lunes, 17 de octubre de 2011

SHAILA

“No facilitamos negocios a terceros”

La banda de punk rock vuelve luego de un tiempo largo de ausencia. Con aire renovado, no quiere entrar en la vorágine de la industria rockera y apuesta a disfrutar cada etapa. Su lucha contra los medios y los envidiosos de siempre. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



Ya pasaron 17 años desde que Shaila dio el puntapié inicial en la música. Los amigos que formaron la banda mientras estaban en el secundario son ahora un grupo de treintañeros que sigue rockeándola. En el medio hubo discos, giras y shows, que continuarán en el futuro. Vienen de un parate desde fines de 2010, y en la charla con Noticias Urbanas adelantan lo que esperan los fans, un nuevo disco de estudio.

“Cuando volvimos, la idea fue no ponernos plazos o términos y tratar de que cada momento se dé con los tiempos que se tengan que dar. El disco es lo mismo, hay bosquejos de canciones pero sin plazos, puede que esté para el año que viene. Toda vuelta necesita un disco que grafique el ahora y este momento es muy movilizante para todos”.

–¿Por qué se dio el parate y por qué el regreso?
–Es más fácil explicar la vuelta que el parate. La vuelta es por la pasión que genera la música, y la pasión perdida en estos tiempos que paramos; volvemos por una necesidad. Y el parate responde a años de trabajar y trabajar, de tocar mucho y no parar nunca; giras, shows, festivales, cierres de año. En medio de todo eso, grabaciones, componer discos, todo autogestionado. Llegó un momento en que estallamos.

–¿Se plantearon cambios posparate?
–A nivel interno sí, cambian cuestiones de la composición interna, pero nada concreto. Es como escuchar al cuerpo; antes lo obligábamos a que vaya de un lado al otro, ahora nos dice “guarda, que no doy más”. Cada momento va a tener sus tiempos lógicos. Vamos a entrar en una vorágine en algún momento, quizá al grabar, pero de un modo light. Es volver un poco a los orígenes también.

–Con Shaila sucede algo raro, y es que a pesar de siempre crecer, nunca explotaron, mediáticamente hablando, del todo. ¿Lo sienten así?
–No descubro nada si digo que la música es un negocio que se pone por encima de todo. Y a la hora en que los grandes popes deciden qué está de moda y qué no, y qué suena y qué no, el negocio tiene que ser total. Si no te pueden chupar desde Sadaic los shows o los discos, vos no sos buen negocio. Negocio sos si encajás en todos los lugares, entonces te garpan un CD, te organizan shows, te llevan a festivales y te sacan guita. Shaila va en contra de eso y es una banda que no facilita negocios a terceros. Los discos los gestionamos y vendemos nosotros, ¿por qué me vas a dar una mano vos? Si me la das es porque después queres un manguito. Si bien las compañías no tienen el peso de los 90, ser independiente todavía en algunos sectores es mala palabra. Pasa un poco por ahí la cosa. ¿Por qué algunos medios no nos dan pelota? Si tenemos convocatoria, discografía, historia y todo. La única explicación es ésa.

–¿Qué dejaron de lado por la música?
–Todo lo que cualquier pibe se toma su tiempo para hacer, nosotros tuvimos que relegarlo, y no es por pasar factura sino una decisión que tomamos. Tu laburo está por debajo de la banda, tus estudios están por debajo de la banda, incluso quizás tus mujeres y novias están por debajo de la banda. Y el parate tiene algo que ver con eso. Cuando llegaron los chicos hubo que pegar un freno de mano, reestablecer prioridades y arrancar de nuevo.

–Desde las letras siempre manejaron temáticas y formas de decir las cosas distintas al resto de las bandas, ¿eso fue una decisión consciente o se dio solo?
–La lírica fue evolucionando con el crecer de Shaila. En las letras estuvo siempre el buscar el porqué de las cosas de una manera meticulosa. No era cuestionar y decir está mal, sino decir, “está mal por esto”. Eso te lleva a utilizar otro vocabulario.

