una llegada formidable, pero ahora estoy en Nacional, que también tiene una llegada formidable y me siento muy cómodo, muy bien, no noto un cambio grande”.

–¿La salida de Continental fue por temas económicos y no por tu posición a favor de la Ley de Medios?
–No tuvo nada que ver mi posición, como algunos dijeron. Estoy de acuerdo con la Ley de Servicios Audiovisuales que impulsó el Gobierno nacional para sacarle el poder al monopolio y para que haya medios de comunicación democráticos. Es una ley de la democracia para la democracia, que fue votada en ambas cámaras y que aún no se pudo implementar porque la interrumpen en algunos puntos los poderosos que no quieren democratizar los medios sino continuar teniendo su control en la Argentina.

–¿Te considerás oficialista?
–Tengo mucha afinidad con este gobierno. Estoy muy de acuerdo con lo que hace. Es un gobierno que ha reformado y ha podido poner en la sociedad una discusión que antes estaba en el ocultamiento. Se terminó la Argentina del oscurantismo, de no cumplir las cosas. La Ley de Asignación Universal por Hijo es una medida de avanzada, de un gobierno nacional y popular, que, además, le exige a cada persona que goza de esa ayuda que anote a sus chicos en el colegio.

–¿Qué opinás de programas como 6 7 8 y Duro de domar o Palabras + palabras -?
–Es una cuestión de gustos y estilos. 6 7 8 es un programa que me gusta, pero hay otros que también. No me parece que sea una cuestión de elegir por ideología, sino por si te gusta o no, que es como yo los elijo.

–Editaste un libro y fuiste compilador de otro, ¿sentís que sos escritor?
–No soy escritor, soy comentarista de fútbol. Edité, expresé en un libro, como una crónica, no como un estilo. Primero la gente de Alfaguara me llamó para seleccionar cuentos de fútbol y lo hice. Y escribí un prólogo, pero eso no es escribir, es compilar. Después, en Con todo mi afecto, Aguilar me dio la oportunidad de contar cómo un programa radial se transformó en un espectáculo teatral y una experiencia en mi vida personal.

–¿Cuál es la mejor formación para quien quiere convertirse en periodista?
–A mí la ignorancia me hacía preguntar mucho y al común de la gente eso la representaba mucho. Pero considero que tengo una asignatura pendiente, esencial, que es que no me formé en una redacción de diario. El periodismo escrito es formador de los que después pueden ser escritores. Muchos lo son, pero yo no tuve esa formación, yo siempre fui un hombre de radio.

–¿Qué sentís cuando se te tilda de ser una persona que acerca la gente a la literatura?
–Me parece una medalla que me pone la gente, porque en un mundo que no invita a leer, si nosotros generamos con los cuentos de fútbol que los pibes se acerquen a la aventura fascinante de leer un libro, nos sentimos satisfechos. Muchos profesores y profesoras de todo el país nos piden bibliografía de cuentos de fútbol, y los chicos entran por ahí a los cuentos de Fontanarrosa, Galeano, Sacheri, Soriano, Dolina… y por ahí los meten en la literatura.

–Y en el terreno futbolístico, ¿qué opinión te merece Diego Maradona?
–De ninguna manera juzgo a Diego por su cuestión personal, porque yo no puedo ser juez de nadie: mi vida está llena de defectos, he hecho tantas macanas en mi vida… entonces, qué voy a ser yo juez de debilidades de otro hombre. No lo juzgo, además le tengo un cariño eterno. Lamento mucho el ninguneo al que ha sido sometido luego de un dignísimo Mundial que ha hecho con los muchachos, con los jugadores, con un quinto lugar y perdiendo con Alemania, que es un grande y que le puede ganar a cualquiera en cualquier momento. No me parece indecoroso para nada.

–Pero Alemania ganó 4 a 0 y podría haber sido peor.
–El partido real era 2 a 0. Después se desfonda, todo futbolero sabe que el partido era 2 a 0, que la Argentina no jugó el partido que debía jugar y que en esas instancias hay que jugar grandes partidos contra los grandes. Alemania ganó perfectamente, no hay ninguna discusión. Pero luego de ganar cuatro partidos en el Mundial y terminar quinto, hacerle en la AFA ese ninguneo a Maradona, ese voto unánime (NdR: se refiere a la votación por la que se decidió no renovarle el contrato) me pareció una cosa muy rara.

