Decidido a publicar algo nuevo en mi blog, tomo algo que escribí hace pocos días y lo cual terminaré ahora:
A estas alturas del año es imposible no hacer una revisión de los hechos que se vivieron y que cada uno de nosotros ha experimentado. Generalmente son los tiempos que mas rápidos pasan del año, donde las horas parecen acelerarse y las noches de descanso quedan reducidas a un puñado de minutos. Con este panorama, uno es cuando mas piensa y analiza los hechos, no que lleva a cabo, sino los que se sucedieron a lo largo del año. Es en estos días cuando uno se toma esos minutos para reflexionar en el año que termina, en lo que hizo, lo que no hizo, lo que le queda por hacer. Las cosas buenas y las malas, tomar conciencia de lo que pasó. Y no se si tomar conciencia, sino tan sólo recordar y quizás evaluar el grueso de las cosas, sin detenernos en detalles o hechos puntuales.
Es imposible no hacer balances, uno continuamente hace balances. Esos pequeños diálogos que mantenemos con nosotros mismos son balances; esas horas pensando en nuestro pasado y revisando las decisiones, son balances; esas incontables veces que delimitamos lo positivo de lo negativo, son balances; si nuestro año fue productivo o no, es balance; deliberar si somos felices o no, es balance.
Yo no niego que mi balance es bueno, pero reparo en aquellas cosas que quedaron inconclusas o que siquiera comenzaron a rodarse. Pienso entonces en el tiempo que viene: Miles de horas por delante con la libertad de modificarlas. Minutos que correrán continuamente y que no se detendrán, es el futuro.
Vacaciones, el gran interrogante. Descanso o los meses mas productivos del año, cuando se planea el resto, se fijan las pequeñas metas y logros por obtener. Se imagina el fin de año y con ello los nuevos logros alcanzados.
Necesito mis vacaciones, y ese tiempo para discutir intrapersonalmente lo que busco para mí.
Cada uno pensará lo que espera del año que viene y lo que dejó el año que termina, yo luego les cuento.
M.a.r.c.e.l.o.
sábado, 8 de diciembre de 2007
domingo, 30 de septiembre de 2007
Felicidad
Mientras que muchos duermen, los que sabemos aprovechar los torbellinos de ideas y lucidez, sonambulos, le jugamos al destino una mala pasada: soñamos en el ahora un futuro que vivimos en el presente. EXPLICACIÓN: soy feliz en este momento, vivo el ahora y no espero al destino, salgo y lo enfrento...
SOY FELIZ: ¿ustedes acaso no lo son?.... Un consejo (y aunque para muchos no soy un ejemplo a seguir) si esperan al futuro sentados en la silla, el presente se les convertira en pasado tan rápido como el futuro se les convertirá en anhelo pasado.
Mientras que muchos opinaron que mi prioridad era estudiar, trabajar, enamorarme... yo siempre supe que mi prioridad es VIVIR.
M.a.r.c.e.l.o.
SOY FELIZ: ¿ustedes acaso no lo son?.... Un consejo (y aunque para muchos no soy un ejemplo a seguir) si esperan al futuro sentados en la silla, el presente se les convertira en pasado tan rápido como el futuro se les convertirá en anhelo pasado.
Mientras que muchos opinaron que mi prioridad era estudiar, trabajar, enamorarme... yo siempre supe que mi prioridad es VIVIR.
M.a.r.c.e.l.o.
sábado, 8 de septiembre de 2007
Sobre el amor.
Aunque esta aclarado al final de la entrada, estos son pensamientos que tengo sobre el amor, en este instante, nada asegura que luego de un segundo siga siendo la misma.
Dejo el escrito.
El amor es considerado como el conjunto de sentimientos que se manifiestan entre seres capaces de desarrollar inteligencia emocional o emocionalidad. Es un sentimiento real, consistente y profundo que intensifica las relaciones interpersonales entre un sujeto y otro que, partiendo de su propia insuficiencia, desea el encuentro y unión con otro ser que le haga sentirse más completo o complementado en su existencia. El amor comienza con el sentimiento de atracción y admiración de un sujeto hacia otro, que puede ser, o no ser, correspondido.
Según la mitología griega, el amor nace luego de que Zeus divide al hombre en dos, quedando conformados el hombre y la mujer. El ser separado en dos busca, por naturaleza, unirse nuevamente en un mismo ser. De ese modo se encuentran y quieren ser uno. Ahí nace el amor.