–En cuanto a género, el punk rock parece haber quedado relegado tras las explosiones del reggae y el reggaeton.
–Nuestro género tiene una naturaleza que es la crítica, ser contestatarios. El punk se caracterizó por decirlo de manera más vehemente; el punk fue siempre un poco más marginal. Hoy al punk le succionaron la ideología, pero va a resurgir, es cíclico. Hoy es reggae, mañana otra cosa.

–¿Qué fue lo más duro contra lo que tuvieron que batallar?
–Son buenas preguntas porque son las que no queremos contestar. Tuvimos que batallar contra la envidia, contra un montón de gente mala leche que te quiere hacer pisar el palito, que le quiere hacer creer a la gente que uno no es como es. Quiere desenmascarar cosas que no tienen máscara, o te ponen en lugares en los que no estuviste ni vas a estar.

–Se me ocurre, por ejemplo, el tema de las letras, que decían que eran sacadas de libros de filosofía.
–Hubo críticas de todo tipo. De las letras decían “ojo, que eso es Rousseau” o “aquello es Foucault”. Es una crítica vacía, como que nos deschavaban, pero nunca nos hizo mella. O decían que tal tema era más ramonero o Bad Religion. Pero leemos y escuchamos más que eso y somos auténticos. Nos quisieron bastardear formas de independencia y autogestión. No venimos a hacernos la vedetonga con la carrera impoluta, pero siempre nos bancamos los discos, las remeras, las giras, editamos bandas, las llevamos de gira. Nos jodió que venga un pelotudo a decir que no somos auténticos.



Nota original publicada en Noticias Urbanas: http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=19acbba5aef3b9d7c4bb21b45ef96ac8

jueves, 13 de octubre de 2011

LUCAS MARTÍ

"Ya no me afecta que me encasillen"


El hermano de Emmanuel Horvilleur pisa fuerte en un plano menos masivo que el del Illya Kuryaki. Desentraña para Noticias Urbanas el proyecto Varias Artistas, solo de mujeres, y analiza las lógicas de la industria actual y de la prensa local. Texto por Marcelo Maccio Villegas.


No es normal que un artista componga letra y música de 15 canciones para entregarlas a distintas artistas para que las graben. Sin embargo, eso hizo Lucas Martí, dentro del proyecto Varias Artistas, que ya lleva dos discos editados.

En Se puede, el segundo disco del proyecto, participan Julieta Venegas, Mariana Baraj, Deborah del Corral, Naila Borensztein, Daniela Herrero y Flopa, entre otras.

“A nosotros nos cuesta definirlo. ¿Es una banda?, ¿un compilado? No, es un montón de cosas; es algo que no sabemos definir. Lo que unifica todo es el hecho de que yo compongo las canciones, pero el proyecto gira en torno al disco, no hay actividad más allá de eso”, redondea Martí en una charla con Noticias Urbanas.

–¿Hay cambios entre el primer disco de Varias Artistas y este segundo?
–Se sumaron más personas que queríamos que estuvieran, y otra cuestión es el desarrollo de las letras: el primer disco surgió en un momento en que yo venía de otros discos míos, con una intención de hacer temas sintéticos. En el primer disco las letras tienen la intención de simpleza, son cortas. Este, el segundo, retomó la manera de trabajar con canciones largas, con más desarrollo.

–¿Cómo es componer sabiendo que cantará otra persona?
–Divertido, estimulante, muy entretenido, porque te imaginas personas, voces. A veces sabes quién y otras no. Compongo una música primero y esa música va sugiriendo letras. Hay canciones que surgieron de un día para el otro y terminaron adentro.

–¿Cuál es el criterio para elegir a las artistas?
–Tiene que ver con algo de intuición; qué pienso y siento respecto a alguna de ellas; pienso en sus voces o cómo cantan, y a partir de eso surge la búsqueda de si se da o no. Algunas no se encontraban con las canciones, y ellas se tienen que sentir a gusto; varias dijeron que no. Entonces, eso da la pauta de que las que están es porque sintieron algo.