–Los votos unánimes del Comité Ejecutivo.
–Es el voto de Grondona. Es así. Punto.

–¿Te sentís identificado con alguna escuela de fútbol? ¿El Boca
de Bianchi, el Estudiantes del 69, el Huracán del 74?
–Tengo diversidad de criterios, no tengo una línea. Empecé más cerca de Menotti y terminé más cerca de Bilardo, porque Menotti cree que el fútbol es a partir de sus ideas y no de las características de los jugadores, por eso me parece un entrenador extraordinario Bianchi, porque adapta las características de su estrategia a las de sus jugadores.

La charla hace una pausa y Alejandro aprovecha para probar algo de lo que pidió: un vaso de leche descremada tibia y dos tostadas de pan negro. “Hubo un momento –comenta al pasar– en que no podía ni comer, comía en medio de las charlas, porque no tengo tiempo, laburo de lunes a lunes. Hace un tiempo tuve un tema de salud, no grave, estaba muy arriba la glucosa y se me subió la presión. Yo no me cuidé en su momento y ahora estoy en pleno régimen”, comenta.

–¿Qué relación tenés con el psicoanálisis?
–Tuve uno de los mejores psicoanalistas de la Argentina, Raúl Conforti. Me dio un alta relativa, porque después de diez años los temas se repetían y entonces me dijo: “Ya no tenemos que seguir”. He sido lector muy intenso del psicoanálisis, conozco profundamente las ideas de Freud y adhiero mucho al mecanismo del psicoanálisis. Lo hice con un maestro, un hombre de un equilibrio y sabiduría que hizo que me encuentre mucho mejor y que pueda enfrentar con mejores herramientas la vida. Creo mucho en el sistema, el método.

–¿El psicoanálisis tuvo que ver con tus problemas con las apuestas de caballo?
–Fui un hombre que gusté mucho del juego intenso. Tengo que trabajar mucho siempre para no caer en esa adicción, que uno no la saca sino que la transforma y la sobrelleva, pero no se cura de fondo. Al hipódromo no voy más, porque soy un apasionado del turf, pero mi debilidad me hacía meter en problemas. Puedo ser ahora un hombre que moderadamente concurre a veces a lugares de juego, no al hipódromo, que está prohibido. Es una debilidad. Soy de ahí, pertenezco a ese grupo.

–¿El fanatismo por la lectura viene de familia?
–En mi casa, mi papi y mi mami fueron maestros de inculcarnos ese virus de la cultura popular, de la voracidad por conocer escritores, directores de cine… En mi casa se leía un cuento a la noche después de la cena. Mis viejos nos invitaban a que hiciéramos un cuento, lo leyéramos y lo discutiéramos. Mi mami es guionista de cine y narradora oral. Los narradores aprenden de memoria un cuento, lo reducen, dejan la esencia y lo interpretan. Yo sólo leo. El más grande lector de cuentos por radio fue, es y será Hugo Guerrero Marthineitz.

–Aunque muchos piensan que sos del interior, naciste y te criaste en Capital.
–Debe ser por mi lenteja que piensan eso. Soy más lento que un bolero. Entonces, como el interior tiene esa pausa linda, la gente se cree que soy de la provincia de Buenos Aires o del sur de Santa Fe. Pero soy porteño, nací en Villa Urquiza, vivía en la calle Colodrero, entre Cullén y Rivera, y me crié en la plaza Echeverría, en Triunvirato y Rivera.

jueves, 2 de junio de 2011

PABLO DACAL

“Siento la libertad del artista de culto”

El progreso, su último CD, es una radiografía posmoderna que tiene a Fito Páez y Palo Pandolfo como invitados. Lejos del cliché, confía en los artistas que lo supieron guiar. Sostiene la idea de que la música se venderá en pendrives. “No pude editar en vinilo”, dice. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



“No es fácil amar, pero peor es no querer hacerlo”, dispara Pablo Dacal en “Lo que está sonando”, canción de su último disco, El progreso. El artista, que atravesó distintos proyectos a lo largo de su carrera, dice sobre sí a Noticias Urbanas: “Definirme es una tarea que no me compete. Es encorsetar lo que estoy buscando y no quiero hacerlo. Con la Orquesta de Salón definía que era músico de salón y le quitaba rigidez. No quería quedar como un chico salido del conservatorio. Me gusta pensarme como artista libre que hace una cosa y otra”.