Según la teoría psicológica de Freud todas las personas tienen al menos un enamoramiento en su vida, éste se da en el llamado complejo de Edipo e involucra al padre o madre, según la sexualidad del bebe.
En mi propia opinión creo, y tengo la certeza de que así es, que el amor es la base fundamental sobre la cual se apoya todo el ser. Desde su parte psicológica hasta el desenvolvimiento de su carácter y personalidad. Esta idea no es un capricho de mi razón, sino que es fundamentada con mi propia experiencia. Estoy convencido que cada persona, al estar enamorada cambia. Cambia su forma de pensar, cambia su forma de actuar, su forma de relacionarse, y cambia la concepción que la persona tiene del mundo, y por sobre todo, la que tiene sobre sí mismo.
Creo que el amor no empieza ni termina, sino que, tal cual una energía, se transforma. Uno puede amar desde siempre, y luego de amar puede volver a hacerlo. Por ello mi concepción de la transformación del amor.
Es innegable que el hecho de estar enamorado lleva a tener una visión mas positiva sobre las cosas. Estar enamorado lleva a un mejor estado de ánimo e instala en el ser un sentimiento de que todo es posible.
El estar enamorado lleva a la idealización, y uno termina enamorándose de la idealización que hizo sobre la persona o el objeto amado. Lo importante en este caso, es poder enamorarse de ese objeto, aun luego de descubrir que no es perfecto.
Solo quien haya experimentado esa sensación de estar enamorado es capaz de entender de lo que hablo. El amor se expresa en cada persona de un modo particular y tiene, valga la redundancia, la particularidad de no poder expresarlo en una forma precisa de modo explicito. Se usan diferentes modos para definir el amor, desde el cosquilleo en el pecho, el temblequeo de las piernas ante la persona enamorada, hasta la imagen que ilustra mariposas en la cabeza del ser enamorado, etc.
Cada persona es libre de expresar el amor de la forma en que le resulte más eficaz, en mi caso, pensé mil veces de que modo es posible plasmar el amor en un papel o en una frase, quedo mi intento en la nada. No encuentro, aún hoy luego de varios enamoramientos, la forma de demostrar el amor en forma explicita y tácita.
En mi filosofía particular, el estar enamorado es encontrar en la otra persona con la cual se comparten muchas experiencias, los elementos que completan mi ser. Eso significa en parte, encontrar la mitad que no soy yo, la que eleve mi persona y me convierta en un ser único.
El amor es, según mi pensamiento, un hecho recíproco, no ama quien no es amado, y quien es amado, no puede no amar. (Publicaré luego algo que explica mejor este pensamiento)
El hecho de enamorarse lleva un desgaste mental constante, una sensación de desgaste se hace presente con el paso del tiempo, en la persona enamorada. El único modo de evitar este desgaste y cansancio es mediante el re-enamoramiento. Esto significa poder renovar el sentimiento de amor con la otra persona u objeto amado constantemente. El poder descubrir día a día la sensación de que el otro nos completa y eleva. El lograr idealizar en el otro la imagen de ser perfecto que cada uno posee. Y re-enamorarnos cuando descubrimos que el otro no es perfecto.
Reconozco que el amor tiene un fin, entendido este no como desaparición del sentimiento, sino como la mutación en otra persona o ser. No conozco las causas del por que el amor se acaba, y si esto ocurre de un modo repentino o es un proceso que lleva un tiempo determinado por el caso en particular, pero creo con seguridad que no desaparece, sino que con mi concepción de transformación del amor, el sentimiento se transforma y muta dirigiéndose luego a otra persona u objeto, aunque nunca se ama al objeto, sino a la persona que este nos remite.
Según la mitología griega, el amor nace luego de que Zeus divide al hombre en dos, quedando conformados el hombre y la mujer. El ser separado en dos busca, por naturaleza, unirse nuevamente en un mismo ser. De ese modo se encuentran y quieren ser uno. Ahí nace el amor.
Según la teoría psicológica de Freud todas las personas tienen al menos un enamoramiento en su vida, éste se da en el llamado complejo de Edipo e involucra al padre o madre, según la sexualidad del bebe.
