viernes, 31 de agosto de 2007

Sobre los deseos.

Me encontré de pronto hablando con una chica que recién conocía sobre los deseos y anhelos de una persona. Tuvimos pensamientos parecidos y compartidos.

Primero creo que es importante definir lo que entendemos por deseo.

DESEO: Movimiento afectivo hacia algo que se apetece. Anhelar algo con vehemencia. El deseo es la consecuencia de uno o más
sentimientos no satisfechos, postergados de forma voluntaria o involuntaria.

Esto viene a que en nuestra charla hablando de deseos ella dijo textualmente en un momento, “que bueno que lo que deseáramos con muchas fuerzas se cumpliera, eso seria justo”. Desde ese momento se instalo el tema de los deseos, los anhelos, las motivaciones, la justeza, y las recompensas y consecuencias sobre las cosas que uno quiere tener y por diferentes circunstancias no tiene.

Intercambiamos pensamientos durante unos minutos que nunca contabilice y llegamos con pensamientos extrañamente iguales, a varias conclusiones.

Para empezar, la idea era, querer algo mucho y así tenerlo. Como si fuese un deseo cumplido por el genio de la una lámpara mágica del estilo Aladino. El primer requisito que pusimos fue desearlo realmente mucho, desearlo con lo más profundo de los sentimientos y tal como lo dice la definición de deseo, anhelarlo con vehemencia. De esta forma, llegamos a la conclusión que si no lo deseáramos realmente muchísimo y ya lo tendríamos, tal cual dijo, ya a esa altura mi amiga, “todos tendríamos lo que se nos ocurra, y eso seria feísimo, al no costarnos nada, no disfrutaríamos nada al tenerlo, no existiría la felicidad “. En mi postura no creo que la felicidad pase netamente por los deseos conseguidos o no, aunque se toca obviamente una cosa con la otra, creo que la felicidad va mas allá de todo deseo cumplido o incumplido.

Hasta el momento, en una sociedad sin avaricias, nuestro sueño era justo y razonable. Se me ocurrió entonces que pasaría con aquellas personas que lo que más anhelan, desean y quieren fervorosamente, en realidad llevase al malestar de otras personas, de forma directa o indirecta, intencional o no. Ante la posibilidad de tener lo que se desea, a muchos le invadiría el cerebro la avaricia de dinero, y la sed de poder.

Se me ocurrió poner entonces un requisito, el cual cumplido éste se podría acceder finalmente a lo que se deseaba. Consistía solamente en ser buena persona. De este modo se asegura que, una buena persona, nunca querrá el mal de una tercera, y que además lo que anhele tener, y lo tenga finalmente sea lo que verdaderamente quiera y desee con todas sus ganas. De este modo quedaría asegurado por último que aquellas buenas personas que consigan lo que desearon, en verdad lo valoren. Tanto deseo lleva a valorar cada vez mas lo que se consigue, nadie desprecia lo que tan caro le costó.

Así quedo ya delineada nuestra idea de deseo y como conseguirlos. Repasando las ideas no encuentro impedimento para que se lleve a cabo, salvo obviamente por que no existe ente alguno capaz de darnos lo que deseamos, aunque sea con todas las fuerzas de nuestro ser.

Se me ocurre aquí una tercera instancia, donde desde la utopía de creer que esa maquina, ese ser, ese ente irreconocible, existiese y nos diese lo que deseamos. ¿A cargo de quien estaría el papel de decir o decidir si una persona es buena, bondadosa, solidaria y así poder darle lo que desee? Y yendo un poco mas allá aún, como sabría esa persona encargada de otorgar los deseos, si la que lo pide, en realidad no lo quiere para el mal de otros, y aunque no lo quiera directamente para el mal, si no podría llevarlo indirectamente hasta éste.