Lucas Martí trabajó las canciones junto a Ezequiel Kronenberg en la producción. Ambos sienten que en el disco el factor común son los estados de ánimo: “Es un disco compuesto hace dos o tres años. Estaba contento con lo hecho con el primer disco, con el que tuvimos muy buena repercusión. Eso me inspiró a componer el disco en ese momento, con un estado de ánimo de transformación, de algo tristón pero con ganas de transformar. De ahí el titulo Se puede. Por más que las cosas estén grises, se puede”.

Si bien Martí reconoce que "llegar lo más lejos que uno pueda es muy importante", pone como condición que sea "“por lo que hacemos y nada más que por eso". Y agrega, algo desafiante: “El primer disco de Varias Artistas daba para mucho más, pero no tuvimos suerte con la compañía”.

“A los discos muchas veces se le ponen estrellas, puntajes, y se dice por ejemplo que un artista perdió creatividad. Pero la gente de la prensa también carece de creatividad. Cuando hay un proyecto como éste, en el que les proponés algo que sale de lo normal, no lo llegan a captar; y ojo, no quiero quedar como ‘soy diferente’. Está muy instalado que las cosas tienen que ser similares a otras que ya fueron exitosas afuera, y prefieren apostar a eso. Incluso con los empresarios también pasa eso: carecen de creatividad para hacer negocios y apostar a las cosas nuevas”, expresa Martí, intentando ser objetivo en su crítica.

–¿Qué ideas nuevas hay en la música?
–Qué pregunta difícil [dice, y piensa varios segundos]. Cuando te ponés grande y no lo querés aceptar, empezás a decir que no hay cosas nuevas, cuando en realidad habría que decir “estoy viejo y ya no investigo como antes”. O también es típico decir que lo viejo fue mejor. Pero creo que siempre hay cosas nuevas, pasa que uno se va cerrando. Igual, lo nuevo, de los 90 para acá, tiene que ver con reciclar y meterse en la basura y sacar algo; meter la mano en lugares donde no la metía nadie. Yo vengo de ahí también. En A-Tirador Láser, mi antigua banda, agarrábamos un montón de cosas, mezclábamos todo, eso me dio una apertura, no soy una persona que se encasille.

–¿Importa el lado comercial?
–Sí, por supuesto. Cuando compongo siento que algunas canciones tienen potencial y pienso que eso va a ir de mano en mano y puede llegar a un montón de lugares. Que yo tenga como motivo principal buscar la belleza musical no quiere decir que eso no pueda escucharlo cualquier persona y entenderlo.

–¿Irían por un tercer disco de Varias Artistas?
–Sí, porque es un proyecto que me da satisfacción en un montón de sentidos y es parte de mi carrera y me renueva. Tomo una distancia de mi ego de cantar; tomo fuerza y sigo en mi actividad de componer y sacar discos. Está bárbara la idea, y proyecto trabajar con gente joven.

–Siempre trabajando de forma independiente.
–Si una compañía hace un proyecto así, el mismo, no va a tener este resultado. Armarlo de manera independiente tiene una magia y se nota. Hay mucha gente que está trabajando en la industria y es inoperante. Si vos le das a un sello grande un proyecto así, quizás lo hacen peor que nosotros.

–¿A qué cosas le esquivás?
–Que me comparen o encasillen fueron los primeros disgustos cuando empecé a hacer música, pero te puedo asegurar que ya no me afecta.



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lunes, 10 de octubre de 2011

2 MINUTOS

“El punk se volvió mainstream”

Con su “estética pastillera”, la banda que se formó hace más de 20 años va de frente y afirma que el género de los tres acordes “goza de buena salud”. Reticentes a las compañías, asumen que no le dan “mucha bola al disco”. Texto por Marcelo Maccio Villegas.




Valentín Alsina. 1987. Un grupo de amigos se junta para hacer música. Nacía un ícono del punk argentino: 2 Minutos.