En mi propia opinión creo, y tengo la certeza de que así es, que el amor es la base fundamental sobre la cual se apoya todo el ser. Desde su parte psicológica hasta el desenvolvimiento de su carácter y personalidad. Esta idea no es un capricho de mi razón, sino que es fundamentada con mi propia experiencia. Estoy convencido que cada persona, al estar enamorada cambia. Cambia su forma de pensar, cambia su forma de actuar, su forma de relacionarse, y cambia la concepción que la persona tiene del mundo, y por sobre todo, la que tiene sobre sí mismo.
Creo que el amor no empieza ni termina, sino que, tal cual una energía, se transforma. Uno puede amar desde siempre, y luego de amar puede volver a hacerlo. Por ello mi concepción de la transformación del amor.
Es innegable que el hecho de estar enamorado lleva a tener una visión mas positiva sobre las cosas. Estar enamorado lleva a un mejor estado de ánimo e instala en el ser un sentimiento de que todo es posible.
El estar enamorado lleva a la idealización, y uno termina enamorándose de la idealización que hizo sobre la persona o el objeto amado. Lo importante en este caso, es poder enamorarse de ese objeto, aun luego de descubrir que no es perfecto.
Solo quien haya experimentado esa sensación de estar enamorado es capaz de entender de lo que hablo. El amor se expresa en cada persona de un modo particular y tiene, valga la redundancia, la particularidad de no poder expresarlo en una forma precisa de modo explicito. Se usan diferentes modos para definir el amor, desde el cosquilleo en el pecho, el temblequeo de las piernas ante la persona enamorada, hasta la imagen que ilustra mariposas en la cabeza del ser enamorado, etc.
Cada persona es libre de expresar el amor de la forma en que le resulte más eficaz, en mi caso, pensé mil veces de que modo es posible plasmar el amor en un papel o en una frase, quedo mi intento en la nada. No encuentro, aún hoy luego de varios enamoramientos, la forma de demostrar el amor en forma explicita y tácita.
En mi filosofía particular, el estar enamorado es encontrar en la otra persona con la cual se comparten muchas experiencias, los elementos que completan mi ser. Eso significa en parte, encontrar la mitad que no soy yo, la que eleve mi persona y me convierta en un ser único.
El amor es, según mi pensamiento, un hecho recíproco, no ama quien no es amado, y quien es amado, no puede no amar. (Publicaré luego algo que explica mejor este pensamiento)
El hecho de enamorarse lleva un desgaste mental constante, una sensación de desgaste se hace presente con el paso del tiempo, en la persona enamorada. El único modo de evitar este desgaste y cansancio es mediante el re-enamoramiento. Esto significa poder renovar el sentimiento de amor con la otra persona u objeto amado constantemente. El poder descubrir día a día la sensación de que el otro nos completa y eleva. El lograr idealizar en el otro la imagen de ser perfecto que cada uno posee. Y re-enamorarnos cuando descubrimos que el otro no es perfecto.
Reconozco que el amor tiene un fin, entendido este no como desaparición del sentimiento, sino como la mutación en otra persona o ser. No conozco las causas del por que el amor se acaba, y si esto ocurre de un modo repentino o es un proceso que lleva un tiempo determinado por el caso en particular, pero creo con seguridad que no desaparece, sino que con mi concepción de transformación del amor, el sentimiento se transforma y muta dirigiéndose luego a otra persona u objeto, aunque nunca se ama al objeto, sino a la persona que este nos remite.
Así como expresé que el amor influye en los pensamientos, desarrollo y actuar de una persona, también digo en este momento que esta es la concepción del amor que tengo en este momento. Quizás un instante después ya haya cambiado. Deberé en ese caso replantear y reescribir nuevamente los pensamientos que surjan. Hasta ahora creo que lo que escribí es lo que pienso. Pero siempre existe un desfazaje entre el cerebro y las manos.
viernes, 31 de agosto de 2007
Sobre los deseos.
Me encontré de pronto hablando con una chica que recién conocía sobre los deseos y anhelos de una persona. Tuvimos pensamientos parecidos y compartidos.
Primero creo que es importante definir lo que entendemos por deseo.
DESEO: Movimiento afectivo hacia algo que se apetece. Anhelar algo con vehemencia. El deseo es la consecuencia de uno o más sentimientos no satisfechos, postergados de forma voluntaria o involuntaria.
Esto viene a que en nuestra charla hablando de deseos ella dijo textualmente en un momento, “que bueno que lo que deseáramos con muchas fuerzas se cumpliera, eso seria justo”. Desde ese momento se instalo el tema de los deseos, los anhelos, las motivaciones, la justeza, y las recompensas y consecuencias sobre las cosas que uno quiere tener y por diferentes circunstancias no tiene.