La propuesta queda ahí. Esta en cada uno pensar que pediría, que es lo que desea tener y no tiene. Y si eso que quiere, lo quiere para el bien de los demás, o si aún sin tenerlo ya le invadieron las ansias de riqueza y poder. Y finalmente, si en realidad cumple con el requisito de “buena persona”.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Sobre el pasado, presente y futuro. Sobre la VIDA

Es mi primera entrada "oficial" en el blog. Es un escrito que hice hace un tiempo. Tiene una actualización por así llamarla pero no esta del todo terminada. Faltan detalles.
Dejo ahora si el texto sobre la vida. El pasado, el presente y el futuro.
Saludos.



Nunca pensé que un comentario en un blog (los tiempos que corren son maravillosamente tecnologizados) me iba a llevar a reflexionar y culminar mi pensamiento escribiendo sobre los sueños. Pasado, presente y futuro. Y mas aun sobre la clave para lograr vivir los sueños de cada uno. Esto también estuvo influenciado (soy conciente que actuó desde mi inconciencia) por el monólogo de Pedro Calderón de la Barca en "La vida es sueño", donde en boca de su personaje Segismundo, escribió:

“¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
Una sombra, una ficción,
Y el mayor bien es pequeño;
Que toda la vida es sueño,
Y los sueños, sueño son.”

Para que se entienda mejor de lo que estoy hablando transcribiré el fragmento del blog, en realidad una cita de Borges.

“Siempre es conmovedor el ocaso por indigente que sea, pero más conmovedor todavía es aquel brillo desesperado y final que herrumbra la llanura cuando el sol último se ha hundido. Nos duele sostener esa luz tirante y distinta, esa alucinación que impone al espacio el unánime miedo a la sombra y que cesa de golpe cuando notamos su falsía, como cesan los sueños cuando sabemos que soñamos.”Fragmento de Jorge Luis Borges.

A raíz de este fragmento, maravilloso por cierto, y con motivo de la finalización de mis vacaciones invernales 2007, escribí este párrafo que transcribo a continuación. Y que actuó a la vez como punto de partida del escrito

Mis vacaciones son eso... Un ocaso, un desvanecimiento de algo que fue un TODO y ahora solo es una luz apagándose en el horizonte de mi recuerdo.Y recuerdo atardeceres perfectos. Siempre los recuerdos son mejor que el presente, y siempre el presente será mejor en el recuerdo. Y siempre el futuro será pensar un próximo pasado grandioso. La clave es saber conseguir ese futuro grandioso, vivirlo y convertirlo en pasado perfecto.

Esto que parece un mero juego de palabras es más que eso, es la clave, en mi modo de ver las cosas, para ser feliz. Puede que suene tan solo como frases incoherentes que buscan entretener al lector, pero en ellas se esconden diferentes grandes verdades.

Dejando de lado las vacaciones, muchas veces las personas tenemos esa sensación de que lo vivido fue algo muy grande y encendido, como un sol. Iluminado y grandioso. Y poco a poco sentimos que ese fuego inmenso fue apagándose. La gente envejece y siempre recuerda su infancia y juventud como cosas grandiosas. Luego los recuerdos pasan a ser cada vez más oscuros, como un amanecer, donde el sol se esconde y le da paso a la noche.

Siempre los recuerdos son mejor que el presente. Cuando uno recuerda algo, suelen pasar dos cosas. Por un lado las cosas malas que ocurrieron, uno tiende a borrarlas de la memoria, esto ocurre naturalmente y esta bien que así sea, la sabiduría del mismo cuerpo hace que olvidemos cosas malas o traumáticas que nos hayan ocurrido. Por otro lado, aquellos recuerdos positivos o buenos que tenemos y que tuvieron lugar hace mucho tiempo uno tiende a completarlos o de algún modo engrandecer la belleza del recuerdo. A hacerlo mas perfecto, más bello, más placentero, de ese modo terminamos tomando a los agregados inventados como ciertos al cabo de un tiempo. Esto también ocurre naturalmente y nos indica de algún modo que un recuerdo, haciéndonos felices en el presente también nos deja soñarlo de otro modo, agregando aquellos detalles que lo enciendan de un modo único y lo eleven de algún modo para hacernos felices en el presente, con algo del pasado.