Palermo. 2011. Los actuales miembros de la banda –Walter “Mosca” Velázquez (voz), Alejandro “Papa” Ainadjian (bajo), “Monty” Montaña (batería), Marcelo Pedro Pedrozo (guitarra) y Pablo Blinsky Coll Velmondo (guitarra)– se sientan frente al cronista de Noticias Urbanas para responder preguntas, aunque la conversación se torna una charla entre amigos, con grabador de por medio.

El presente de 2 Minutos se llama Vamos a la granja/ Directo al Infierno, un disco de 21 temas agrupados en dos conceptos diferentes, que marcan la vuelta al estudio de la banda de Lanús, después de Un mundo de sensaciones, de 2006.

–¿Cómo sienten que le fue al disco desde que lo lanzaron hasta ahora?
Mosca: –En realidad, como no estamos ahí con la movida de las compañías, no sabemos [comienza relatando Mosca, que lleva la voz cantante en la entrevista aunque todo sumen su palabra]. Tocamos dentro y fuera del país… no le damos mucha bola al disco, pero entre los pibes que van a ver a la banda, gustó.

–No darles pelota a las compañías, ¿significa que no les importa vender los discos?
Mosca: –Nos chupan un huevo las compañías, nos importa que nos saquen el disco y nada más. El resto lo hacemos nosotros.

–En el álbum hay cuatro covers, de The Clash, Sandro, Melero y Joaquín Sabina, ¿cómo los eligieron y por qué?
Mosca: –El de Melero lo veníamos haciendo hace tiempo, en los ensayos. Había una transición desde el disco Un mundo de sensaciones a este, pasando por los 30 años del punk, que nos metieron a nosotros ahí; un curro, un invento por los 30 años del “punk” [se esfuerza por hacer notar las comillas]. ¿Y por qué festejaron los 30 y no los 31? Un curro total, un invento... ¿Qué te estaba diciendo?

–Los covers del disco nuevo
Mosca: –Hacía tiempo que no salía un disco nuestro, tres años, entonces pusimos toda la carne al asador, salió el de Melero, el de Sandro salió también, después el de Sabina y el de Calamaro (“Todavía una canción de amor”) los eligió Papa por una cuestión personal, y el de The Clash lo hicimos porque nos gusta a todos.

“¿The Cult?”, pregunta Papa, que se había distraído de la conversación. “The Clash, boludo”, le aclara Mosca.

–¿Qué bandas de acá les gustan o escuchan?
Mosca: –Loquero, Catarro Vandálico, Tan Biónica.

–¿Tan Biónica? Parece muy pop para su estilo.

Papa: –A mí Tan Biónica me cae muy bien.
Mosca: –De la generación punk-rock los tenemos a todos los que son colegas hace tiempo. A mí también me gustan Melero, Victoria Mil, que con el punk [pronuncia “punk”, como se escribe, y no “pank”] no tienen nada que ver.

–Hace unos meses estuvieron en el festival Vive Latino, ¿cómo fue la experiencia?
Mosca: –Es un festival de la concha de su madre y nos fue excelentemente bien. Si te digo del 1 al 10, le doy un 22, ¡imaginate! Te redoblo la apuesta: un 22 en buen sentido, un ¡WOOAAAA! [hace el sonido a gran volumen].Algo así es.

–Ustedes ya tienen un público fiel, que los sigue, ¿les gustan los festivales donde el público se mezcla y quizá no los va a ver a ustedes?
Mosca: –Nos gustan, pero te dan poco tiempo y cuando estás recalentando motores te miran del costado y te dicen “2 o 3 temas más” y no querés bajar. Y por eso nos bajaron de algunos festivales, porque no les damos bola cuando nos dicen eso.

Papa: –En el Cosquín y en el Quilmes Rock no podemos tocar más por esos temas.

Pedrozo: –¡Ahora tocamos en el Vive, putos!