Intercambiamos pensamientos durante unos minutos que nunca contabilice y llegamos con pensamientos extrañamente iguales, a varias conclusiones.
Para empezar, la idea era, querer algo mucho y así tenerlo. Como si fuese un deseo cumplido por el genio de la una lámpara mágica del estilo Aladino. El primer requisito que pusimos fue desearlo realmente mucho, desearlo con lo más profundo de los sentimientos y tal como lo dice la definición de deseo, anhelarlo con vehemencia. De esta forma, llegamos a la conclusión que si no lo deseáramos realmente muchísimo y ya lo tendríamos, tal cual dijo, ya a esa altura mi amiga, “todos tendríamos lo que se nos ocurra, y eso seria feísimo, al no costarnos nada, no disfrutaríamos nada al tenerlo, no existiría la felicidad “. En mi postura no creo que la felicidad pase netamente por los deseos conseguidos o no, aunque se toca obviamente una cosa con la otra, creo que la felicidad va mas allá de todo deseo cumplido o incumplido.
Hasta el momento, en una sociedad sin avaricias, nuestro sueño era justo y razonable. Se me ocurrió entonces que pasaría con aquellas personas que lo que más anhelan, desean y quieren fervorosamente, en realidad llevase al malestar de otras personas, de forma directa o indirecta, intencional o no. Ante la posibilidad de tener lo que se desea, a muchos le invadiría el cerebro la avaricia de dinero, y la sed de poder.
Se me ocurrió poner entonces un requisito, el cual cumplido éste se podría acceder finalmente a lo que se deseaba. Consistía solamente en ser buena persona. De este modo se asegura que, una buena persona, nunca querrá el mal de una tercera, y que además lo que anhele tener, y lo tenga finalmente sea lo que verdaderamente quiera y desee con todas sus ganas. De este modo quedaría asegurado por último que aquellas buenas personas que consigan lo que desearon, en verdad lo valoren. Tanto deseo lleva a valorar cada vez mas lo que se consigue, nadie desprecia lo que tan caro le costó.
Así quedo ya delineada nuestra idea de deseo y como conseguirlos. Repasando las ideas no encuentro impedimento para que se lleve a cabo, salvo obviamente por que no existe ente alguno capaz de darnos lo que deseamos, aunque sea con todas las fuerzas de nuestro ser.
Se me ocurre aquí una tercera instancia, donde desde la utopía de creer que esa maquina, ese ser, ese ente irreconocible, existiese y nos diese lo que deseamos. ¿A cargo de quien estaría el papel de decir o decidir si una persona es buena, bondadosa, solidaria y así poder darle lo que desee? Y yendo un poco mas allá aún, como sabría esa persona encargada de otorgar los deseos, si la que lo pide, en realidad no lo quiere para el mal de otros, y aunque no lo quiera directamente para el mal, si no podría llevarlo indirectamente hasta éste.
La propuesta queda ahí. Esta en cada uno pensar que pediría, que es lo que desea tener y no tiene. Y si eso que quiere, lo quiere para el bien de los demás, o si aún sin tenerlo ya le invadieron las ansias de riqueza y poder. Y finalmente, si en realidad cumple con el requisito de “buena persona”.
Primero creo que es importante definir lo que entendemos por deseo.
DESEO: Movimiento afectivo hacia algo que se apetece. Anhelar algo con vehemencia. El deseo es la consecuencia de uno o más sentimientos no satisfechos, postergados de forma voluntaria o involuntaria.
Esto viene a que en nuestra charla hablando de deseos ella dijo textualmente en un momento, “que bueno que lo que deseáramos con muchas fuerzas se cumpliera, eso seria justo”. Desde ese momento se instalo el tema de los deseos, los anhelos, las motivaciones, la justeza, y las recompensas y consecuencias sobre las cosas que uno quiere tener y por diferentes circunstancias no tiene.
Intercambiamos pensamientos durante unos minutos que nunca contabilice y llegamos con pensamientos extrañamente iguales, a varias conclusiones.