Siempre el futuro será pensar un próximo pasado grandioso. En este punto quiero detenerme quizás un poco más. Y seguramente habrá muchos que no concuerden con mi pensamiento o mi idea a esta altura.

Muchos afirmaran que el futuro es algo incierto, que nadie domina su futuro, o que si algo lo domina, eso es el azar. Gran cantidad de gente cree que Dios es quien se encarga del futuro de las personas, de guiarlas en la vida y de ponerle los obstáculos y gratificaciones a diario. Esas personas no se preocupan demasiado por imaginarse futuros, ya que para ellos, es inmanejable e incierto, por lo tanto estas palabras quizás no las comprendan.

Otros quizás mas racionalistas por llamarlos de alguna manera, creen, o creemos, que el destino es viable, pensable, susceptible de cambios de acuerdo a nuestros proyectos y ambiciones. Y hablo de un futuro viable racionalmente no en sentido de manejo explicito donde uno hace lo que quiere, reconozco que existe siempre una cierta cuota que el destino nos da impensadamente, pero siempre está esa otra parte que uno puede guiar, acotar el margen de error, focalizar.

Y aquí habrá luego quienes digan, en ese caso lo que yo busco son mis metas personales tales como viajes, negocios, trabajos y miles de cosas que las personas planean día a día.

Aquí es donde digo yo lo siguiente. ¿No son todas estas acciones o herramientas para luego alcanzar la felicidad? ¿No son todas las acciones acaso un planeamiento de movimientos que uno hace para que en el futuro uno esté mejor? Ya sea económica, emocional, social, familiar, religiosamente, etc. ¿No es ese anhelo de felicidad un mero deseo de un futuro mejor? ¿Y no son esos futuros mejores y soñados, los que luego se convierten en pasados grandiosos?

La clave, esta claro, en saber visualizar esos futuros, lo que uno quiere y desea para si mismo y para quien quiera. Lograr enfocar las fuerzas para alcanzarlo. Saber organizar toda la vida para ese fin. Buscar que el margen del azar se reduzca lo máximo posible. Imaginarse ese futuro soñado con uno como protagonista.

Si uno sabe lo que quiere, y realmente lo quiere, tiene todas las posibilidades de lograrlo. Quizás sin darnos cuenta, inconscientemente cada uno de nosotros ya estemos en camino para buscar nuestra felicidad.
Paralelamente podemos estar acomodando nuestras vidas para luego emprender el camino en la búsqueda de la felicidad. Uno va paso a paso, sin darse cuenta construyendo como una hormiga los cimientos sobre los cuales luego se apoyaran todos los proyectos que cada uno tenga. Esas ambiciones y sueños personales que cada uno anhela y desea alcanzar.

Y la felicidad no es momentánea, quizás sí lo sea la satisfacción de haber logrado un objetivo. Quizás ese logro lleve a más satisfacciones. Pero al tiempo de haberlo logrado es cuando uno piensa en su pasado y ve sobre el camino de su vida los logros cosechados. Cuando uno ve esos soles iluminados y grandiosos, alimenta su llama día a día, pensando, saboreando aquella felicidad que nos dejaron en el alma.

Debemos buscar esa sensación de haber pasado por la vida de una forma placentera, logrando lo que nos propusimos y cumpliendo nuestros sueños, quizás no tan fabulosos, quizás no tan soñados por otros. Pero sueños que nos permitan soñar en un futuro, un pasado grandioso.
El gran placer de vivir es ese. Llegar a ver de grande el gran sueño consumado. Ese anhelo que uno tenia de niño y que buscó quizás inconcientemente toda su vida.



La foto, un instante de la vida. Soñado, vivido, quien sabe.