–¿Tuviste que romper con lo que aprendiste en el conservatorio?
–No entré crudo al conservatorio, entré con 18 años, cuando terminé la secundaria. Cuando iba, pensaba que si entrás queriendo hacer música, te matás o te matan. Hay muchos profesores interesantes y una sabiduría poderosa, pero también una estigmatización institucional que es compleja. Enseñar no es pasar información, es despertar la llama creativa que tenés adentro. Yo no fui para aprender a hacer música. Entonces tomé otros elementos que no tenía.

–¿Hubo una idea previa a grabar El progreso?
–Tenía una idea conceptual, un repertorio más o menos definido y sabía qué temas quería tratar. No sabía qué vestimenta iban a tener las canciones, que ya habían pasado por muchos estados. El contexto sonoro lo definí con el productor, Ezequiel Cutaia. El proceso fue extraño, primero grabé todo con guitarra y voz, le sumé pocas cosas, y con eso estuve trabajando hasta que hablé con él. Sobre eso construimos el resto.

–Hay un agradecimiento especial a María Elena Walsh. ¿Por qué lo incluiste?
–Me sentí conmovido por su fallecimiento, que se dio cuando estaba cerrando el disco. La admiro mucho y no la conocí, me hubiese encantando. Interpreté muchas de sus canciones y me parece una gran artista; admiro su recorrido. Hace algunos meses fui padre y comprobé cómo su voz sigue hablando para mí, mis padres, abuelos; y ante un nuevo ser también brilla.

–¿Creés que en el disco hay una lírica que atraviesa todas las canciones?
–Me cuesta definir, porque soy muy analítico de lo que hago y veo; pero el exceso de análisis es peligroso, o hay que saber tomarlo. Hay un tono parecido en el disco, quise que las letras sean crudas, que tengan poética narrativa pero con lenguaje cotidiano. No me interesa ver una letra y leer el diccionario o las lecturas de quien escribe. Yo quise tratar de acercarme a lo que leí, pero que sea algo más de bar, más directo.

–El disco cuenta con varios invitados, ¿cómo llegaron?
–Era lo que precisaba el disco. No lo pensé como disco de invitados. Venía de trabajar con mucha gente, en la orquesta éramos como 15, y este disco pensé grabarlo solo. Después sume al productor y como no soy baterista, a Juan Jacinto. Ése fue el tríptico fundamental del disco. Después cada canción necesitaba algo y fuimos sumando. “Lo que está sonando” se la mostré a Fito (Páez) al toque de escribirla, le gustó, y después me pareció como un corto, algo de cine, y le encantó la idea y ahí fuimos; y “Nazarena” era una canción que cantaba hace mucho y al momento de grabarla había cosas que me parecían que no podía hacer yo, y esa voz trágica, melodramática de Palo Pandolfo, le daba algo más poderoso.

–Y además de lo que leíste, también escribiste una novela.
–Escribí una novela de joven y por suerte se perdieron los ejemplares, porque no era buena. Ahora escribo poemas, ensayos, siempre llevo un cuaderno encima desde los 12 años. Hice un relevamiento y me pareció interesante. Miré todo, tiré lo que no servía, que era la mayoría, pero rescaté algo.

–¿En qué están tus otros proyectos musicales?
–Todo está en stand by hasta que se activa. Creo y quiero a los artistas que me han sabido guiar por los vericuetos de su mente creativa; no hay que pensar en responder al pedido del público, no soy un gran artista de masas, siento la libertad del artista de culto. Me interesa meterme en lugares que no conozco.