Para empezar, la idea era, querer algo mucho y así tenerlo. Como si fuese un deseo cumplido por el genio de la una lámpara mágica del estilo Aladino. El primer requisito que pusimos fue desearlo realmente mucho, desearlo con lo más profundo de los sentimientos y tal como lo dice la definición de deseo, anhelarlo con vehemencia. De esta forma, llegamos a la conclusión que si no lo deseáramos realmente muchísimo y ya lo tendríamos, tal cual dijo, ya a esa altura mi amiga, “todos tendríamos lo que se nos ocurra, y eso seria feísimo, al no costarnos nada, no disfrutaríamos nada al tenerlo, no existiría la felicidad “. En mi postura no creo que la felicidad pase netamente por los deseos conseguidos o no, aunque se toca obviamente una cosa con la otra, creo que la felicidad va mas allá de todo deseo cumplido o incumplido.
Hasta el momento, en una sociedad sin avaricias, nuestro sueño era justo y razonable. Se me ocurrió entonces que pasaría con aquellas personas que lo que más anhelan, desean y quieren fervorosamente, en realidad llevase al malestar de otras personas, de forma directa o indirecta, intencional o no. Ante la posibilidad de tener lo que se desea, a muchos le invadiría el cerebro la avaricia de dinero, y la sed de poder.
Se me ocurrió poner entonces un requisito, el cual cumplido éste se podría acceder finalmente a lo que se deseaba. Consistía solamente en ser buena persona. De este modo se asegura que, una buena persona, nunca querrá el mal de una tercera, y que además lo que anhele tener, y lo tenga finalmente sea lo que verdaderamente quiera y desee con todas sus ganas. De este modo quedaría asegurado por último que aquellas buenas personas que consigan lo que desearon, en verdad lo valoren. Tanto deseo lleva a valorar cada vez mas lo que se consigue, nadie desprecia lo que tan caro le costó.
Así quedo ya delineada nuestra idea de deseo y como conseguirlos. Repasando las ideas no encuentro impedimento para que se lleve a cabo, salvo obviamente por que no existe ente alguno capaz de darnos lo que deseamos, aunque sea con todas las fuerzas de nuestro ser.
Se me ocurre aquí una tercera instancia, donde desde la utopía de creer que esa maquina, ese ser, ese ente irreconocible, existiese y nos diese lo que deseamos. ¿A cargo de quien estaría el papel de decir o decidir si una persona es buena, bondadosa, solidaria y así poder darle lo que desee? Y yendo un poco mas allá aún, como sabría esa persona encargada de otorgar los deseos, si la que lo pide, en realidad no lo quiere para el mal de otros, y aunque no lo quiera directamente para el mal, si no podría llevarlo indirectamente hasta éste.
La propuesta queda ahí. Esta en cada uno pensar que pediría, que es lo que desea tener y no tiene. Y si eso que quiere, lo quiere para el bien de los demás, o si aún sin tenerlo ya le invadieron las ansias de riqueza y poder. Y finalmente, si en realidad cumple con el requisito de “buena persona”.
miércoles, 22 de agosto de 2007
Sobre el pasado, presente y futuro. Sobre la VIDA
Es mi primera entrada "oficial" en el blog. Es un escrito que hice hace un tiempo. Tiene una actualización por así llamarla pero no esta del todo terminada. Faltan detalles.
Dejo ahora si el texto sobre la vida. El pasado, el presente y el futuro.
Saludos.
Nunca pensé que un comentario en un blog (los tiempos que corren son maravillosamente tecnologizados) me iba a llevar a reflexionar y culminar mi pensamiento escribiendo sobre los sueños. Pasado, presente y futuro. Y mas aun sobre la clave para lograr vivir los sueños de cada uno. Esto también estuvo influenciado (soy conciente que actuó desde mi inconciencia) por el monólogo de Pedro Calderón de la Barca en "La vida es sueño", donde en boca de su personaje Segismundo, escribió:
“¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
Una sombra, una ficción,
Y el mayor bien es pequeño;
Que toda la vida es sueño,
Y los sueños, sueño son.”
Para que se entienda mejor de lo que estoy hablando transcribiré el fragmento del blog, en realidad una cita de Borges.
“Siempre es conmovedor el ocaso por indigente que sea, pero más conmovedor todavía es aquel brillo desesperado y final que herrumbra la llanura cuando el sol último se ha hundido. Nos duele sostener esa luz tirante y distinta, esa alucinación que impone al espacio el unánime miedo a la sombra y que cesa de golpe cuando notamos su falsía, como cesan los sueños cuando sabemos que soñamos.”Fragmento de Jorge Luis Borges.