–El punk es de los géneros que menos crecieron en los últimos años…
Mosca: –Pero goza de muy buena salud. Las bandas la están rockeando. Hay pibes, Bulldog, Cadena, Catarro… lo que no hay es nueva camada.



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Pedrozo: –Los pibes en vez de hacer cosas nuevas quieren hacer covers, quieren ser Los Ramones, quieren ser Flema.

–¿Sigue teniendo sentido el punk como género, en cuanto a filosofía?
Mosca: –Hay bandas que tienen mucha rebeldía y ese estilo de filosofía, y hay otras que la cagan y hacen lo que les dicen las compañías. Pero el punk y el hardcore pasaron a ser un estilo más de música y se volvieron mainstream, porque las discográficas chuparon ese estilo de música.

–Hay bandas que ponen mucha atención a la estética, ¿cómo ven esa situación?
Mosca: –Ya ves la bola que le damos a la estética, yo recién me levanto. La estética pastillera tengo yo. Pero cada loco con su tema, igual está bueno, si alguno se produce para subir a tocar, lo aplaudo; pero si se basa en la estética y la música es una garcha, andá a tocar a un cabaret.

–¿A ustedes qué cosas les importan?
Mosca: –Hacer buenas canciones, sacar buenos discos y subir al escenario a arrancarle la cabeza a la gente... en el buen sentido de la palabra.

–¿Qué planes tienen para el futuro?
Mosca: –El objetivo es crear buena música y hacer lo que me importa... despeinarte el flequillo. Para adelante, agarrarme un zarpe bárbaro. Ponele que drogas, alcohol, y después seguir tocando.

–¿Sigue estando esa pose de rockero drogado?
Mosca: –Nosotros no tenemos pose, no nos fijamos en nada, si tal anda con la modelito ni nada. Nos metemos en una pancheria 24 horas, nos tomamos diez birras, comemos un panchito, nos drogamos un poco y después a las casas. No ostentamos: simplificamos todo.

–No son como Los Marrone (banda ficticia creada por Diego Capusotto en su programa Peter Capusotto y sus videos), ¿qué les parece su humor?
Mosca: –Es excelente. Desde siempre lo miramos. Del 1 al 10, de nuevo le pongo 22.

jueves, 6 de octubre de 2011

BRANCALEONE

“Esta banda es un negocio emocional”

De objetivos algo locos, como la construcción de un anfiteatro en La Plata, y de un sonido que es pura mixtura, estos muchachos se las traen. En constante expansión, dicen: “No buscamos sacarles un mango a los CD”. Texto por Marcelo Maccio Villegas.



“Sin concesiones. Sin transas. Sin mercenarios. Con todo lo otro”, parece ser una de las premisas de Brancaleone, tal como afirman sus integrantes, en un pasaje de la charla con Noticias Urbanas, antes de su show el próximo 10 de septiembre en El Teatro de Colegiales.

La banda tocará su último disco, Todos los cueros la misma canción, que a simple vista ya sale del común por su tamaño y estética, que incluye láminas para montar sobre el arte. “Los discos se venden cada vez menos, y nosotros somos de buscarle la quinta pata al gato, de agregarle un plus a las cosas. Como el disco tiende a desaparecer y la gente se baja todo por internet –algo de lo cual estamos a favor–, le agregamos algo más, para que los oyentes quieran tenerlo original”, explican, y agregan que “si lo hablamos desde lo artístico, un disco es un todo, una obra, e intentamos transmitir lo que queremos desde todos los puntos de vista”.

La relación con el público y la llegada de lo que hacen parece ser una de las claves de Brancaleone: “Cuando las canciones son escuchadas, dejaron de ser de cualquier banda y ya son de la gente”, aclaran, y comentan que “no está la búsqueda de sacar un mango de los discos”. Dicen: “Si bien nos encantaría vender millones y hacer guita a full, la distribución la hacemos en los shows, con posibilidad de que haya mucha, poca o nada de gente”.