–¿Cómo ves a la industria y el formato de la música?
–Vamos al vinilo. Con ver lo que pasa te das cuenta. El CD no tiene sentido. La música se va a vender en pendrives o te los vas a bajar como ahora, quizás legalmente como se hace en otros lugares. El vinilo tiene su rollo, es un disco físico, un objeto diferente, con una belleza de diseño poderosa. Ponés el vinilo, la púa y sin amplificar algo ya se escucha. A mí me encantan. Tengo un Winco y lo uso muchísimo. Quise editar este disco en vinilo y no pude.

–¿No te gusta el CD como formato?
–Me sabe a poco: el disco lo meto en la computadora, lo grabo y no lo veo nunca más.
Gustos Dacal
Lugar de vacaciones: Berlín.
Red social: probando con Twitter.
Sitio web: www.mas-tarde.blogspot.com.
Disco: Hombre golpe, de Marcelo Ezquiaga.
Libro: Radiografia de la pampa, de Ezequiel Martínez Estrada.
Película: Fin de fiesta, de Leopoldo Torre Nilsson.
Filósofo: Friedrich Nietzsche.


Nota original: mayo 2011 http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=cad99133f6b5d64820f155d2de0a4433

CARAJO

“No tenemos la ambición de conquistar mercados”


El Mar de las Almas es el último disco de Carajo; un trabajo maduro y potente. Langer, su violero, cuenta cómo se gestó y adelanta los próximos pasos del grupo, que está presentando el material todos los sábados de noviembre a las 19:00, en el Teatro de Flores. Texto: Por Marcelo Maccio Villegas


El Mar de las Almas, metáfora para referirse al mundo y a la incertidumbre de lanzarse a nadar en esas aguas entre miles de millones de otras almas, es el nombre del último disco de Carajo, una banda integrada por Marcelo “Corvata” Corvalán (bajo y voz), Andrés “Andy” Vilanova (batería) y Hernán “Tery” Langer (guitarra y coros).

“Estuvimos tocando casi tres años el disco anterior (Inmundo). Fue un álbum con mucha tela para cortar, pero era el momento de un disco nuevo. El Mar de las Almas fue especial porque lo hicimos en nuestro estudio y eso fue todo un desafío: estar a la altura de los otros trabajos. Estamos contentos de lo que se pudo lograr. Creemos que es el mejor disco que hicimos hasta ahora, muy fiel a lo que pasa en vivo, el trío más crudo”, explica Tery a Noticias Urbanas.

–¿Toman el disco como una continuidad o como una ruptura con los trabajos anteriores?
–Siempre tratamos de poner cambios o distintas propuestas, si bien es el mismo trío que se escucha. La idea de Carajo es la evolución, tratar de superarnos, sobre todo musicalmente, se ven las cosas que quedaron sin hacer o por mejorar del disco anterior y se hacen cosas que muestren otra cara de la banda, pero no me parece un disco aislado, hay una continuidad.

–Siguiendo la lógica de los shows Blanco y Negro, donde dividían los temas en “optimistas y pesimistas”; ¿que tipo de canciones contiene El Mar de las Almas?
–La diferencia está marcada por lo musical más que por lo que dicen. El disco está dividido en dos bloques por un tema instrumental, “Limbo”. La primera parte es la negra y la segunda, la blanca. Fue intencional la búsqueda, porque eran bloques muy disímiles pero que contienen lo que la banda hace.

–Los shows de presentación del disco también están divididos.
–En la presentación queríamos diferenciar las dos partes, el disco nuevo y las canciones de trabajos anteriores. Después que sale el disco no se toca entero y la idea era hacerlo ahora, porque después se eligen los temas que más gustan, que más funcionan en vivo.

–¿Los sorprende la reacción de la gente, que conoce y canta los temas nuevos?
–Siempre te sorprende, si bien, por la experiencia de presentar otros discos, sabemos que el público es así. Cuando hicimos el álbum preferimos no quemar ningún tema en vivo, quisimos generar la ansiedad, y aquel que es fan está ansioso por escucharlo, entonces cuando lo tiene se lo morfa y se la pasa escuchando y escuchando.