A raíz de este fragmento, maravilloso por cierto, y con motivo de la finalización de mis vacaciones invernales 2007, escribí este párrafo que transcribo a continuación. Y que actuó a la vez como punto de partida del escrito
Mis vacaciones son eso... Un ocaso, un desvanecimiento de algo que fue un TODO y ahora solo es una luz apagándose en el horizonte de mi recuerdo.Y recuerdo atardeceres perfectos. Siempre los recuerdos son mejor que el presente, y siempre el presente será mejor en el recuerdo. Y siempre el futuro será pensar un próximo pasado grandioso. La clave es saber conseguir ese futuro grandioso, vivirlo y convertirlo en pasado perfecto.
Esto que parece un mero juego de palabras es más que eso, es la clave, en mi modo de ver las cosas, para ser feliz. Puede que suene tan solo como frases incoherentes que buscan entretener al lector, pero en ellas se esconden diferentes grandes verdades.
Dejando de lado las vacaciones, muchas veces las personas tenemos esa sensación de que lo vivido fue algo muy grande y encendido, como un sol. Iluminado y grandioso. Y poco a poco sentimos que ese fuego inmenso fue apagándose. La gente envejece y siempre recuerda su infancia y juventud como cosas grandiosas. Luego los recuerdos pasan a ser cada vez más oscuros, como un amanecer, donde el sol se esconde y le da paso a la noche.
Siempre los recuerdos son mejor que el presente. Cuando uno recuerda algo, suelen pasar dos cosas. Por un lado las cosas malas que ocurrieron, uno tiende a borrarlas de la memoria, esto ocurre naturalmente y esta bien que así sea, la sabiduría del mismo cuerpo hace que olvidemos cosas malas o traumáticas que nos hayan ocurrido. Por otro lado, aquellos recuerdos positivos o buenos que tenemos y que tuvieron lugar hace mucho tiempo uno tiende a completarlos o de algún modo engrandecer la belleza del recuerdo. A hacerlo mas perfecto, más bello, más placentero, de ese modo terminamos tomando a los agregados inventados como ciertos al cabo de un tiempo. Esto también ocurre naturalmente y nos indica de algún modo que un recuerdo, haciéndonos felices en el presente también nos deja soñarlo de otro modo, agregando aquellos detalles que lo enciendan de un modo único y lo eleven de algún modo para hacernos felices en el presente, con algo del pasado.
Siempre el futuro será pensar un próximo pasado grandioso. En este punto quiero detenerme quizás un poco más. Y seguramente habrá muchos que no concuerden con mi pensamiento o mi idea a esta altura.
Muchos afirmaran que el futuro es algo incierto, que nadie domina su futuro, o que si algo lo domina, eso es el azar. Gran cantidad de gente cree que Dios es quien se encarga del futuro de las personas, de guiarlas en la vida y de ponerle los obstáculos y gratificaciones a diario. Esas personas no se preocupan demasiado por imaginarse futuros, ya que para ellos, es inmanejable e incierto, por lo tanto estas palabras quizás no las comprendan.
Otros quizás mas racionalistas por llamarlos de alguna manera, creen, o creemos, que el destino es viable, pensable, susceptible de cambios de acuerdo a nuestros proyectos y ambiciones. Y hablo de un futuro viable racionalmente no en sentido de manejo explicito donde uno hace lo que quiere, reconozco que existe siempre una cierta cuota que el destino nos da impensadamente, pero siempre está esa otra parte que uno puede guiar, acotar el margen de error, focalizar.
Y aquí habrá luego quienes digan, en ese caso lo que yo busco son mis metas personales tales como viajes, negocios, trabajos y miles de cosas que las personas planean día a día.
Aquí es donde digo yo lo siguiente. ¿No son todas estas acciones o herramientas para luego alcanzar la felicidad? ¿No son todas las acciones acaso un planeamiento de movimientos que uno hace para que en el futuro uno esté mejor? Ya sea económica, emocional, social, familiar, religiosamente, etc. ¿No es ese anhelo de felicidad un mero deseo de un futuro mejor? ¿Y no son esos futuros mejores y soñados, los que luego se convierten en pasados grandiosos?
La clave, esta claro, en saber visualizar esos futuros, lo que uno quiere y desea para si mismo y para quien quiera. Lograr enfocar las fuerzas para alcanzarlo. Saber organizar toda la vida para ese fin. Buscar que el margen del azar se reduzca lo máximo posible. Imaginarse ese futuro soñado con uno como protagonista.