“Queríamos ir a tocar a La Plata y no era fácil, había que mover mucha gente; pedían en todos los lugares por cantidad de gente y plata. Nos contactamos con el Centro Cultural Olga Vázquez, que tenía espacio para personas, estaba habilitado, pero que no estaba en condiciones, y en asamblea decidimos que queríamos construir un auditorio para 200 personas”, explican la movida que los llevó a picar paredes, construir un escenario y hacer instalaciones eléctricas, entre otras cosas.

En la tarea estuvieron los integrantes de la banda –Martín Dufou (voz, charango), Juan Argain (guitarra), Alejo Urbani (bajo), José Giorgi (batería), Gonzalo Gutiérrez (armónica), Marcelo Henin (guitarra), Edgardo Bonani (teclas) y Pedro Dufou (todo lo demás)– y algunas personas del centro cultural. “La movida era trabajar toda el día, desde las 8 de la mañana hasta la noche, y esa misma noche tocar, con las manos llenas de sangre a veces, para recaudar fondos para la siguiente jornada”, cuentan.

El justificativo que los llevó a poner manos a la obra parece lógico: “El tipo que tiene un bar o lugar para tocar, lo tiene para vivir. Nosotros no vivimos de Brancaleone, es más un negocio emocional que de guita. Hay que darles lugares a las bandas para que crezcan. ¿Cómo hace si no una banda para llegar a La Plata y meter 50 personas si todavía no tocó nunca?”.

Lo próximo en la vida de Branca es encarar su nuevo disco, el cuarto en su carrera. “Lo estamos laburando, haciendo maquetas. Tenemos un par de canciones a las que les faltan cositas. Hay unas quince ya”, adelantan y comentan que “todos los temas tienen esas vueltitas que ya son nuestras, pero estamos en la búsqueda todavía”.

Si bien asumen que la idea es tenerlo lo antes posible y sueñan con que puede ser en diciembre, afirman que “tiempo para laburar hay, en el verano estamos todos más tranquilos”. Y expresan que “a principios del año que viene el disco ya debería estar listo”.

Los lugares donde se presenta la banda son todo un punto anecdótico: además de construir un auditorio en la ciudad de las diagonales, armaron una peña y prepararon temas de corte folclórico para la ocasión; también consiguieron un camión con sonido necesario y anduvieron dando vueltas. En otra ocasión, cuando el Indio Solari tocó en Tandil, consiguieron una camioneta y se fueron para allá a tocar en la calle, para que la gente que veía al ex Redonditos los conociera.

¿Demasiado trabajo para una banda? “Es también una forma de disfrutar, buscar tu forma. La banda tiene que ser escuchada y para eso hay que ponerla en lugares donde hay gente. Como banda independiente que somos tenemos que ocuparnos de los espacios”, explican.

“Nosotros hablamos de firmar un contrato o no; cada uno hace de su banda y su vida lo que se le canta y lo que puede. Firmaríamos según lo que diga el contrato. Si nos permite estar tranquilos y no nos priva de hacer el tipo de cosas que nos gusta, no le vemos el lado malo”, sostienen los Branca, y refieren que a veces las discográficas prohíben que se presenten antes de fechas organizadas por ellas, o incluso llegan a cambiar integrantes de las bandas.

Si bien no hay letras que hablen de cosas puntuales de la banda, como el auditorio, “la lírica habla de los sentimientos y de lo que nos pasa”, analizan, y agregan que “no somos explícitos, no pretendemos explicar cosas que están a la vista”.

Pensando más en el hoy que en el mañana o el ayer, dicen: “Dentro de diez o veinte años, mientras estemos tranquilos y contentos, va a estar bueno donde estemos. Tenemos en claro qué es lo que no queremos”. Y sueñan: “Ojalá demos la vuelta al mundo tocando. A veces para conseguir cosas hay que pagar un cierto precio, pero por ahora lo ponemos nosotros”. 



Texto original publicado en Noticias Urbanas: http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=ec52e9ef4b4f1b546a2a7d08840c3674