–Una forma de adelanto fueron los videos garaje, que colgaban en YouTube, mostrando la cocina de la grabación. ¿También los usaban para matar la ansiedad propia?
–Sí, sí. Además, poniéndonos en el lugar del escucha, nos gusta ver la banda, cómo se está grabando, la intimidad y todo lo que no tiene que ver con subirse al escenario. Fuimos subiendo videos semanalmente y la cámara estaba ahí puesta y se daba todo natural. A nosotros mismos nos recicló esa energía de seguir haciéndolo, nos divierte mirarnos y la gente disfrutó eso, porque no se mostró nada del nuevo material, pero iban juntando pedacitos y era para matar la ansiedad y a nosotros nos hizo no perder la conexión con la gente.

–El arte del disco también se gestó de manera casera.
–La idea fue nuestra, le preguntamos a la hermana de Andy y las fotos las hicimos entre nosotros, ésos son nuestros ojos. Un amigo terminó de darle forma, le dio un extra. Se dio que lo trabajamos entre nosotros, no por no querer trabajar con alguien de afuera, sino porque se barajaron muchas otras ideas que hicieron agua.

–Una vez más trabajaron con Ale Vázquez en la producción.
–Estuvo en la producción de todos los discos, es casi un cuarto Carajo ya, siempre estuvo muy metido en la banda, aconsejando. Es una persona amiga, de la cual muchas grandes ideas que el grupo materializó estuvieron relacionadas con él. Cuando se le confía mucho a una persona y ves que el otro le pone lo mismo que vos y no es sólo un trabajo… Ale siempre le puso algo más, fue el que nos dio una mano para sacar nuestro primer disco y ya hay hasta un padrinazgo muy fuerte.

–Como banda no comulgan con la idea de que se necesita de productor a alguien ajeno al grupo, ¿no?
–Es difícil. Llevó su tiempo que él nos diga “esto no va”, y entender que lo dice del lado productivo. Nunca trabajé con otro productor, pero cuando se genera una relación donde todo funciona, la elección de otro productor es, por ahí, una decisión artística. Al momento de grabar nos preguntamos “¿queremos trabajar de nuevo con Ale?”. Pero no por mala onda, porque siempre nos vemos fuera del ámbito musical. Estuvo la idea de hacerlo nosotros mismos, pero ponerse en ese rol… lo mejor es que las decisiones descansen en alguien externo.

–El arte de tapa, grabar en su estudio… ¿van camino a ser una banda independiente?
–Hay muchas bandas que lo hacen y no está mal. El mundo discográfico está cayendo, está en decadencia y la autogestión es algo que si uno quiere controlar las cosas y que no lo pasen por arriba, hay que ir por ese lado. No sé qué vamos a hacer mañana, tenemos un contrato con una discográfica, pero no nos queda mucho más. Entonces se barajan opciones, que son muchas y, por supuesto, ser independientes es una muy válida: tiene muchos pro y debe tener sus contras también, pero tener nuestro estudio también tiene que ver con cierta independencia.

–¿No es descabellado pensar en Carajo como una futura banda independiente, entonces?
–No, porque muchas cosas de las que hicimos tiene que ver con la autogestión. Y como se concibió la banda, esos primeros pasos que con el tiempo hicieron que lleguemos acá, no fue un invento de un año para otro. La discográfica está ahí al costado, apoyándote en algunas cosas, pero no es fundamental.

–Está la posibilidad de girar por Europa el año próximo. Después de giras como la de Cuba, que los marcó tanto, ¿cómo se imaginan la experiencia europea?
–Tenemos muchos interrogantes en cuanto al público y lo que se pueda generar. Es difícil cuando llegás a otros lugares o continentes donde la música que se escucha es totalmente distinta. Tiene que ver con ir constantemente, dejar la semillita y que vaya creciendo, pero no tenemos la ambición de conquistar mercados. Es como Cuba, tiene cero rédito económico y tiene que ver con una cuestión cultural, de intercambiar música.

–¿Hay algún mensaje o concepto que creen que se transmite en el disco?
–Tratamos de ser positivos, demostrar lo que somos y tirar una buena. Que no quede sólo en la queja o que está todo mal; todos vivimos las mismas cosas y sabemos lo que pasa, no hace falta torturarnos con lo mismo.