Si uno sabe lo que quiere, y realmente lo quiere, tiene todas las posibilidades de lograrlo. Quizás sin darnos cuenta, inconscientemente cada uno de nosotros ya estemos en camino para buscar nuestra felicidad.
Paralelamente podemos estar acomodando nuestras vidas para luego emprender el camino en la búsqueda de la felicidad. Uno va paso a paso, sin darse cuenta construyendo como una hormiga los cimientos sobre los cuales luego se apoyaran todos los proyectos que cada uno tenga. Esas ambiciones y sueños personales que cada uno anhela y desea alcanzar.
Y la felicidad no es momentánea, quizás sí lo sea la satisfacción de haber logrado un objetivo. Quizás ese logro lleve a más satisfacciones. Pero al tiempo de haberlo logrado es cuando uno piensa en su pasado y ve sobre el camino de su vida los logros cosechados. Cuando uno ve esos soles iluminados y grandiosos, alimenta su llama día a día, pensando, saboreando aquella felicidad que nos dejaron en el alma.
Debemos buscar esa sensación de haber pasado por la vida de una forma placentera, logrando lo que nos propusimos y cumpliendo nuestros sueños, quizás no tan fabulosos, quizás no tan soñados por otros. Pero sueños que nos permitan soñar en un futuro, un pasado grandioso.
El gran placer de vivir es ese. Llegar a ver de grande el gran sueño consumado. Ese anhelo que uno tenia de niño y que buscó quizás inconcientemente toda su vida.
La foto, un instante de la vida. Soñado, vivido, quien sabe.
Dejo ahora si el texto sobre la vida. El pasado, el presente y el futuro.
Saludos.
Nunca pensé que un comentario en un blog (los tiempos que corren son maravillosamente tecnologizados) me iba a llevar a reflexionar y culminar mi pensamiento escribiendo sobre los sueños. Pasado, presente y futuro. Y mas aun sobre la clave para lograr vivir los sueños de cada uno. Esto también estuvo influenciado (soy conciente que actuó desde mi inconciencia) por el monólogo de Pedro Calderón de la Barca en "La vida es sueño", donde en boca de su personaje Segismundo, escribió:
“¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
Una sombra, una ficción,
Y el mayor bien es pequeño;
Que toda la vida es sueño,
Y los sueños, sueño son.”
Para que se entienda mejor de lo que estoy hablando transcribiré el fragmento del blog, en realidad una cita de Borges.
“Siempre es conmovedor el ocaso por indigente que sea, pero más conmovedor todavía es aquel brillo desesperado y final que herrumbra la llanura cuando el sol último se ha hundido. Nos duele sostener esa luz tirante y distinta, esa alucinación que impone al espacio el unánime miedo a la sombra y que cesa de golpe cuando notamos su falsía, como cesan los sueños cuando sabemos que soñamos.”Fragmento de Jorge Luis Borges.
A raíz de este fragmento, maravilloso por cierto, y con motivo de la finalización de mis vacaciones invernales 2007, escribí este párrafo que transcribo a continuación. Y que actuó a la vez como punto de partida del escrito
Mis vacaciones son eso... Un ocaso, un desvanecimiento de algo que fue un TODO y ahora solo es una luz apagándose en el horizonte de mi recuerdo.Y recuerdo atardeceres perfectos. Siempre los recuerdos son mejor que el presente, y siempre el presente será mejor en el recuerdo. Y siempre el futuro será pensar un próximo pasado grandioso. La clave es saber conseguir ese futuro grandioso, vivirlo y convertirlo en pasado perfecto.
Esto que parece un mero juego de palabras es más que eso, es la clave, en mi modo de ver las cosas, para ser feliz. Puede que suene tan solo como frases incoherentes que buscan entretener al lector, pero en ellas se esconden diferentes grandes verdades.
Dejando de lado las vacaciones, muchas veces las personas tenemos esa sensación de que lo vivido fue algo muy grande y encendido, como un sol. Iluminado y grandioso. Y poco a poco sentimos que ese fuego inmenso fue apagándose. La gente envejece y siempre recuerda su infancia y juventud como cosas grandiosas. Luego los recuerdos pasan a ser cada vez más oscuros, como un amanecer, donde el sol se esconde y le da paso a la noche.
Siempre los recuerdos son mejor que el presente. Cuando uno recuerda algo, suelen pasar dos cosas. Por un lado las cosas malas que ocurrieron, uno tiende a borrarlas de la memoria, esto ocurre naturalmente y esta bien que así sea, la sabiduría del mismo cuerpo hace que olvidemos cosas malas o traumáticas que nos hayan ocurrido. Por otro lado, aquellos recuerdos positivos o buenos que tenemos y que tuvieron lugar hace mucho tiempo uno tiende a completarlos o de algún modo engrandecer la belleza del recuerdo. A hacerlo mas perfecto, más bello, más placentero, de ese modo terminamos tomando a los agregados inventados como ciertos al cabo de un tiempo. Esto también ocurre naturalmente y nos indica de algún modo que un recuerdo, haciéndonos felices en el presente también nos deja soñarlo de otro modo, agregando aquellos detalles que lo enciendan de un modo único y lo eleven de algún modo para hacernos felices en el presente, con algo del pasado.
Siempre el futuro será pensar un próximo pasado grandioso. En este punto quiero detenerme quizás un poco más. Y seguramente habrá muchos que no concuerden con mi pensamiento o mi idea a esta altura.
Muchos afirmaran que el futuro es algo incierto, que nadie domina su futuro, o que si algo lo domina, eso es el azar. Gran cantidad de gente cree que Dios es quien se encarga del futuro de las personas, de guiarlas en la vida y de ponerle los obstáculos y gratificaciones a diario. Esas personas no se preocupan demasiado por imaginarse futuros, ya que para ellos, es inmanejable e incierto, por lo tanto estas palabras quizás no las comprendan.
Otros quizás mas racionalistas por llamarlos de alguna manera, creen, o creemos, que el destino es viable, pensable, susceptible de cambios de acuerdo a nuestros proyectos y ambiciones. Y hablo de un futuro viable racionalmente no en sentido de manejo explicito donde uno hace lo que quiere, reconozco que existe siempre una cierta cuota que el destino nos da impensadamente, pero siempre está esa otra parte que uno puede guiar, acotar el margen de error, focalizar.
Y aquí habrá luego quienes digan, en ese caso lo que yo busco son mis metas personales tales como viajes, negocios, trabajos y miles de cosas que las personas planean día a día.
Aquí es donde digo yo lo siguiente. ¿No son todas estas acciones o herramientas para luego alcanzar la felicidad? ¿No son todas las acciones acaso un planeamiento de movimientos que uno hace para que en el futuro uno esté mejor? Ya sea económica, emocional, social, familiar, religiosamente, etc. ¿No es ese anhelo de felicidad un mero deseo de un futuro mejor? ¿Y no son esos futuros mejores y soñados, los que luego se convierten en pasados grandiosos?
La clave, esta claro, en saber visualizar esos futuros, lo que uno quiere y desea para si mismo y para quien quiera. Lograr enfocar las fuerzas para alcanzarlo. Saber organizar toda la vida para ese fin. Buscar que el margen del azar se reduzca lo máximo posible. Imaginarse ese futuro soñado con uno como protagonista.
Si uno sabe lo que quiere, y realmente lo quiere, tiene todas las posibilidades de lograrlo. Quizás sin darnos cuenta, inconscientemente cada uno de nosotros ya estemos en camino para buscar nuestra felicidad.
Paralelamente podemos estar acomodando nuestras vidas para luego emprender el camino en la búsqueda de la felicidad. Uno va paso a paso, sin darse cuenta construyendo como una hormiga los cimientos sobre los cuales luego se apoyaran todos los proyectos que cada uno tenga. Esas ambiciones y sueños personales que cada uno anhela y desea alcanzar.
Y la felicidad no es momentánea, quizás sí lo sea la satisfacción de haber logrado un objetivo. Quizás ese logro lleve a más satisfacciones. Pero al tiempo de haberlo logrado es cuando uno piensa en su pasado y ve sobre el camino de su vida los logros cosechados. Cuando uno ve esos soles iluminados y grandiosos, alimenta su llama día a día, pensando, saboreando aquella felicidad que nos dejaron en el alma.
Debemos buscar esa sensación de haber pasado por la vida de una forma placentera, logrando lo que nos propusimos y cumpliendo nuestros sueños, quizás no tan fabulosos, quizás no tan soñados por otros. Pero sueños que nos permitan soñar en un futuro, un pasado grandioso.
El gran placer de vivir es ese. Llegar a ver de grande el gran sueño consumado. Ese anhelo que uno tenia de niño y que buscó quizás inconcientemente toda su vida.
La foto, un instante de la vida. Soñado, vivido, quien sabe.
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